Marta Ferré (31 años) sale de cuentas el 4 de mayo. Max será su cuarto hijo y ella dará a luz en casa. "Después de tres partos en el hospital, decidí que quería que mi cuarto bebé naciera en casa. Quiero un parto lo más natural posible y poder disfrutarlo sin tener que luchar con nadie", cuenta a MagasIN.
La pandemia del coronavirus no ha influido en su decisión –ésta ya estaba tomada hace mucho y el parto estaba planificado desde sus cinco meses de gestación- pero la crisis sanitaria sí que la reafirmó en su elección. "La decisión estaba tomada, yo lo tenía muy claro y mi pareja también. Y si ya estábamos convencidos al 100%, ahora lo estamos al 200%. Por la posibilidad de los contagios, por las prácticas que se están relatando. Estamos seguros de que fue la mejor opción", señala.
Desde que la crisis sanitaria empezó, se han reproducido quejas de varias mujeres y también de personal sanitario, por la forma como se estaban llevando a cabo algunos partos en determinadas comunidades autónomas. Parir sin la presencia de un acompañante, cesáreas e inducciones innecesarias, no aplicar la epidural, acortar el parto natural con fórceps y ventosas, separar a las madres y los recién nacidos, el ingreso de bebés sanos en la UCI o no poder iniciar la lactancia son algunas de las prácticas denunciadas.
En un comunicado a inicios de abril, la asociación El Parto es Nuestro, daba cuenta de que se estaban recibiendo numerosas quejas y testimonios tanto de parturientas como de profesionales sanitarios (matronas, pediatras, enfermeras) a los que se les ha exigido realizar estas prácticas.
En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, el nuevo protocolo de parto exigía que los padres sólo pudieran seguir el momento del nacimiento o el proceso de dilatación mediante videoconferencia mientras la embarazada tendría que permanecer sola en la habitación durante todo el proceso y hasta que le dieran el alta. El protocolo finalmente fue rectificado después de que incluso asociaciones de personal sanitario, como el CECOVA (Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana), mostraran su disconformidad.
Con la crisis sanitaria, grupos como la Asociación Nacer en Casa, han visto aumentar el número de mujeres que llaman pidiendo información sobre la posibilidad de parir en casa. "Hace como tres o cuatro meses que no recibía llamadas pero ahora puedo recibir entre dos y tres llamadas al día", cuenta Cristina Triviño, matrona y exsecretaria de la Asociación.
La mayor parte de las llamadas no se transforman en decisiones reales de partos en casa. "La mayoría de la gente llama por miedo a todo esto, pero sin saber muy bien lo que significa tener un parto en casa y cuando se lo explicas la mayoría termina desistiendo", explica Triviño.
"La decisión de parir en casa tiene que venir del convencimiento, nunca del miedo. La mujer tiene que ser consciente de que el trabajo de parir es suyo, que en casa no va a tener anestesia, que en el hospital pueden hacerle el parto pero que, en casa, es ella la que tiene que parir. Y está preparada, sabe hacerlo perfectamente, pero tiene que estar convencida de ello, porque una mujer asustada no puede parir en casa”, señala María José Montes, matrona y secretaria de la misma Asociación.
Un convencimiento que sí tenía Marta. "Ya con el tercero se me pasó por la cabeza y con el cuarto lo tenía decidido". No tiene malos recuerdos de sus partos anteriores, pero con el paso del tiempo se fue dando cuenta de que no habían sido como ella deseaba que fueran.
"El primero fue un parto totalmente intervenido y medicalizado, pero yo tampoco tenía mucha información y me limité a hacer todo lo que me dijeron que hiciera. El segundo me intervinieron con fórceps y ventosas y en el tercero, que ya sólo fui al hospital a última hora, aún así insistieron en ponerme la epidural y me rompieron la bolsa. No quiero esto para el cuarto", dice.
Marta habla con algo de decepción. "Llegué con 8 centímetros de dilatación, sabía que podía yo sola, pero llega un momento en que tú estás agotada. Y si te están insistiendo en que te pongas la epidural, que te rompen la bolsa y ya está, pues no tienes ganas de luchar más y dejas que lo hagan. Pero no era el parto que yo quería y en este quiero disfrutar de mi parto sin tener que luchar con nadie”, enfatiza.
Razones parecidas a las de Nataly que, a sus 28 años eligió dar a luz a su primer bebé en casa: "Soy auxiliar de enfermería, trabajé en una sala de partos y quería huir de prácticas abusivas y protocolos que me parecen anticuados".
