Hace una semana, un joven de Bilbao, M., decidió ir al instituto con una falda. "Porque me apetecía, sin más". Al principio fue con unos pantalones negros debajo pero le entró calor y decidió quedarse en falda y sudadera. "Yo sabiendo que me iban a mirar mal, pero eso siempre me ha dado igual las opiniones de los demás, le pedí a una amigas mías que llevasen falda conmigo", explica en su canal de Tik Tok que tiene ya más de 193.000 seguidores y que ha conseguido más de 15 millones de "me gusta".
Desde la habitación de su casa, aclara que todo iba bien ese 27 de octubre hasta que... "A tercera hora ha interrumpido la explicación de Matemáticas para llevarme al psicólogo. Y la psicóloga estaba todo el rato diciéndome pero tú te sientes tía y yo no me pongo ningún género y si me tengo que poner soy tío".
En el instituto, además, le pidieron que si tenía frío, "porque yo vivo en el norte de España", se quitara la falta "Sólo a mí, no a las tías" y su lucha ha derivado en un movimiento, el "Movimiento falda", que invita a chicos y chicas a acudir al instituto con esta prenda puesta.
"Yo vi este movimiento feminista de que los tíos estaban llevando falda en otros países y dije pues vamos un plus. Era una cosa que a mí me apetecía y un movimiento feminista que yo quería hacer", asegura este estudiante de 15 años.
Los vídeos de adolescentes chicos y chicas apoyando su causa no han dejado de reproducirse en la red social favorita de los jóvenes. Y hasta se han creado varias plataformas para pedir que chicos y chicas lleven este 4 y 5 de noviembre una falda a clase.
Estereotipos
En su lucha contra los estereotipos, M. también ha probado con un crop (un jersey cortito) pero reconoce que no le gusta, y con otro tipo de faldas, que no es la del uniforme, con una música muy inspiradora de fondo, el éxito del peruano Fabricio TJ y Lalah "Vine pa'educarme".
La canción que triunfa entre los jóvenes, sobre todo como reivindicación de la sexualización del cuerpo de la mujer, tiene una letra muy sencilla pero que impacta por su fuerza reivindicativa: "Profe, disculpe la tardanza / No me dejaban pasar por la ropa inapropiada / Vine pa' educarme y me mandaron pa' mi casa / No puedo estar aquí sin ser sexualisada. / Dicen que lo provoco / Que cuando abro la boca / Ellos se vuelven loco / Dicen que es mi culpa / Y por eso lo que callo me lo llevo pa' la tumba. / A mí ya no me preguntes / Que por qué lloro tanto / La tristeza a mí me hunde / Soy esclava de mi cuerpo / No me tratan como quiero. / Pero aquí vamos / Como siempre agarrados de las manos / Somos más fuerte dejando nuestro lеgado / Luchando por las que no están respirando, no / Destruyendo el patriarcado hoy".
En Madrid
Varios institutos han secundado la protesta que propuso M. Por ejemplo, en el Ramiro de Maeztu en Madrid, este miércoles se pudieron ver varias decenas de adolescentes organizados contra la sexualización que provocan determinadas prendas de vestir. Y hoy prometen repetir.
Uno de los estudiantes que optó por usar una falda ha explicado a MagasIN que "hay que preguntarse por qué vestir determinada prenda es transgresora o llama la atención. En otros países y en otros tiempos, llevar faldas y vestidos era lo masculino, por lo cual no es algo natural y evidente, sino cultural. Que sea cultural implica que se ha creado y es susceptible de ser cambiado".
Sin embargo, eso no fue realmente lo que le hizo ir a clase en falda: "El caso de este chico vibró en nuestro corazón con la fuerza de lo compartido. Si hacemos esto, al menos en mi caso, es para demostrar que no nos importa la opinión de los típicos matones. Mostrarnos así ante la superioridad desde la que nos hablan, los insultos, la indiferencia, la impasibilidad. Nos jugamos la libertad, por eso nos agrupamos. Quizás no a todos nos guste llevar falda, pero sí poder desarrollar nuestras peculiaridades sin ser acosados. No se trata de una excéntrica llamada de atención, se trata de un acto de rebelión contra los matones, contra los tontos que se burlan, por la libertad de ser quien somos. ¿Existe acaso un acto más noble?", aclara.
D., fundador del grupo LGTBI de este instituto madrileño, también se puso falda pero él insiste en que muchos de los que han seguido la protesta no lo van a volver a hacer y no es la lucha "por el sentimiento de que la ropa no tiene género". "Aunque ha sido un movimiento bonito no puede ser una cosa de un día, como todas las luchas contra los roles de género".
Para C., otra alumna del Ramiro de Maeztu, esta protesta "quiere conseguir que se eliminen los roles de género, los estereotipos, en este caso concreto, los de vestimenta, y conseguir la libertad de expresión de todos y cada uno de nosotros".
"A mí, a pesar de todo, me ha costado entender que el hecho de maquillarte no significa que seas mujer o que llevar el pelo corto te hace hombre. Y yo me he tenido que adaptar y deshacerme de estos prejuicios, he tenido que aceptar que cada uno es como es, que se expresa como quiere y tiene derecho a no ser juzgado por ello. Al igual que me ha sido difícil a mí, le es difícil a otras personas. No pedimos que de la noche a la mañana se transformen las cosas porque no va a ser así, pero el cambio se hace poco a poco, y este es nuestro objetivo", aclara.
M., la organizadora del acto en este instituto, tiene claro que "el objetivo era que la mayor cantidad de gente se uniera para enseñar que la sociedad se equivoca y que la generación Z no es la que está enganchada a la tecnología y que no se preocupa por su futuro, sino que es aquella que va a cambiar el mundo". De hecho, hoy volverán a ir con falda: ellos y ellas.
En Canadá
Este movimiento tiene un antecedente en un instituto de Canadá, en Quebec, concretamente, donde otro estudiante de Secundaria, Tom Ducret-Hillman, publicó un video en Instagram en el que él y otros amigos acudían a clases con la falda del uniforme escolar.
Su intención, como dejan claro en el vídeo y en las fotos de Instagram, es denunciar la sexualización de las niñas al obligarlas a ir con faldas.
"Usamos falda para denunciar el código de vestimenta obsoleto y sexista de las escuelas secundarias de Quebec, así como para enfatizar la tolerancia que debe existir hacia todos los géneros y todas las formas de vestir".
El joven de Quebec ha recibido el apoyo hasta del actor y cineasta Xavier Dolan quien aseguró que no podía imaginar que una acción como ésta ocurriera en un instituto, "a excepción de que se tratara de Halloween". "Todos los días busco buenas noticias y ésta es una de ellas".