Koenigsegg, el pequeño fabricante de superdeportivos de origen sueco, se ha convertido en uno de los organismos más innovadores en el terreno del automovilismo de calle, invirtiendo con intensidad en la investigación de los motores de combustión, sobre todo en el terreno técnico.
Con el fin de mejorar el rendimiento y la eficiencia de los motores de combustión tradicionales, tal y como los conocemos, hace unos meses Koenigsegg presentó el "FreeValve", un nuevo propulsor en el que la marca sueca lleva trabajando desde principios del presente siglo.
El punto clave de este propulsor es la ausencia de árbol de levas, cuya función en cualquier motor tradicional es ejecutar el movimiento de apertura y cierre de las válvulas de admisión y escape en cada uno de los cilindros de un motor térmico. El árbol de levas es sustituido por un sistema de empujadores mixto que utiliza tecnología neumática e hidráulica.
Pese a ser un desarrollo a priori pensado para los propios motores de los superdeportivos del fabricante nórdico, el primer motor que va a estrenar este sistema será un prototipo de la firma china Qoros este mismo mes. La cita será en el Salón del Automóvil de Guangzhou, China.
El encargado de montar esta revolucionaria tecnología será un motor 1.6 turbo de cuatro cilindros, desarrollado por Qoros, pero modificado por Koenigsegg. Los resultados, según Koenigsegg, hablan por sí solos. La variante modificada del pequeño propulsor ofrece 230 CV y 320 NM, lo que supone un aumento del 47% en la potencia y del 45% en el par máximo respecto al motor tradicional.
Parece que además del extraordinario rendimiento adicional, este motor consumirá un 15% menos que la variante tradicional, ahorrando también alrededor de 20 kg de peso gracias a la ausencia de componentes antes necesarios. Ahora sólo queda esperar a que los primeros motores con esta tecnología lleguen a los consumidores, algo que pasará cuando se realicen las pruebas de carretera y uso normal que están previstas antes de su comercialización.