Madre primeriza, Nataly sale de cuentas el 31 de mayo. Está tranquila y completamente segura de la opción que ha tomado para el nacimiento del pequeño Èden: "Quiero un parto íntimo, respetado y sin epidural. Y creo que el entorno de casa es el que más me favorece para poder lograrlo”.
La pandemia tampoco influyó en su decisión, pero ahora que todo esto está pasando, siente un cierto alivio: "Estoy mucho más tranquila la verdad. De tener que parir en un hospital, sé que, ahora mismo, estaría muy preocupada".
¿Quién puede parir en casa?
En España nacieron 169.216 bebés en el primer semestre de 2019. No hay cifras oficiales de cuántos partos se hacen en casa, pero la Asociación Nacer en Casa los cifra en un 1%. La ley española no establece ninguna obligación en lo que respeta al parto, dejando a la mujer la posibilidad de elegir dónde quiere tener a su hijo.
Si decide tenerlo en casa es una opción costosa. El parto, junto con las sesiones previas de acompañamiento y las sesiones posteriores al alumbramiento que van hasta el final de cuarentena, ronda los 2000 euros.
"Acompañamos a las mujeres desde el quinto o el sexto mes de gestación, hablamos con ellas y sus parejas, le explicamos todo lo que conlleva un parto en casa y si todo coincide empezamos las sesiones previas de preparación", explica María José Montes. En la semana 37 dos matronas se desplazan a la casa de la embarazada para familiarizarse con el lugar y, desde esa misma semana, las dos se ponen de guardia para asistir al parto en cualquier momento.
A la hora de aceptar realizar un parto en casa, las matronas señalan que lo más importante es que la madre y el bebé estén sanos. "Tiene que tratarse de un embarazo normal y sano, sin riesgos, en el que la madre y el bebé estén bien, que sea sólo un bebé, que esté bien colocado…", destaca.
"A la mínima señal de problema o alarma, en las ecografías, o en las analíticas, son ellas mismas las que te dicen que hay que estar vigilante y que si hay algún problema, hay que desistir del parto en el domicilio e ir al hospital", cuenta Nataly.
¿Es seguro dar a luz en casa?
Cuando se trata de parir en casa una de las primeras dudas que surgen es la seguridad. Por ello, además de que la mamá y el bebé estén sanos, otra condición imprescindible es contar con un hospital cerca por si surge alguna emergencia. "La casa no puede estar a más de 20 minutos de un hospital. Nosotras llevamos monitores para controlar el latido del bebé, material de primeros auxilios y medicación de urgencias pero tenemos que tener la seguridad de poder acudir a un hospital si la situación se complica", dice la matrona.
Marta y Nataly, las dos de Tarragona, tienen su plan de contingencia por si pasara algo fuera de lo previsto. "Yo estoy convencida de que todo irá bien, pero soy muy consciente de que cuando una se enfrenta a una maratón nunca sabe lo que puede pasar. Estamos a cinco minutos del hospital, tenemos el coche en la puerta con gasolina y si hay algo que se sale de lo normal, acudiremos al hospital, claro", dice Marta.
Lo mismo que Nataly: "Ni mi pareja ni yo tenemos carné de conducir pero mi hermano está de prevención y si hace falta, en dos minutos está en la puerta de mi casa y en 10 minutos estamos en el hospital”.
Para la ginecóloga Amira Alkourdi, del hospital Virgen de las Nieves, de Granada, todo depende de cómo se desarrolle el parto. "Un parto normal no tiene ningún problema en hacerse en casa, asistido por una matrona. En el hospital, cuando todo va bien, lo asiste solo la matrona también. El problema surge si hay alguna complicación en la que no se disponen de los medios para atender la situación”.
"Nadie está exento de una complicación durante la fase de expulsivo o justo después. Y el hospital es el único sitio donde existen todos los medios necesarios para prestar la atención adecuada en el menor tiempo posible, tanto si es la madre la que necesita ayuda como si es el niño el que necesita la atención de un pediatra, por ejemplo".
Para minimizar estos riesgos, las matronas señalan que no hay que esperar a situaciones límite: "Llevo 35 años asistiendo partos en casa y he tenido emergencias y siempre hemos llegado a tiempo. Porque nosotras también sabemos que no estamos en un entorno hospitalario así que no llevamos ninguna situación al límite. En cuanto hay un problema que vemos que no se soluciona, se habla y vamos al hospital", destaca Maria José Montes.
Sin embargo, Alkourdi advierte que, dependiendo del tipo de urgencia que surja, todo se puede complicar: "Hay emergencias en las que, por ejemplo, en menos de siete minutos, el niño tiene que estar fuera. Y en esas, es muy complicado que se llegue a tiempo".