Se ha convertido en un habitual ya. Fabricantes con la competición en su ADN que no pueden aspirar a un programa de competición ‘potente’ en España porque la marca o el departamento de competición internacional no posee un coche con estas características homologado por la FIA. En los últimos años hemos visto ya unos cuantos ejemplos en nuestro Campeonato de España de Rallies de Asfalto y Renault ha sido el último de sortear este problema gracias a la aprobación a finales de 2015 de los Maxi Rally, o tal y como se les conoce en nuestro país, los N5.
La primera en intentarlo fue Suzuki Ibérica, en colaboración con la distribuidora de elementos de competición RallyCar y el preparador de los Swift de la Copa, Amador Vidal Racing. Juntos propusieron a la Federación Española de Automovilismo adoptar el reglamento Maxi Rally existente en Argentina a nuestros campeonatos. La filial de la firma nipona en España y Portugal puso entonces en competición un Suzuki Swift R+ desarrollado por ARV el cual contaba con tracción total y una mecánica 1.6 turbo, transmisión y otros elementos estándar para todos aquellos equipos, tanto privados como oficiales que decidieran acogerse a esta reglamentación.
Suzuki, en su vertiente Ibérica, salvaba así la papeleta, ya que la firma matriz se encontraba fuera de competición desde 2008, año en el que abandonaba el WRC por la crisis económica que empezaba a azotar Asia. El equipo, dirigido por Juan López Frade al principio aprovechó los Suzuki Swift S1600 todavía con homologación vigente para competir dentro de la categoría de dos ruedas motrices, sin embargo, el deseo de la formación era la de luchar con el resto de los R5 en competición.
RMC Motorsport, preparador habitual de nuestro Nacional y del WRC2 también apostaba por los N5 como parte de su negocio carreras-cliente, llenándose sus instalaciones en Caboalles de Abajo, León, con diversos modelos con siluetas/carrocerías de distintas marcas. La Red Opel Motorsport fue otro de los afectados por el hecho de que la firma matriz no tuviera un modelo de competición para seguir evolucionando. A finales de 2016, después de varias campañas compitiendo entre los R2 y los 2RM con el Adam R2, decidían finalizar el programa al no tener una versión R5 del Opel Corsa con el que seguir la evolución lógica del equipo.
En el caso de Renault, han decidido optar también por los N5 para su regreso al Nacional de Asfalto al no poseer la firma del rombo de un R5 homologado por la FIA con el que enfrentarse al Ford Fiesta R5 de García, a los Hyundai i20 de Pernía y Ares o a los Skoda Fabia R5 y Citroën DS3 de los hermanos Burgo y los Vallejo. Precisamente será RMC Motorsport la que fabrique el nuevo Renault Clio R5 al no estar disponible el Kit R4 aprobado por la FIA que comercializará ORECA este mismo año.
Tras un año parado, al no haber terminado de cerrar su programa con Skoda para competir en la temporada 2016, Miguel Fuster, cinco veces Campeón de España de Asfalto cerraba un acuerdo con Renault para competir con dicha unidad N5 a partir del Rally de Ourense. El alicantino competirá también en las seis pruebas restantes del calendario, tratando de poner a punto el coche de cara a disputar el campeonato al completo en 2018. En concreto, estamos hablando de que el prototipo tendrá una mecánica 1.6 turbo -estándar para todos, habitualmente de origen Grupo PSA- que gracias a una brida de 34 mm de diámetro ofrecerá 310 CV para los apenas 1.230 kilogramos que da en la báscula. Dani Cué volverá a ser copiloto de Fuster en lo que es sin duda el reencuentro entre Miguel y una marca que le ha acompañado a lo largo de su carrera deportiva.