El pasado 18 de febrero, asistimos a una escena que podría ser de vergüenza ajena si no fuera porque de ajena, nada, ya que afecta a la clase política y a la diplomacia internacional. Estoy pensando que hemos vivido varias escenas bochornosas. Muchas en los últimos días. Pero la del ministro de Asuntos Exteriores de Uganda, negando el saludo a Ursula von der Lyen, pasará a los anales.
No es la primera vez que someten a humillación a la presidenta de la Comisión Europea. Tampoco la primera que otros mandatarios -en este último caso, el presidente francés y el del Consejo europeo- no reaccionan o lo hacen tarde. Es mala educación. Vaya por delante. Y es una manifestación machista recalcitrante. No hace falta esperar al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para poner de manifiesto que seguimos sufriendo discriminación, en pleno siglo XXI.
Iba a hablar de techos, pero vamos a llamar a las cosas por su nombre, y para eso he reunido a tres poderosas mujeres como Patricia Benito, directora general de Openbank; Marta Colomina, directora general de la Fundación PWC y directora de marketing, RSC/ESG de PWC, así como a la divulgadora y especialista en tecnología y digitalización, Silvia Leal.
Marta Colomina: Más que discutir sobre el nombre, hay que hablar de realidades, y la realidad son los números, que son tozudos.
Silvia Leal: Y todavía hay tendencia a maquillarlos porque parece que determinadas cosas no sientan bien. En un momento en el que tenemos más voz que nunca, debemos tener más cuidado que nunca porque como te equivoques o se te malinterprete entran los haters y… ponte a dar explicaciones.
Patricia Benito: Hay discriminación, pero quiero ser positiva, desde el #metoo en 2018 se ha evolucionado, hay iniciativas que hacen que paso a paso mejoremos la situación de discriminación, como el Real decreto de 2018 que obliga a las empresas de más de 250 trabajadores a contar con un plan de igualdad y a aplicar medidas enfocadas a cumplirlo. Esto más el Código de Buen Gobiernos de la CNMV son pasos, que son lentos, pero se van dando.
Charo Izquierdo: Veamos algunos datos. En un sector como el turismo, claramente femenino, solo el 5% de las directivas son mujeres; en el periodismo, donde el 63% de graduados son mujeres, solo un 15% ocupa puestos directivos; el 53% de jueces son juezas y solo hay un 12% en el Tribunal Supremo; frente a un 60% de graduadas universitarias, solo un 14% dirige universidades; y un clásico, la medicina, una carrera femenina en un 74% y con solo un 25% de directoras de hospitales. Son estadísticas que se repiten en todos los escenarios y en uno importantísimo que es el de los negocios: el 60% de estudiantes en escuelas de negocio son mujeres pero solo hay un 26% de directivas. ¿Abrumador no?
M.C.- Me gusta ver los resultados…, que son mejores que si miramos hacia atrás. Por ejemplo, el año 2007, que me encanta; fue cuando se lanzó el iPhone, imaginad lo que nos ha cambiado la vida. ¿Ha cambiado lo mismo el ámbito de la mujer con la ley de igualdad de 2007? Pues sí, pero no a la misma velocidad que nos hemos digitalizado.
"Hay muchos estudios que ponen de manifiesto que necesitamos más mujeres en puestos relacionados con la innovación"
S.L.- Tenemos que ser conscientes de lo que perdemos. Hay muchos estudios de la Comisión Europea que ponen de manifiesto que necesitamos más mujeres en puestos relacionados con la innovación, entre otras cosas porque la mitad de tu público es femenino y debería reflejarse en el proceso de innovación. Las empresas no acaban de entender que no es solo justicia social; es rentabilidad, y hasta que esto no lo terminen de interiorizar no iremos con la rapidez necesaria.
