Anuca Aisa (53 años) soñaba con ser fotógrafa desde los 18 años. Su padre era un gran aficionado a la fotografía, que incluso revelaba en casa sus propias imágenes con ayuda de sus hijos, pero cuando ella dijo que quería estudiar fotografía, no recibió mucho apoyo.
"Ahora es mi mayor fan pero él no lo veía como una profesión, más bien lo veía como una afición. Y me animó a estudiar una carrera 'de verdad'", explica esta artista.
Ella le hizo caso: estudió Derecho, fue procuradora durante 18 años pero la creatividad le salía por las orejas y saltaba muros y ventanas... hacia su cámara, su objetivo, su modo de ver la vida en cada imagen revelada. Así que en 2005, con muchas cuentas saldadas en la vida, cerró el despacho, hizo un Máster de Fotografía en EFTI y se lanzó a crear fotografías que han llenado exposiciones por toda España.
"Había llegado un momento de mi vida que vi que podía dedicarme a lo que me gustaba de verdad. Hice varios cursos de PhotoEspaña y empecé". A disparar, le falta decir.
Lleva ya ocho series artísticas que han colgado de paredes en galerías de Madrid, Sevilla o Barcelona, entre otros lugares. Su última exposición, "El tiempo vencido", puede visitarse actualmente en la Fundación Cajasol en la capital andaluza.
"Mi carrera como fotógrafa es conceptual, yo siempre digo que intento contar algo que según momentos de mi vida va cambiando. Según mi proceso vital quiero unas cosas u otras e intento contarlo a través de las fotos", explica a MagasIN.
De hecho, para ella, lo más fácil casi es hacer fotos y lo más complicado encontrar una línea que delimite su narración y que haga que todo encaje. "Es horrible porque empiezo a pensar en el tema al día siguiente de terminar una serie. Y yo tardo en elegirlo porque tengo muchas cosas que me interesan, que quiero contar, que me rondan por la cabeza y que no acabas de agarrarlas y decir cojo esta vía".
Y cuando menos lo espera llega algo que le encaja en todas esas imágenes que le rondan la cabeza y empieza a crear. "La última serie, la de "El tiempo vencido", fue en una exposición que de repente vi un libro que se llamaba así y me hizo asentar todo lo que estaba pensando que quería contar con esa frase. De ahí surgió todo".
Luego le van viniendo las fotos. Algunas situaciones las fuerza ella misma y otras se las encuentra en cualquier rincón, de la manera más impensable, porque toda ella está predispuesta a experimentar esas sensaciones: "Una de las fotos de esta serie la encontré en una casa cuando fui a acompañar a una amiga que quería comprarse un piso. De repente vi una habituación y dije 'tengo que fotografiarla' porque es absolutamente lo que quiero contar. Fui corriendo a mi casa, mientras mi amiga entretenía a la inmobiliaria, para plasmarla", cuenta entre risas.
Uno de los temas que se han repetido en algunos de sus trabajos es el silencio y lo oculto. "Imagino que será algo interior mío", reconoce la artista. "Mi fotografía no es documentalista yo intento transmitir lo que veo, mis estados de ánimo. Siempre son procesos interiores, no sé muy bien cómo llego a esto, imagino que es por mi vida interior. Soy bastante introvertida, tímida y es una forma de sacarlo".
Y por ahora con mucho éxito. Su marido y sus tres hijos siempre la han apoyado en un camino que ya ha tenido frutos en venta de trabajos y en exposiciones muy celebradas. "Me acuerdo perfectamente cuando vendí mi primera fotografía. Fue la primera serie que hice que se llamaba 'Desde el silencio' y era un momento de mi vida en el que viajaba mucho en tren a Pamplona y la hice desde el tren. Me hizo una ilusión tremenda".
Anuca Aisa es consciente de que hacer fotografía artística y vivir para contarlo no siempre es fácil. "Todo el mundo tiene acceso a la fotografía pero no todos pueden hacer un cuadro o una escultura. ¡Quién no ha hecho una foto en su vida! Por eso es más difícil que se considere un arte. Además, está el tema de la pervivencia, en cierto sentido, como obra de arte. Ya sabemos cómo reacciona un cuadro al pasar siglos, pero el soporte fotográfico no tiene tantos años para ver cómo va a evolucionar", aclara.
Por eso reconoce entre bromas que ella, con una amiga, también ha hecho "un montón de fotos de álbumes de niños" para poder crear su arte con solvencia. La exposición ya está en Sevilla abierta al público y ¿Anuca? "Ahora estoy en ese bonito momento de creación y aún no sé muy bien cómo va a salir".