Únicamente se han disputado dos pruebas de esta temporada 2017 del Mundial de Rallies, la misma que estaba llamada a recuperar a los aficionados perdidos a través de coches más espectaculares y rápidos. Dos rallies que ya han dado motivos a la FIA para replantearse el reglamento instaurado hace apenas dos meses. ¿El motivo? Los nuevos World Rally Cars son demasiado rápidos.
Tras el fatídico inicio de año en Monte-Carlo, con un espectador asturiano fallecido después de la salida de pista de Hayden Paddon, la Federación Internacional estaba predispuesta a que ante cualquier indicio de falta de seguridad se tomaran ciertas medidas para evitar un nuevo suceso fatal. La primera pasada por el tramo de Knon del Rally de Suecia 2017, fue todo lo que necesitaba la FIA para actuar ‘de oficio’.
Ott Tänak lograba anotarse el mejor tiempo en la especial o scratch a una velocidad media de 137,8 km/h, el record en la era de los WRC con motor global 1.6 Turbo (2011-actualidad). Todo ello sobre nieve y con coches equipados por neumáticos con clavos. Los organizadores de la cita escandinava recibían la recomendación de la FIA de cancelar la segunda pasada a dicho tramo al considerar que los dígitos que se habían alcanzado en los velocímetros eran excesivamente altos.
Se sentaba un peligroso precedente para el futuro, el cancelar tramos en los que no ha habido graves problemas de seguridad, únicamente basándose en las altas velocidades medias marcadas, algo que a buen seguro se seguirá repitiendo en próximo rallies ya que estamos ante los World Rally Cars más rápidos de la historia del Mundial. La FIA, con Jarmo Mahonen a la cabeza, reconocía al medio británico Autosport que la medida se había tomado como forma de aviso al resto de organizadores de que la Federación no estaba dispuesta a admitir recorridos tan rápidos en el futuro más cercano.
Ni radares, ni chicanes artificiales realizadas con balas de paja, ni otras medidas que pongan freno a los WRC en largas secciones rápidas. La FIA aboga por la utilización de carreteras y pistas más estrechas y sinuosas en las que los pilotos no puedan coger ritmo y las velocidades puntas no se disparen. La cifra que ponía Mahonen como tope era la de los 130 km/h, algo que en la actualidad está prácticamente a la orden del día en cualquiera de las pruebas consideradas como ‘rápidas’.
Los verdaderos protagonistas de ello, pilotos y copilotos han preferido mantenerse a la expectativa. Únicamente Kris Meeke y Hayden Paddon se han pronunciado al respecto. En el caso del piloto de Hyundai fue bastante conciso en sus declaraciones, apuntando a que se están equivocando si se empieza a medir la seguridad de los tramos únicamente fijándose en las cifras de velocidad media. El neozelandés, una de las nuevas estrellas del WRC, cree que hay que buscar el equilibro entre recorridos lentos y rápidos, pero que no imagina algunas citas icónicas con sus recorridos alterados para que no se superen los límites en las medias establecidos por la FIA.