P.B.- A nivel empresarial y laboral, hay que fomentar políticas de responsabilidad corporativa; no se trata de conformarse con planes. Os cuento algunas cosas que hacemos en Openbank para que sea una realidad. Por ejemplo, antes de empezar los procesos de selección, esperamos a tener un 50 por ciento de candidatos hombres y 50 por ciento de mujeres. También realizamos revisiones periódicas de la brecha salarial, por cierto que ahora mismo la tenemos un poquito a favor nuestro. Hemos lanzado la iniciativa Women at Openbank, tertulias para visibilizar referentes femeninos, porque si damos a conocer a mujeres que han llegado a lo más alto ayudamos a que las chicas elijan por ejemplo carreras STEM. Contamos con programas de formación en tecnología y en programación…
M.C.- La empresa tiene mucha responsabilidad, aunque no es un actor único, porque vivimos en una sociedad que nos influye por todos lados, incluso desde la educación. Pero el mundo empresarial es muy importante, porque es el espacio laboral de las mujeres y ahí es donde los números, a pesar de que compañías hagan cosas, no avanzan como deberían. En PWC elaboramos un índice que mide la brecha de género en diversos ámbitos, como el de la educación, el digital, el laboral…, esa suma mide la distancia para llegar a la paridad. Lo hemos hecho después de la pandemia y los datos dicen que hemos empeorado un punto. Estamos en 64 (100 sería igualdad). Es consecuencia, entre otras cosas, de que la pandemia ha supuesto problemas para conciliar. Las compañías tenemos mucha responsabilidad en ayudar a que el talento se desarrolle en igualdad de condiciones. Yo estoy convencida de que si la empresa que quiere lo consigue.
S.L.- Me gustaría hablar de las mujeres que empiezan a trabajar pero detectan que no pueden con ello, que tienen que atender a la familia y renuncian a trabajar… La responsabilidad de atraer y retener talento es alta, pero hay que prestar mucha atención a aquellas personas que están ahí, que sienten incertidumbre y que necesitan más apoyo emocional que nunca.
P.B.- Creo que las medidas de conciliación en las empresas son importantísimas. En la pandemia aprendimos mucho sobre el teletrabajo, sobre horarios, a cortar a partir de una hora, sin emails, sin llamadas, para poder conciliar y desde luego funcionar por objetivos y resultados. Las empresas tenemos que ayudar en esto. Y luego hay una parte importante que resolver en casa; tenemos que educar a nuestros hijos en igualdad, contar con un buen equipo familiar, que no sea todo responsabilidad de la mujer, sino corresponsabilidad.
Ch.I.- Siempre hago la broma de que hay que llegar conciliaditos de casa. Es donde realmente se libra la mayor batalla. También hay una parte de educación y de nuestra propia responsabilidad.
S.L.- Las personas con las que he tenido más problemas en el mundo profesional han sido las mujeres. Y dices ¿por qué? No se si hay un factor de envidia, de celos…
Ch.I.- Me niego a admitir eso…
S.L.- Hablo de mi experiencia en mi sector, la tecnología, donde somos muy poquitas, y te encontrabas con una mujer en un comité de dirección e iba a por ti. Mi experiencia ha sido dura, quizás porque éramos pocas… Algunas veces no nos ayudamos todo lo que deberíamos.
Ch.I.- Madeleine Albright, exsecretaria de Estado de Estados Unidos dijo que “hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no ayudan a las mujeres”, y a mí me gusta darle la vuelta a la frase, diciendo que hay un sitio especial en el cielo para mujeres (y hombres) que ayudan a las mujeres. En lo que dices, Silvia, creo que hay algo tópico.
M.C.- No comparto la idea de que no nos ayudemos, habrá mujeres que no ayuden, igual que hombres, pero mi experiencia es la contraria, un grupo de mujeres intentamos abrir puertas a otras. Y tampoco me gusta la idea de que nosotras tengamos que solucionar el problema, debemos sentarnos en la mesa… pero la situación no la hemos creado nosotras; es un problema de un entorno, de la sociedad, de la empresa, es un problema de país, y la solución viene de acciones de todos. Yo soy de las de se pregunta qué podemos hacer cada uno de nosotros. Todos podemos actuar, todos, hombres y mujeres.
