La tercera temporada de la Fórmula E, el certamen de monoplazas eléctricos ideado por Alejandro Agag, aún no ha llegado ni tan siquiera a su ecuador tras la disputa del ePrix de Buenos Aires hace unas semanas. Sin embargo ya se proyecta hacia un futuro que para cualquier otra categoría parecería lejano. Hace escasos días dio a conocer los nombres de los motoristas que participarán en su quinta campaña, la 2018/2019.
Esa será una temporada clave. El mero hecho de que la Fórmula E siga viva es ya un éxito, teniendo en cuenta la cantidad de voces que auguraban un sonoro fracaso. Y que su salud sea envidiable con tantas marcas implicadas e interesadas sólo hace esperar de ella grandes cosas. Pero esa temporada 2018/2019 marcará un antes y un después: cambiará el chasis (Spark), la batería (suministrada por McLaren) y se dirá adiós a los cambios de coches. Sí, el mismo monoplaza que tome la salida verá la bandera a cuadros, como en cualquier otra competición de motor.
Ello implica también una evolución de los propulsores empleados en este campeonato, de ahí que se haya producido con tanta antelación el anuncio de motoristas. Son nueve en total y entre ellos destaca la inclusión totalmente oficial de BMW, asociada ya desde este a Andretti Autosport aunque con una escasa presencia por el momento. Audi por el contrario prefiere seguir tras el nombre de ABT, completando el elenco Renault, DS, Jaguar, Mahindra, Venturi, NextEV NIO y Penske (por Faraday Future).
El paso de cuatro a dos coches por equipo abre la puerta a que se incremente el tamaño de la parrilla hasta los doce equipos, pero por el momento la presencia de sólo nueve motoristas implica que si alguien decide dar el paso en 2018 tendrá que hacerlo como equipo cliente. Eso sí, aunque en ese año se abre un ciclo de homologación para tres temporadas, la Fórmula E contempla la posibilidad de que nuevos fabricantes se sumen en 2019 o 2020.
En todo caso, la existencia de esas dos vacantes y la presencia de un equipo cliente como Techeetah, suministrado esta temporada por Renault, deja varias vías libres para que marcas como Mercedes o Nissan, con cuyo interés se ha especulado durante los últimos meses, valoren la posibilidad de desembarcar en Fórmula E.