Muere Sarah, la abuela de Obama que tenía que tener a un traductor para hablar con su nieto

Sarah Onyango Obama, la abuelastra keniana del expresidente estadounidense Barack Obama, falleció la madrugada del domingo a los 99 años en la ciudad de Kisumu, al oeste de Kenia, tras sufrir un accidente cerebrovascular el pasado mes de septiembre, según confirmó su hija, Marsat Obama.

"Le diagnosticaron un derrame cerebral en septiembre del año pasado y tenía problemas relacionados con el azúcar en sangre", aseguró a medios locales la hija de la fallecida, que fue ingresada este domingo en el Hospital Universitario Jaramogi Oginga Odinga, el centro de referencia en la zona, y murió a las 4.45 hora local (1.45 GMT) del lunes.

Según informan medios kenianos citando a fuentes del centro médico, la anciana acudió a la clínica por problemas de diabetes, una enfermedad que había provocado su ingreso hospitalario en varias ocasiones durante los últimos dos años, aseguró un vecino. Será enterrada entre el lunes y el martes en el cementerio musulmán de Kisumu. 

Mama Sarah, como era conocida popularmente, nació en 1922 en un pueblo a orillas de las brillantes aguas del lago Victoria, y se convirtió en la tercera esposa de Hussein Onyango Obama, el abuelo paterno del expresidente Obama.

Según cuenta el diario sudafricano IOL, Mama Sarah era muy conocida en su pueblo, Kogelo, por las gachas calientes y las rosquillas que servía en una escuela local. En 2006 su nombre empezó a conocerse a nivel nacional gracias a la visita del exsenador de Illinois, Barack Obama, a Kenia.  

Finalmente, se convirtió en una auténtica celebridad con la elección en 2008 de Barack Obama como el primer presidente negro en la historia de EEUU. Su modesta casa incluso se convirtió en una atracción turística y la localidad de Kogelo (en el condado de Siaya, también al oeste del país) pasó a conocerse como "el pueblo de Obama".

Durante décadas, Mama Sarah dirigió una fundación en Kenia para ayudar a educar a los huérfanos y las niñas, algo que sentía fuertemente ya que ella no había aprendido a leer.

Aunque Barack y ella tenían que comunicarse a través de un traductor durante sus visitas, ya que Sarah hablaba el dialecto Luo y solo unas pocas palabras en inglés, el expresidente siempre mostró su cariño hacia ella. 

Asimimo Sarah era "creyente de la fe islámica", fue una firme defensora de Barack cuando en 2008 se le acusó de ser extranjero y musulmán. Afirmó que aunque el abuelo de Obama había sido musulmán, "en el mundo de hoy, los niños tienen religiones diferentes a las de sus padres". 

Condolencias del gobierno

El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, expresó sus condolencias a la familia en un comunicado donde aseguró que el país ha perdido "a una mujer virtuosa y fuerte" que era "un icono de los valores familiares".

Asimismo, el principal líder opositor del país, Raila Odinga, lamentó la muerte de Mama Sarah Obama en la red social Twitter, y afirmó que "se convirtió en un símbolo de la resiliencia y la confianza de la mujer africana".

Por su parte, el gobernador del condado homónimo de Kisumu, Anyang Nyong'o, dio el pésame a los seres queridos de la fallecida y subrayó que la anciana "no era solo la matriarca de la amplia familia Obama, sino también una figura maternal para muchas personas y una filántropa que ayudó a recaudar fondos para pagar las tasas escolares de muchos huérfanos y niños vulnerables y apoyó a muchas viudas".

La figura de Obama, el primer mandatario estadounidense de origen africano, siempre ha despertado un gran interés en Kenia, el país donde nació su padre y donde muchos lo consideran uno de los suyos.

Aunque Obama vio a su padre solo una vez en su vida, cuando tenía diez años, le influyó tanto que en 1988 viajó por primera vez a Kenia para conocer sus raíces.

En julio de 2015, el expresidente estadounidense aprovechó su visita a este país de África Oriental -la primera como jefe de Estado- para reencontrarse con su familia paterna, con la que mantiene poco contacto.

Visitó de nuevo la casa de su abuela en Kogelo en 2018, después de dejar el cargo, bromeando que no había podido visitar antes porque el avión presidencial era demasiado grande para aterrizar en el aeropuerto local.