Hace unos días saltaba la noticia de la suspensión con efecto inmediato del programa de coches autónomos en Arizona del gigante estadounidense Uber, tras sufrir uno de sus vehículos un nuevo accidente de circulación. Este anuncio pone fin -de momento- a las aspiraciones de la empresa americana de contar con una flota de vehículos autónomos capaces de transportar pasajeros sin intervención humana.
Y es que no es la primera vez que un vehículo equipado de la empresa americana con tecnología autónoma se ve implicado en un incidente de circulación, tras conocer hace unas semanas que otro de sus vehículos se saltó seis semáforos consecutivos en rojo en una maniobra que pudo tener graves consecuencias en caso de haber provocado un accidente.
Uber quiere que sus vehículos tengan capacidades autónomas lo antes posible, y aunque recibió la autorización para realizar pruebas con estas tecnologías en la vía pública, parece que estos sistemas no están aún preparados para enfrentarse a las innumerables situaciones que se producen en la vida real.
El gigante del transporte de personas en vehículos privados ha decidido paralizar inmediatamente las pruebas en vía pública hasta que la tecnología aplicada permita un mejor control del vehículo y, sobre todo, unas actuaciones mucho más seguras en caso de situación de emergencia. Y es que, hasta el momento, los vehículos autónomos de Uber apenas podían recorrer 1.2 kilómetros por si solos, necesitando por tanto la permanente atención de un conductor.
Este movimiento supone un claro revés dentro de la actual tendencia de "automatizar" la conducción lo máximo posible y lo antes que se pueda, algo que podemos ver en cualquier fabricante de automóviles actual. Conviene tener claro que es mucho mejor no adelantarse a las capacidades técnicas del momento, algo que puede traer consecuencias nefastas.
¿Está la tecnología preparada para ofrecer capacidades autónomas a los vehículos en términos de circulación real? ¿Traerá consecuencias este movimiento en otras empresas como Tesla, cuyo CEO -Elon Musk- está convencido a implantar la conducción autónoma en todos sus vehículos antes de que termine la década.