Aunque la carrera literaria de la escritora Ledicia Costas (Vigo, 1979) ha estado más centrada en el público infantil y juvenil, su trabajo ha sido publicado con éxito al coreano, el italiano o el búlgaro, obteniendo premios literarios como el Premio Nacional de Literatura Infantil o el Premio Lazarillo. ¿La clave de su éxito? Una escritura que atrapa y que tiene totalmente cautivado a su tierra natal.
Según el jurado que otorgó el premio a su exitoso libro infantil Escarlatina, la cocinera cadáver (2015) se trata de "una obra extraordinaria, humorística y rompedora en el contexto de la literatura infantil y juvenil actual que destaca también por su fácil lectura, por su humor escalofriante, y por la habilidad para desmitificar el mundo de la muerte". Después de la gran acogida de su primera novela Infamia (Destino, 2019), un thriller psicológico que se inspira en el caso de Marta del Castillo, llega su nuevo proyecto: su segunda novela Golpes de Luz (Editorial Destino).
Con este proyecto, Ledicia Costas se sumerge de lleno en el atractivo y peliagudo mundo del narcotráfico, además de aportar una mezcla de ternura y violencia que se combinan de forma estratégica. Así, Costas nos ofrece un punto de vista diferente de este controvertido tema y deja un espacio para los cuidados, el humor y la búsqueda de la verdad o la identidad de sus personajes.
La historia
En Golpes de luz, Ledicia Costas narra la historia de Julia, una periodista que acaba de separarse y decide dejar atrás su vida en Madrid para regresar a su pueblo, en Galicia. La vuelta a sus orígenes junto a su hijo Sebas, es una salida, un cambio de aires al que acude con el pretexto de cuidar de su madre pero que esconde una desesperada ansia de encontrar respuestas.
El niño tiene diez años y está convencido de que su abuela Luz es el dios Thor, porque nunca se separa de su martillo. Es esta figura de la abuela uno de los puntos fuertes de la novela. Esta abuela se diferencia del perfil al que estamos acostumbrados en la literatura, ella esconde polvorones en las medias, bebe Sansón hasta emborracharse y "ver doble" y dice mentiras.
Aunque la vuelta es un regalo para el pequeño Sebas, Julia tendrá que reencontrarse y enfrentarse con los secretos de su casa familiar. Un pasado lleno de incógnitas sin descifrar le empujará a intentar desvelarlos. Uno de los más importantes es la desaparición de su padre, que hace más de treinta años se fue para nunca más volver. ¿Qué ocurrió realimente?
Son precisamente estos tres protagonistas los que nos van guiando por la historia, en una primera persona que nos ofrece tintes distintos según quien asume el papel de narrador. Una técnica que ayuda al lector a empatizar y premite chascarrillos de humor por doquier, con una mirada femenina que se percibe a lo largo de las páginas del libro.
Sobre la autora
Abogada de profesión, Ledicia Costas ha escrito más de 16 libros infantiles y juveniles, una categoría en la que se desenvuelve como pez en el agua. Es en 2019 cuando decide dar el salto con su primera novela para adultos, Infamia, inspirada en el caso del asesinato de Marta del Castillo. La novela está protagonizada por Emma Cruz, una abogada y profesora de Derecho que acude a una localidad imaginaria de Galicia para investigar la desaparición de dos hermanas.
Con la novela de aventuras Verne y la vida secreta de las mujeres planta consiguió el Premio Lazarillo de creación literaria en el 2015. En el 2017 vuelve a ganar ese mismo galardón con la novela La balada de los unicornios, convirtiéndose en la única autora gallega en lograr en dos ocasiones este reconocimiento.
Ahora, es una de las figuras literarias más importantes en Galicia y en España, y está llevando su trabajo fuera de nuestras fronteras con un futuro muy prometedor. "Soy una lectora apasionada. No sé cuantas historias me quedan por escribir. Espero que varias docenas. Las mejores historias son las que se escriben con la cabeza pero, sobre todo, con corazón", dice la autora en su página web oficial.