¿Dónde están las mujeres de más de 50 años? La sociedad las invisibiliza, las olvida. No encuentran su lugar, y la ficción tampoco se lo da. El cine y las series quiere protagonistas jóvenes, y si puede ser ‘guapas’. El canon machista que se ha impuesto durante décadas pero que poco a poco empieza a cambiar. Lo hace gracias al trabajo de mujeres como Gracia Querejeta, una de las pioneras del cine español que dirigió su primer filme en 1992, cuando ser directora de cine era una profesión de riesgo en este país.
Ella no ha parado desde entonces, y siempre en su filmografía ha dado voz a mujeres que el cine nunca quería mostrar. Ella ha roto esa norma no escrita que, como decía Aitana Sánchez-Gijón, imponía que una mujer a partir de los 40 pasara de ser el objeto del deseo a la madre del objeto del deseo o incluso la abuela. Para Querejeta las mujeres no son estereotipos. Son complejas, dudan, aman, odian y tiene sexo.
Precisamente de eso va su nueva película, Invisibles -estreno el 6 de marzo-, de cómo a partir de una edad la mujer deja de existir para el mundo. Ellas son Emma Suárez, Adriana Ozores y Nathalie Poza, tres amigas que salen a pasear por el parque mientras hablan de machismo, sexo, trabajo, hijos, amantes y todo lo que quieran, porque para Querejeta ellas tienen una voz que quiere que se escuche.
Me imagino que no es fácil convencer a un productor para hacer una película sobre tres mujeres de más de 50 hablando por un parque.
A ver, es que la película se comenzó a gestar ya hace cuatro años, y no había conseguido sacar cabeza hasta hace uno porque era un planteamiento muy complicado, que aparentemente podía parecer muy teatral, y que podía dar miedo, pero era una apuesta de guion, bastante arriesgada, pero es que también de vez en cuando hay que arriesgarse y cambiar un poco, es divertido.
Regresas a esas historias de mujeres, un proyecto que a priori parece más personal que Ola de crímenes.
Sí, porque la película que hice con Telecinco, de la que también estoy muy satisfecha y que me alegro de haberla hecho, me ha hecho aprender a trabajar de otra forma, conocer a otra gente… pero no era una película mía, era un encargo y un guion que no era mía. No era una historia que se me ocurriera a mí, y esto está más cerca de mí, estas mujeres me son cercanas en su problemática, en sus historias. Me identifico con las tres, con sus miedos y sus inquietudes.
A las mujeres nos da miedo decir que somos invisibles. Hay verdades que es mejor no mentarlas porque se convierten en grandes verdades
Desde que debutaste has hablado de mujeres, ¿han cambiado sus preocupaciones?
Claro que han cambiado. Fíjate en Cuando vuelvas a mi lado de lo que se hablaba y mira de lo que se habla en esta. Yo no hubiera podido hacer esta película entonces. No se pueden intercambiar en el tiempo, también porque no tenía ciertas experiencias, no me habían pasado ciertas cosas. Esta es una película de lo que uno ha vivido, de mi tiempo actual y no del anterior, aunque también tienen alguna cosa en común.
La película se llama Invisibles, y hay un momento en el que Adriana Ozores lo dice, ‘las mujeres somos invisibles a partir de los 50’, sin embargo ante la mirada de sus amigas parece que rectifica, que tiene miedo a reconocerlo.
Es que nos da miedo decir que somos invisibles. Hay verdades que es mejor no mentarlas porque se convierten en grandes verdades, pero creo que la película juega con eso, con exorcizar estas angustias que podemos tener a partir de cierta edad y que no son sólo patrimonio de las mujeres. En los pases de la película hay hombres que se me acercan y me dice ‘a mí también me pasa todo esto’. Creo que no es patrimonio del género, sino de los tiempos que vivimos, de la edad, que es implacable, y del paso del tiempo, que no podemos luchar contra él por mucho que nos operemos o que nos pongamos pelucas.
Yo me he sentido absolutamente invisible en esta cincuentena, pero para mí la invisibilidad la he sufrido más por razones de edad que de sexo
¿Usted se ha sentido invisible a partir de los 50, y más en una industria como el cine, o es una privilegiada?
Yo me he sentido absolutamente invisible en esta cincuentena, pero para mí la invisibilidad la he sufrido más por razones de edad que de sexo. De hecho, cuando me llamó Telecinco para hacer Ola de crímenes pensé que era una broma de cámara oculta.
Cuando usted empezó en el cine eran cuatro mujeres, Coixet, Bollaín, usted… ahora llega una ola de directores jóvenes, cómo ve este cambio.
Lo veo con ánimo. En realidad lo que sucede es lo que más pronto o mas tarde tenía que suceder, y es que se equipare todo, que el acceso a determinados puestos se igual de fácil para las mujeres, y creo que vamos encaminadas hacia eso y que el actual gobierno está muy comprometido con que eso evolucione de forma favorable para la mujer, pero cuando empecé, efectivamente, eramos cuatro gatos y era muy complicado dirigir siendo mujer.
Hablas de temas que normalmente no se habla, como el deseo sexual a partir de cierta edad.
Sí, pero fíjate que no se da nada por sentado. Una ha dejado de tener deseo, la otra está mejor que nunca… son mujeres muy diferentes,pero ponen esos debates sobre el tapete y unas mujeres se sentirán más identificadas con una y otras con otras.
Pero en la ficción parece que la mujer deja de ser sexual a partir de una edad, ¿no le sorprende que siga siendo un tabú?
Sí que me sorprende, sobre todo porque parece que los50 están asociados a la menopausia y no a la sexualidad. De la menopausia no se habla en la película porque eso me aburre soberanamente, aunque comprendo que es una realidad y es una putada para muchas mujeres, pero no es mi caso y quizás por eso no he tenido necesitad de hablar de ese asunto. A mí me operaron hace muchos años y no he tenido una menopausia mala, pero por operación. Pero sí que estoy aburrida de películas en las que las mujeres que hablan a partir de los 50 ya sólo hablan de sudores y terminan felices porque encuentran a un tío. Eso es de una simpleza absurda.
Cómo ve el cine español actualmente, se dice que se está acabando con ese cine medio que usted representa pero no sé si eso se está solucionando.
No, estamos peor que antes. El cine que apoyan las televisiones es muy determinado pero no se hace otro tipo, y hay un cine que está abocado a conseguir los derechos de antena de TVE, y en la medida que, además, el ICAA apoya que las películas sean precompradas o producida por televisiones para sus ayudas, pues hace que estemos en manos de ellos, y a eso creo que hay que darle una vuelta.