La generación conocida como 'T' ha comenzado a llegar a los rallies. Los futuros campeones del Mundo están dando sus primeros pasos entre los mayores, algo nunca fácil en una disciplina que está restringida por los límites de edad y la necesidad en la mayoría de pruebas de realizar enlaces, por carreteras abiertas al tráfico, para desplazarse entre los distintos tramos. Si en el pasado, la mayoría de jóvenes promesas debían conformarse con participar en slaloms o rallysrpints hasta obtener la mayoría de edad y por acceder a un permiso de conducción al uso, poco a poco se han ido buscando nuevas soluciones para fomentar la iniciación cada vez más tempranera de los pilotos en el noble arte de la competición.
La Federación Italiana de Automovilismo sorprendía a propios y extraños hace unas semanas al anunciar la decisión de abrir sus campeonatos nacionales a pilotos menores de edad. Con Angelo Sticchi Damiani a la cabeza, el ACI ponía la primera piedra para que las jóvenes estrellas internacionales desembarcaran en el asfalto y la tierra del país transalpino para seguir dando pasos en su formación, algo que a su vez beneficia a los responsables de la Federación ya que centra gran parte de las miradas del mundo en los Campeonato de Italia de Rallies, atrayendo a su vez a más pilotos, marcas y patrocinadores.
La decisión del ACI permitía a pilotos menores de 18 años extranjeros competir en el país a pesar de no contar con licencia de conducir. En su lugar, sí debe tenerla en regla el copiloto, siendo él el que se encargue de conducir el coche de competición en los enlaces entre tramos y parque de asistencia. Obviamente, el consentimiento de ambos padres es otra de las condiciones indispensables para estos jóvenes pilotos, además del de superar un test de conducción realizado por la escuela federal que certifique las capacidades del mismo y sus buenas condiciones para ponerse tras un volante.
El primero en acogerse a esta nueva normativa era Kalle Rovanperä. El hijo del ex-piloto de Peugeot en el Mundial de Rallies, Harri Rovanperä, conseguía la victoria en el Campeonato Letón la pasada temporada, contando únicamente con 16 años y corriendo bajo la bandera del país a pesar de ser originario de Finlandia. Pirelli y Peugeot Italia hacían un esfuerzo para ‘atar’ al que está llamado a ser el próximo finlandés volador, colocándole al lado de un maestro de garantías, Paolo Andreucci, uno de los más veteranos del Nacional Italiano y hombre franquicia de la filial de la marca del león.
Por el momento su debut, el pasado fin de semana, se vio algo ensombrecido por un pequeño toque en la primera prueba que doblaba el eje trasero de su Peugeot 208 T16 R5, obligándole a abandonar. No correría mejor suerte Andreucci, al que unos problemas de motor le dejaban fuera después de haber tenido que remontar y cuando ya lideraba la carrera, el Rally il Ciocco, primera cita de la temporada en la que Simone Campedelli terminaría llevándose el triunfo.
A pesar de que comenzaba el año compitiendo sobre la nieve de Finlandia al volante de un Skoda Fabia R5, se espera que Kalle compita en todas las pruebas del Campeonato Italiano salvo una, la Targa Florio, acelerando su proceso de aprendizaje sobre asfalto, superficie en la que por el momento sus apariciones han sido contadas y en la que históricamente a los pilotos nórdicos les ha costado más encontrar el ritmo para plantar cara a los pilotos de países como Francia o España, países que cuentan con gran tradición de especialistas sobre el alquitrán.
La llegada del adolescente finés no era un hecho aislado. La prensa italiana ya se hacía eco del interés de otros hijos de pilotos de rallies que habían mostrado su interés en los distintos campeonatos italianos de rallies a los que se aplicaba dicha norma. Oliver Solberg, hijo de Petter -bicampeón del Mundo de RallyCross y una vez ganador del WRC- y Marquito Bulacia eran los grandes candidatos a acompañar a Rovanperä en esta aventura, aunque finalmente sólo sería el boliviano, hijo del piloto del Dakar Marco Bulacia, el que se decidía a dar el paso.
Con 16 años desde el pasado 27 de septiembre, el pequeño de los Bulacia ya podía presumir de ser Campeón Nacional de Rallies en su país natal y al volante de un Toyota Corolla Proto con motor de Mitsubishi con el que arrasaba dentro de la categoría R4N. Tras hacerse viral su caso, también en el viejo continente, la familia de Marquito decidía que era el momento de dar su salto internacional y competir en Europa. Una de las opciones que se barajaron fue la recalara en el Campeonato de España de Rallies de Tierra, una opción que se descartaría después de conocerse la decisión de ACI.
Sin haber rodado nunca al volante de un R5, el proyecto del piloto sudamericano es distinto al de Kalle, así como el campeonato en el que competirá, el de Tierra. En su caso también deberá adaptarse a los rallies europeos, máquinas bajo normativa FIA y a un ritmo que en teoría será distinto al del Nacional boliviano. Competirá con un Ford Fiesta R5 Evo del equipo Erreffe y tendrá un nuevo copiloto, Fernando Mussano, con amplia experiencia mundialista a la derecha de Nicolás Fuchs. Al igual que Rovanperä, Bulacia es la gran esperanza de su país para el futuro. Apenas con 16 años ambos y carreras paralelas, ya se puede hablar de que estamos ante dos pilotos con una gran proyección que ha batido con rotundidad a rivales muy experimentados. El tiempo nos dirá si estamos hablando de futuros campeones del WRC, por el momento deberán conformarse con Italia.