Opel dio un golpe de efecto en el último Salón de París al presentar la versión definitiva de su nuevo modelo eléctrico, el Ampera-e, un compacto con aspecto de monovolumen y la última tecnología en movilidad eléctrica. El Ampera-e despertó un interés inusitado tanto por sus prestaciones como por su precio.
Las primeras informaciones hablan de un precio que rondará los 35.000 euros antes de ayudas, que si bien sigue resultando una cifra respetable, ya comienza a ser algo asumible. Y es que no hay más que conocer las cifras prestacionales del Ampera-e para darse cuenta que este compacto esconde muchísima tecnología en su interior.
Con un motor eléctrico con una potencia superior a los 200 CV, el Ampera-e es capaz de acelerar de 0 a 50 km/h en 3.2 segundos, haciendo que las arrancadas en los semáforos sean pan comido. Además de las prestaciones, el Ampera-e destaca por otro factor aún más determinante cuando se trata de coches eléctricos.
Y es que el Ampera-e se presentó en sociedad con una autonomía teórica de 500 km, o lo que es lo mismo, casi 400 km en condiciones de uso normales. Esta meteórica cifra es el resultado de un peso relativamente contenido y unas baterías de 60 kW desarrolladas por los coreanos de LG.
Sin embargo, parece que no todo es oro como reluce, máxime cuando resulta que el propio manual del vehículo alerta de que, dependiendo de las condiciones de uso y carga del vehículo, el rendimiento de las baterías puede degradarse hasta un 40%, una cifra alarmante que podría hacer descender la autonomía hasta unos 250 km.
Cualquier batería de cualquier vehículo, ya sea eléctrico o híbrido, sufre un deterioro normal con el paso del tiempo, que hace reducir poco a poco su rendimiento. Lo normal es que esta reducción no supere el 10-20% durante un periodo de tiempo de unos 8 años o 100.000 km, barreras puestas por la mayoría de los fabricantes para la sustitución en garantía de las baterías.
Convendría que los responsables de General Motors aclarasen este punto, ya que estamos seguros de que a un buen número de potenciales clientes el hecho de poder perder hasta un 40% del rendimiento de las baterías de sus Ampera-e puede llegar a echar para atrás alguna que otra compra.