En Tomelloso las mujeres pueden presumir de ser las primeras españolas en haberse puesto los pantalones, literalmente. La ciudad manchega, que actualmente cuenta con 36.000 habitantes y que como toda España ha vivido un 8 de marzo atípico, destaca por su estrecha vinculación a la fabricación de vinos. Es precisamente este arte, o vicio según se mire, el motivo por el cual Tomelloso fue pionero en uno de los logros invisibles por la igualdad entre hombres y mujeres.
De hecho, la localidad puede presumir de ser el principal productor mundial de alcohol de origen vínico y hasta el 50% de la superficie de viñedos de toda España se encuentra en esta zona. Desde que cambiaron el cereal por la producción de la vid, Tomelloso necesitaba espacios de almacenaje para no verse afectado por la plaga de la filoxera.
En 1870, España sufrió una de las plagas de filoxera más contundentes que se registran. Había entrado en la Península Ibérica por Portugal y Francia, lo cual obligó a los agricultores y a los trabajadores de los viñedos a desechar grandes cantidades de plantas.
En este sentido, la localidad manchega se puso manos a la obra e inició un ambicioso proyecto de construcción de cuevas que a día de hoy siguen intactas. Se calcula que alrededor de 4.000 cuevas horadadas componen el subsuelo de Tomelloso para el almacenamiento del vino. Estas tienen salida al exterior por medio de las llamadas lumbreras, que son rejillas de respiración que pueden verse fácilmente en las aceras de las calles.
Allí trabajaban hombres y mujeres, codo con codo, tratando de evitar que la cosecha se contaminara. Mientras los trabajadores masculinos escarbaban la tierra en las profundidades de éstas, las terreras se dedicaban a extraer la misma con un torno o maquinillo de las cuevas desde las lumbreras, la parte que daba al exterior y que servía para dar luz y producir ventilación en el interior. Este proceso impulsó y promovió que las mujeres vistieran pantalones largos durante las faenas, con el objetivo de estar más protegidas mientras ejercían su labor. Pronto se convertiría en su uniforme de trabajo.
Símbolo liberador
Aunque en pleno 2021 pueda parecer un detalle sin importancia, el pantalón era una prenda más que las mujeres no debían vestir en España. Si bien es cierto que en civilizaciones anteriores se han encontrado indumentarias de estas características en mujeres, la sociedad occidental evolucionó de tal manera que el pantalón era un elemento más que se inclinaba hacia lo masculino.
De esta forma, Tomelloso fue el primer sitio donde las mujeres tuvieron el mismo derecho de los hombres a llevar el pantalón largo durante el trabajo, simbolizando así la cooperación entre ambos sexos.
Esta tradición ha quedado grabada para la historia gracias a pintores como Antonio López Torres, quien retrataba en sus cuadros costumbristas con un toque violeta a mujeres que custodiaban el campo, luciendo con orgullo pantalones por primera vez en la historia. Además, es una anécdota que se conoce en la localidad. Nunca está de más extender el conocimiento más allá de las fronteras y conocer el pasado español, con sus luces, sombras y avances sociales.