Los últimos 8 de Marzo se habían convertido en una revolución morada, de mujeres de todas las edades y condición reclamando sus derechos. Una tensión reivindicativa en la calle que hizo que las huelgas feministas tuvieran un seguimiento masivo en los paros parciales y que las manifestaciones convocadas en toda España fueran masivas, colocando a España como referente de la lucha por los derechos de la mujer a nivel internacional.
Sin embargo, este año la tensión parece haber abandonado la calle para instalarse en la política. El anteproyecto de la ley de libertades sexuales ha enfrentado a los socios de Gobierno, PSOE y Podemos, cuyo líder, Pablo Iglesias, acabó insinuando el pasado lunes que los tecnicismos jurídicos que trataban de imponer desde Justicia al anteproyecto respondía a un "machismo frustrado".
Al PP tampoco le está sentando bien la jornada feminista. Sus tres mujeres más visibles han dado muestra del lío que tiene el partido en su relación con el 8-M: la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, ha asegurado que ella no irá a la manifestación y que, si acaso, es "feminista amazónica". Cuca Gamarra, vicesecretaria general de Política Social, ha advertido que su partido estará en las calles el domingo aunque no estén de acuerdo con el manifiesto porque ella es "feminista". Y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pide que no la obliguen a asistir a ningún encuentro feminista con el que no comparte su ideario.
Esta tensión entre machismos y feminismos de todos los colores le ha restado protagonismo a una cita que, según el propio lema elegido en la Comunidad de Madrid, ha pasado de revolución a "revuelta feminista" y que vive, sobre todo, en las redes sociales, en los grupos de mujeres y entre las activistas.
"Con derechos. Sin barreras. Feministas sin fronteras" será el lema que encabece la manifestación convocada para este 8 de marzo en Madrid. Una bandera detrás de la que podrían estar todos los partidos del Congreso que han confirmado su asistencia, excepto Vox, pero que no ocupará ninguno de ellos, puesto que la mayoría de los partidos tienden a llevar su propio lema, su propia cabecera.
El problema del domingo
Por lo demás, ni hay una convocatoria de huelga ni paros parciales, a nivel nacional, y sólo algunos sindicatos de comunidades autónomas como Cataluña, Aragón y Andalucía han llamado a las trabajadoras a ese paro laboral y de cuidados que otros años solía calentar más el ambiente. "Hemos apostado por la descentralización de días y espacios", explican desde la comisión.
Para la convocatoria de los paros o huelgas no ayuda que el 8-M caiga este año en domingo y otras aseguran que es que los comités han decidido cambiar de herramienta: "Estamos trabajando de 8M a 8M todos los días del año", ha remarcado una de las portavoces de la Comisión organizadora.
Un riesgo que podría deslucir la fuerza que ha ido ganando estos años esta jornada y que no ha hecho a nadie plantearse pasar el paro al 9 de marzo para continuar con la 'tradición' de los últimos dos años. Tampoco se ha planteado convocar una huelga de cuidados, como sí se ha hecho otras veces, y que sí tendría su efecto en domingo, como cualquier otro día de la semana.
Sí parece que, demostrado que "si nosotras paramos, se para el mundo", el lema de la primera huelga feminista de 2018, ahora toca saber que "formamos parte de un proceso colectivo de apoyo mutuo y de transformación radical de la sociedad, de la cultura, de la economía, de las relaciones", por lo que la propuesta de la Comisión del 8-M para este año 2020 "es la Revuelta Feminista".
Los que han permanecido fieles a su jornada de paros son los sindicatos de estudiantes que han convocado una manifestación para el próximo viernes 6 de marzo, a las 12 horas, "contra la violencia machista y la educación franquista". Una cita que abrirá la puerta a un fin de semana reivindicativo con actos en las calles, perfomances de 'El violador eres tú', cadenas humanas y un ambiente mucho más festivo que otros años.
Si vuelve a haber tensión será en la misma manifestación del 8-M donde tendrán que convivir pancartas y representantes de todos los partidos políticos, excepto Vox, en camino y compaña. En 2019, las diputadas y diputados de Ciudadanos ya marcharon bajo el lema "Feminismo es libertad" y fueron increpados por algunas manifestantes durante el recorrido.
Las periodistas paraban
Una de las caras visibles de los paros de 2018 y de 2019 fue el movimiento #lasperiodistasparamos. Muchas profesionales de los medios de comunicación se sumaron a la huelga y a los paros dejando sus programas de radio y televisión sin su principal conductora, visualizando el lema de que "si nosotras paramos, se para el mundo".
Este año, posiblemente por caer el 8-M en domingo o porque no hay una convocatoria de huelga oficial, este movimiento lleno de caras populares no se ha organizado como otros años, pero seguro que será fácil encontrar a muchas de ellas en la manifestación del domingo, donde los organizadores esperan superar las cotas del año pasado.
Si en 2018 se calculó que sólo la manifestación en Madrid convocó a 170.000 personas según la delegación del Gobierno, un año más tarde, en 2019, fueron entre 350.000 y 375.000 personas las que se reunieron en la marcha morada, según la misma fuente. Por lo que para este domingo las previsiones son duplicar esas cifras.
La Comisión del 8-M es consciente del impacto que producen los paros en las reivindicaciones feministas pero insiste en que ahora lo que quieren es "demostrar cómo moverlo": "Nosotras entendemos que el 8 de marzo es importante, pero más importante es aún el proceso que llevamos a cabo cada año para tejer redes feministas de todas las realidades y de diferentes lugares del planeta", aclaran.
"Sabemos que hay que seguir avanzando. Nos sabemos fuertes y continuamos luchando. ¡Somos revuelta feminista y conseguiremos el mundo que queremos!", concluye el manifiesto.