Tras 19 años de guerra en el país, Afganistán ha comenzado las conversaciones con los talibanes para poner fin al conflicto, que ha dejado miles de muertos y ha provocado un retroceso en los derechos de la ciudadanía, especialmente de las mujeres.
El pasado 12 de septiembre, el Gobierno afgano y los talibán se sentaron por primera vez juntos en una mesa de negociación en la que participan cuatro mujeres. Aunque son pocas, ya que del lado del gobierno hay 17 hombres, su presencia es extremadamente significativa para el país.
Fawzia Koofi
Fawzia Koofi, de 45 años, es política y activista por los derechos de las mujeres en el país. En 2005 logró un escaño como diputada y desde ese año hasta 2014 ejerció como vicepresidenta de la Asamblea Nacional, siendo la primera mujer en ocupar ese puesto. En 2014 presidió la Comisión de Mujeres, Sociedad Civil y Derechos Humanos de la Asamblea y en 2019 creó el partido Movimiento de Cambio por Afganistán.
Koofi ha sufrido dos atentados. El primero ocurrió el 8 de marzo de 2010. La activista regresaba de un acto convocado por el Día Internacional de la Mujer cerca de la ciudad de Tora Bora, cuando intentaron asesinarla. El segundo se produjo este mismo año, en el mes de agosto. El convoy en el que viajaba fue atacado durante la noche por un grupo armado de desconocidos en el norte de Kabul, cuando regresaba de la provincia norteña de Parwan. En esa ocasión Koofi resultó herida en un hombro y en una mano, aunque no fue muy grave. Los talibán negaron su implicación en el nuevo intento de asesinato.
Habiba Sarabi
A sus 64 años, la doctora Habiba Sarabi es una destacada figura en el proceso de paz del país. Estudió Medicina y después de graduarse obtuvo una beca de la Organización Mundial de la Salud para ir a la India a completar sus estudios de hematología. Con la llegada del régimen talibán, Sarabi y sus hijos huyeron a Pakistán, aunque regresaba frecuentemente en secreto, ya que su marido se había quedado en Kabul a cuidar de la familia.
También trabajaba clandestinamente como maestra de chicas, en Afganistán y en los campos de refugiados afganos en Pakistán. En 1998, entró al Instituto Afgano de Enseñanza y llegó a ser directora general. Además, ha sido vicepresidenta de la organización Asistencia Humanitaria para las Mujeres y los Niños de Afganistán.
En 2005 hizo historia al ser nombrada gobernadora de la Provincia de Bamiyan por el presidente Hamid Karzai, siendo la primera mujer en ocupar este puesto en el país.
"Sin la participación de las mujeres en este proceso, no habrá una paz duradera y sostenible. Al mismo tiempo, estamos viendo un aumento de la violencia contra las mujeres en Afganistán por parte de quienes entienden que, al atacarlas, también se puede atacar y socavar el proceso de paz en sí. Hay mucho en juego. No debemos cejar en nuestra determinación de seguir avanzando hasta que hagamos realidad nuestra ambición de un Afganistán en que todas las mujeres puedan vivir en paz y se reconozcan sus derechos", dijo a ONU Mujeres.
Sharifa Zurmati
Actualmente es asesora del presidente en materia de derechos humanos. Sharifa Zurmati, de 52 años, estudió Literatura Pastún y ha trabajado como reportera y portavoz en diferentes medios de comunicación del país.
Según apunta la página del Ministerio de Estado para la Paz, entre sus funciones en el gobierno están: formar parte de la Comisión Electoral Independiente; asesora y portavoz del Ministerio de Asuntos de la mujer; y representante en el Parlamento de la provincia de Paktia.
A finales de los años 90 dirigió una escuela secreta para niñas en su casa, ya que su educación estaba perseguida por los talibanes. Un día, en 1997, los talibanes irrumpieron en el centro y tuvieron que mentir sobre lo que hacían. "Les dijimos que estábamos enseñando a los estudiantes a leer el Corán, pero tuvimos que ocultar que también impartía otras materias como poesía, matemáticas y geografía. Al escuchar que los estudiantes estaban leyendo el Corán, los hombres se fueron", contó a Al Jazeera News.
Shala Farid
Shahla Farid creció en el seno de una familia intelectual. Tuvo la nota de acceso a la universidad más alta y se graduó en Derecho y Ciencias políticas. Obtuvo el título de enseñanza (Kader) y ejerció en varias escuelas antes de convertirse en profesora de la Universidad de Kabul. Sus publicaciones se han centrado en los derechos de la mujer.