España. 1949. Cualquier pueblo de cualquier rincón. Mujeres solas. Mujeres viudas. Mujeres solteras. Mujeres de guardias civiles que esperan su regreso. Mujeres monjas. Sólo mujeres aunque la película se llama 'Maquis' (eso sí, el cartel ya convierte la 'q' en el signo femenino).
"Es curiosa una historia de hombres sin hombres. Y eso que tienen una presencia permanente, porque de principio a fin hablamos de ellos, producen efectos en la acción y desarrollo del argumento, pero no están", recuerda Paloma Suárez, la actriz que da vida a Pilar, la protagonista de una película de 107 minutos.
'Maquis' es un libro y una obra de teatro también en la que sí aparecían personajes masculino. Pero su autor y director, Rubén Buren, biznieto de Melchor Rodríguez, el llamado 'ángel rojo', último alcalde del Madrid republicano que salvó de la muerte a 11.000 presos políticos, quiso convertir el homenaje a estas mujeres silenciadas durante toda su vida como si fueran un protagonista colectivo, aunque con diferentes caras.
No está el cura, aunque mantiene su poder. No está el guardia civil, aunque mata mucho. No está el maqui, aunque entra y sale del desarrollo de la acción y la modifica. "No aparece un maqui pero es que los maquis también eran ellas. Eran el enlace en el pueblo. Sin las mujeres, los maquis no hubiesen sobrevivido porque eran las que les llevaban la comida, la ropa, los avisos... eran unas colaboradoras imprescindibles para que pudiesen sobrevivir los nueve años que funcionaron tras la guerra", insiste su protagonista.
Ni siquiera en la película de 'La Casa de Bernarda Alba', la obra femenina por antonomasia y que muestra igualmente una localización asfixiante para las mujeres, prescinden, aunque sea sin mostrar su rostro, de la figura masculina. En 'Maquis' ni siquiera se les escucha de refilón.
Paloma Suárez tiene sobre sus espaldas muchas horas de televisión, teatro y producción. Se formó con los mejores, en el The Actor's Studio en Nueva York, la British Theatre Association y la Regent School de Londres. Pero en 1992 decidió que no podía seguir delante de las cámaras.
"Hice mucha televisión y teatro pero me decepcioné con lo que era la profesión y el mundo tan machista que existía en ese ambiente en los años 80. Me tuve que enfrentar a situaciones desagradables y se me rompió la ilusión así que me pasé al otro lado del escenario. Sentía que era una especie de marioneta en las manos de gente muy machista que eran los que dominaban el negocio. Tenía muy poca voz y eso no era lo que yo quería hacer. Quería tener voz y desarrollar mi creatividad".
Y lo consiguió. Ha trabajado como productora y en grandes festivales como los Veranos de la Villa o el de Otoño, así que sabe reconocer un buen proyecto cuando lo ve, pero también las dificultades que tienen estas pequeñas 'joyas': "Me tiene impresionada la vitalidad, el talento y la energía de Ruben porque es un milagro lo que ha hecho, con un presupuesto reducido, hemos trabajo todos desde el director hasta el último técnico, gratis, con ilusión y creyendo mucho en la historia".
Precisamente fue esa pasión la que la convenció de hacer a Pilar. "Era una historia que había que contar porque hablaba de mujeres muy silenciadas que había que homenajear y porque también habla de conciliación".
En cualquier pueblo
'Maquis' se rodó en apenas unas semanas en Madridejos y Luzón, pero no hay ninguna referencia concreta a una localización en la película, al igual que las mujeres sólo tienen nombre, sin apellidos. Es un recuerdo para todas las Pilares, Adelas, Sagrarios de España, al igual que ese ambiente cerrado y asfixiante se convierte en cualquier pueblo pequeño.
"En cualquier pueblo de España pasaron historias muy parecidas. Los maquis ejercieron una actividad más potente en Aragón y en los Pirineos, pero realmente los hubo en todas partes gente escondida en el campo o en la sierra", recuerda.
Pero, ¿qué pasó para que estas mujeres no llegaran a rebelarse? Eran fuertes, trabajadoras, cabezas de familia en sus casas y nunca se salieron de la norma... "Después de la guerra hubo tal disgregación de la izquierda republicana, se quedaron tan solos y tan desamparadas las mujeres de este país que el único recurso que parece que les quedó fue el silencio. Les sobraban ganas de vivir en paz tras 15 años de lucha".
Las mujeres de la película
Pilar (Paloma Suárez) - Es la protagonista principal, junto con su hija y su nuera. Es viuda y vive de lavarle la ropa a los maquis. Su hijo, republicano, ha muerto asesinado y su nuera sigue manteniendo aún un espíritu de rebeldía que choca con las ganas de vivir en paz de Pilar, de que no haya más muertos en su familia. Su hija, y su porvernir es lo que más le importa en la vida.
Adela (Zaida Alonso) - Es la nuera de Pilar y la que mantiene la comunicación con los maquis. Viste con pantalones anchos, camisas de cuadro y botas militares con el ansia de mantener su oposición al régimen y su esperanza de que cambien las cosas. La escena final que protagoniza junto a Pilar es el resumen más potente y poderoso de todo el dolor y el silencio que condena a estas mujeres durante décadas.
Sagrario (Fátima Plazas) - La hija de Pilar. Es la más joven y la más inocente de todas. Sólo quiere bailar, experimentar, respirar... vivir. Tiene una relación con un maqui y oculta su embarazo. Su madre quiere mandarla de criada a otro pueblo para sacarla del asfixiante ambiente en el que vive.
Eudosia (Teresa del Olmo) - Es una de las dos amigas de Pilar. Una mujer instruida, hasta cierto punto, que le gusta la lectura, el único recurso para salir del enclaustramiento en el que viven. Sus pequeños gestos de rebeldía son el silencio y encerrarse, como muestra en una escena de un entierro para no enfrentarse a la mujer del guardia civil.
Antonia (Lula Muñoz) - Es un personaje más de la tierra, sencillo y probablemente analfabeta. Mucho más disimulada en sus reacciones es consciente de que no se pueden salir de lo marcado por la cerrada sociedad para ellas.
Sor María (Rosa Fernández) - Es el poder de la Iglesia en la implantación de unas normas sociales irrompibles. No aparece el cura, aunque está presente, pero ella es la que marca qué puede hacer Sagrario y qué no y la que vigila la decencia de todos los hogares. Los ojos que acechan y que todo lo ven.
Alicia (Alicia Lescure) - Es la esposa del guardia civil 'jefe' recién llegado al pueblo. Su personaje muestra también el sufrimiento de estas mujeres que eran recibidas con sonrisas y mucha desconfianza. Nadie le habla, nadie la ayuda. Sólo Pilar establece una relación con ella pese a todo.
Completan el reparto Paca (Isabel Romero de León), La Rubia (Paqui Morante Rubio) y Petri (Petri García Sanz), tres vecinas más.
"Estoy muy orgullosa de haber podido participar en este proyecto y de que hayamos terminado la película. Era necesario contar una historia así y recordar lo que pasaron esas mujeres e intentar estar en paz con ellas", aclara Paloma Suárez.
(La película está seleccionada ya en dos festivales internacionales: el Wales International Film Festival y el Oregon State International Film Fest)