"Érase una vez una chica llamada Vanessa que estaba hasta el coño de un montón de cosas". La creadora de contenido y social media manager Vannesa G. Medina (Madrid, 1993), que ha reunido en su primer libro Todas las cosas que nos tienen HASTA EL COÑO (PLAN B), todas aquellas cosas que le cabrean, tensan y le hacen alzar la voz.
Desde que en 2018 comenzó su cuenta de Instagram, Hasta el Coño (@hastaelco__), para compartir todo aquello que la molestaba, ha recibido una respuesta súper positiva, con muchas historias que sus seguidoras compartían con ella sobre su día a día.
Un desahogo en forma de libro que también sirve de altavoz para algunas mujeres que conoce la autora y que aparecen en forma de diario personal, con miradas y opiniones distintas, pero una cosa en común: el hartazgo de un sistema patriarcal que las oprime y limita. "Estos relatos provienen de amigas y de chicas que se ponían en contacto conmigo a través de Instagram", nos cuenta durante su entrevista con EL ESPAÑOL.
Tu primer libro tiene un título muy potente, ¿crees que hay que incomodar para hacerse oír?
Totalmente. Es curioso porque cuando dice "hasta la polla" o "estoy hasta los cojones" no pasa nada. Pero si dices "estoy hasta el coño" te ponen una etiqueta negativa. El título tenía que ser ese, porque es una reivindicación en sí misma y fue el inicio de todo mi activismo.
Este libro es casi una conversación entre amigas, ¿cómo de importante son esas charlas entre chicas para el empoderamiento?
En mi caso ha sido siempre fundamental para darme de cuenta de las cosas. Siempre han existido muchos tabúes: en torno a la regla, el sexo, sobre todo cosas que nos pasan en la adolescencia. Y sin ese grupo de amigas con el que hablar sobre ello, no habría tenido nada, pero nada. No teníamos ningún tipo de educación sexual y el hablar entre nosotras era la forma de aprender. Entre chicos hay veces que la única forma de conocer es mediante el porno y ahí es cuando la educación sexual falla. Sin embargo, creo que entre nosotras hay más comunicación.
Haces un repaso al cuerpo humano femenino, ¿que parte crees que se ve más duramente atacada por el sistema patriarcal?
Creo que todo, pero hay un problema social bastante grande con la gordofobia. El tener unos kilos de más, como se suele decir y que es una expresión horrible, está perseguido socialmente y es algo que puede afectar a muchas mujeres. Tener una talla 38 no es lo normal para todas las mujeres.
También dedicas un espacio al vello y la idea tan calada en la sociedad de que la mujer no debe tenerlo, ¿cómo se termina con ese diablillo en el hombro que nos dice "depilate"?
Es difícil. A todas nos cuesta y parece que no hay remedio para acallar a esa vocecilla que nos dice "oye, depílate ya que pareces una guarra". Y digo, ¿por qué? Lo razono y lo pienso y quiero ir así, me siento a gusto así. Pero, cuando vas por la calle o en el metro, sientes que te miran todo el rato, y eso hace que necesites muchísima confianza en ti misma y en lo que piensas para que te de igual. Creo que todavía no he alcanzado ese punto, pero estoy trabajando en ello.
En el libro cuento la experiencia de una chica que me comentó que en el propio trabajo le llamaron la atención, porque ante clientes no podía dar esa imagen y casos así son los que hacen que cueste mucho más normalizar el vello.
¿Qué opinas del movimiento feminista actual? ¿Qué cambios crees que debería haber para que fuera más eficiente?
Ahora hay un problema muy importante que es la transfobia y para avanzar hay que sanar un poco esas diferencias. No sé decirte la clave de cómo hacerlo, pero si estamos en contra de nosotras y de colectivos que son afines a nosotras y con las que compartimos el mismo enemigo, no vamos a ningún lado. Hay que estar juntas ante esto.
Haces una alusión directa al merchandising de Vecina la Rubia porque cae en ideas sexistas, ¿por qué decides añadir esta denuncia?
A mí, la Vecina la Rubia me encanta, pero tiene algunos eslóganes que no son feministas. "Si es rosa y brilla, lo quiero" es un ejemplo de ello. Si es rosa y brilla se supone que es de chicas, y estos productos son más caros porque son rosas y brillan. Hay que tener cuidado con el humor. Leí en una cuenta que decían algo como "es de guapas", esa coletilla también puede condicionarnos a pensar: ¿qué es ser guapa?
