Las últimas en confesar que han sido víctimas de violación han sido la presentadora de televisión Oprah Winfrey y la artista Lady Gaga, ambas víctimas de abusos sexuales en su infancia y adolescencia.
Winfrey ha relatado cómo fue violada en su niñez y que tuvo un hijo con 14 años como consecuencia de dichos abusos. Por su parte, Gaga también fue violada por parte de un productor de música cuando tenía tan solo 19 años.
Dos figuras muy presentes en la lucha activista dentro del sector audiovisual y que son voces de los derechos de las mujeres, la lucha contra el racismo y la defensa de los derechos LGBT+.
Oprah alza la voz
"A los 9, 10, a los 11 y a los 12 años, mi primo de 19 años me violó", afirma la presentadora estadounidense Oprah Winfrey, en la serie The Mee You Can´t See emitida en Apple TV.
"No sabía lo que era una violación. No estaba al tanto de esa palabra. No tenía idea de qué era el sexo, ni tenía idea de dónde venían los bebés, ni siquiera sabía lo que me estaba pasando. Y guardé ese secreto", continúa.
Oprah continúa su terrible relato confesando que también fue violada por su tío y por otros miembros de su familia y que a los 14 años se quedó embarazada de esos abusos. Un embarazo en el que el bebé falleció con dos semanas de vida. "Una niña no está segura en un mundo de hombres", explicaba en una entrevista a RT.
La historia de Gaga
Musa del colectivo LGBT+ y una gran defensora de movimientos sociales, Lady Gaga también ha querido compartir su dura experiencia para demostrar que incluso estrellas de la música pueden sufrir estos ataques machistas.
La cantante confesó a Oprah que fue violada cuando tenía 19 años por un productor musical. Y aunque no ha querido dar nombres concretos, sí que ha hablado sin tapujos sobre los numerosos problemas psicológicos que este delito supuso para ella.
"No se lo conté a nadie durante más de siete años. No sabía cómo aceptarlo, no sabía cómo no culparme a mí misma. Me cambió el cuerpo y la manera de pensar. Sentí dolor, se me entumecía el cuerpo y luego me puse enferma durante semanas", relata sobre la terrible experiencia alargada en el tiempo durante una década.
El relato de Gaga es un ejemplo del uso de poder por parte de los hombres líderes en la industria de la música, sobre todo cuando hablamos de nuevas artistas emergentes que lo único que desean es perseguir su sueño.