La esposa del presidente francés, Emmanuel Macron, Brigitte, explica que tiene que prestar "mucha atención" a cualquier cosa que dice, porque puede tener consecuencias para la función de su marido, y lamenta que haya muchos "fantasmas" sobre lo que hace y su influencia.
En una entrevista emitida este viernes por la emisora France Info, Brigitte Macron señala que no le gusta la denominación de primera dama, que ella es "la esposa del jefe del Estado" y que como tal reconoce que tiene "una enorme responsabilidad" por el impacto que puede tener lo que hace y lo que dice.
Por eso, cuando la pareja presidencial es invitada en el extranjero, busca el criterio de los diplomáticos y los miembros del protocolo para saber qué actitud debe guardar, "qué decir y qué no".
Preguntada sobre si le pesa su función, asegura que no se lo plantea porque "cuando se es la esposa del jefe del Estado, hay unos deberes" durante cinco años y ella intenta hacerlo lo mejor que puede.
En cuanto a si intenta enviar mensajes a su marido sobre su acción, insiste en que se mantiene "a distancia de la política" porque le faltan las competencias y nunca se permite darle un consejo.
Aunque al mismo tiempo reconoce que en tanto que pareja uno puede tener alguna influencia sobre el otro puesto que hablan mucho, pero al mismo tiempo subraya que hay "muchos fantasmas".
En cuanto al futuro una vez que salgan del Elíseo, dice que no le da miedo "en absoluto".
Brigitte Macron afirma que ella vive "de forma resuelta en el presente, es lo único que existe", y que "el futuro con Emmanuel no es inquietante".
"Es un hombre sólido -asegura-, extremadamente tranquilizante y extremadamente bueno. Tenemos mucha suerte, tengo mucha suerte de estar casado con un hombre como él, lo que es una certeza que tengo todos los días desde hace más de 20 años".