Hay temas de feminismo con los que hay que ir con cuidado y hay que hacer un trabajo constante para ver qué cosas nos hacen daño y que cosas hacemos bajo la influencia del patriarcado, y creo que en este caso concreto es por esta razón.
¿Cómo podemos detectar estos falsos avances?
Es un trabajo diario. Un día te das cuenta de qué es el feminismo, que va contigo y empiezas a reflexionar sobre cosas, cada día más. Es un trabajo constante y a todas se nos escapan cosas y comentarios, y con el tiempo nos damos cuenta de que era una frase influenciada por el patriarcado. Nadie puede decir hoy en día "soy 100% feminista" porque por educación todos y todas tenemos pensamientos machistas todavía.
También hablas de esas marcas que hacen plus sizes, como Mango con su firma Violeta, ¿qué opinión te merece?
Me parece horrible que haya que catalogar una talla con un nombre distinto o marca. Al final una talla es un número, esta la 38 y esta la 46 y me parece fatal que por tener más talla tiene que acudir a marcas con un nombre distinto. Al igual que esa etiqueta del plus size que me horroriza, tallas grandes, ponerle ese apellido a una talla es hacer una discriminación y cuando veo estas cosas me cabrean.
A veces nosotras mismas acogemos estos términos, veo modelos que se llaman a sí misma "modelo de talla grande", ¿por qué no llamarse modelo tal cual?
Esas son ideas que aparecían en las revistas de la adolescencia. Tú has decidido añadir en tu libro tu propio tests de la Superpop, ¿cuánto daño nos han hecho?
Muchísimo daño. Hace poco hojee una revista de estas y pensé: "¿Madre mía, como podíamos tragarnos esto?" Pero no hace falta irnos a la adolescencia, la propia revista Cuore hace un daño bestial. Una revista para mujeres que pone "Argg", y "qué horror" con el vello por ejemplo. Es reírse de otras mujeres y hacia a las lectoras ver que eso estaba mal.
Otro de los grandes problemas actuales es el acoso callejero, ¿te sientes cómoda andando por la calle?
En mi experiencia personal y desde pequeña siempre me he encontrado con hombres que me decían cosas. He experimentado ese sentimiento de culpabilidad que me hacía pensar, "¿será porque voy vestida así? ¿será porque he mirado o he actuado de alguna forma rara?" Y siempre está esa duda encima, hasta que un día dije: "se acabó". El problema es de los demás. puede haber gente que todavía no haya llegado a esa reflexión y es vital para todas las mujeres del mundo. Nunca hay que echarnos la culpa de los comportamientos que vengan por parte del hombre. Ya sea acoso, sea violaciones o sea un piropo. La autoculpa es una constante con la que hay que terminar.
Normalmente, sí me siento cómoda andando por la calle, pero hay momentos en los que sientes esa inseguridad. Tras la pandemia me ha pasado, volver sola de la discoteca y sentir esa inseguridad que hace tiempo que no sentía. Hay veces que piensas que la cosa ha cambiado pero no.
La píldora es otro de los temas que abordas, ¿por qué te opones a ella?
En España siempre se ha recetado la píldora para un montón de cosas, y se sigue haciendo. Y ponerse ahora en contra es dejar ver que algo se ha estado haciendo mal mucho tiempo. Aparte de que el mercado de las farmacéuticas tienen mucho poder, y tampoco me extraña que hoy en día no haya un movimiento por parte de los gobiernos que regule estos medicamentos. La información que nos llega de que la píldora no es lo idóneo es por investigaciones privadas, por cuentas feministas o mujeres que lo han probado o se han centrado en ello, pero a nivel oficial es complicado encontrarlo.
¿A qué otros temas invitas a la mujer a reflexionar?
Hay que reflexionar sobre los temas que propongo en el libro, y me gustaría que me acompañasen en esta reflexión y sacaran incluso más cosas que las tienen hasta el coño y las molestan. Quería transmitir un mensaje positivo porque estamos en un momento en el que hay muchos motivos por los que estar hasta el coño pero también estamos mejor que hace unos años y tenemos que tener fe en que en el futuro este libro tendrá menos páginas.