S.L.- Sí, claro, también me he encontrado con mujeres y hombres maravillosos sin los que no hubiera podido avanzar.
P.B.- No es solo un tema de mujeres. Si pienso en el programa Women2Watch que organiza PWC, y por el que hemos pasado Charo y yo, también hay hombres que colaboran.
Ch.I.- Si nos vamos al mayor órgano de decisión de las empresas, el Consejo de Administración, la presidenta de la Comisión Europea ha dicho que está dispuesta a regular las cuotas en Europa, esa ley que está pendiente y que países como Alemania se han negado a que se firmara. Ella pretende la paridad del 40 por ciento en las empresas cotizadas. En España, cuando hablamos del Ibex, estamos en un 31 por ciento, pero en las no cotizadas los porcentajes caen muchísimo. ¿Qué no estamos haciendo bien?
M.C.- ¿O qué estamos haciendo bien? Porque ya me gustaría que lo que pasa en los Consejos del Ibex, donde la participación femenina se acerca al 31 por ciento, se traspasara no solo a los Consejos de las no cotizadas, sino a los Comités de Dirección, que están en torno al 15 por ciento. Y hay que contar además que las mujeres que han entrado en los Consejos de Administración son todas espectaculares. Nadie puede decir que porque se esté forzando su incorporación no valen. Con responsabilidad y convencimiento, si las compañías abrieran el foco, empezarían a tomar medidas para que las cosas cambiaran.
S.L.- El mero hecho de estar midiéndolo y ver resultados ya es positivo. Sí creo que estamos avanzando; habrá más o menos mujeres, estar en el 31 por ciento no es un gran logro, pero es un avance.
Ch.I.- No es solo un gran logro, es muy importante. Pero la recomendación de la CNMV para este 2022 es llegar al 40 por ciento, así que o se dan prisa o no llegamos. Pero, mira, Silvia, tú que hablabas de las mujeres que no ayudan a otras…, fíjate en lo que ocurre con dos empresas que han superado el 40 por ciento, Banco Santander y Red Eléctrica: están presididas por mujeres, las casualidades no existen.
P.B.- Nos da mucho orgullo estar en ese porcentaje. En Openbank el 60 por ciento de directivas son mujeres, y va de arriba abajo. Es importantísimo que estas medidas se impulsen desde la Presidencia, el Consejo, el CEO, porque cala en todos los niveles.
M.C.- La primera clave para que una empresa tenga éxito en diversidad es que el máximo órgano esté convencido de ello, sean hombres o mujeres. Red Eléctrica siempre ha destacado por ser de las mejores en su Consejo, por diversidad, pero hay muchos ejemplos que enseñan que una mujer dirigiendo cala hacia abajo. Otro dato muy estudiado es que cuando en un grupo de dirección hay tres mujeres influye positivamente. Una sola puede que se mimetice, pero tres ya pueden dar un perfil propio y diferencial.
"Combinando los valores de hombres y mujeres emerge la riqueza de las ideas"
P.B.- Combinando los valores de hombres y mujeres emerge la riqueza de las ideas. Es lo que hace que las empresas florezcan.
Ch.I.- Y la riqueza, porque estamos hablando de economía, no es solo justicia, es negocio puro y duro.
M.C.- Las mujeres somos el 54,1 por ciento de población española y el 41,4 por ciento del mercado laboral. Si fuéramos capaces de equilibrar la brecha de género en el mercado laboral, el PIB podría crecer hasta el 19 por ciento. Hay estudios que demuestran mejores resultados en las empresas con mejores datos en diversidad de género; no creo que sea causa-efecto, creo que es correlación.
S.L.- Hablamos de rentabilidad, y lo que está detrás no son solo las ideas innovadoras sino mujeres que luchamos por demostrar, por conseguir hacerlo lo mejor posible; no hay mejor manera de influir en las personas que predicar con el ejemplo.
Ch.I.- Marta, hablabas antes de la alta dirección, nos hemos centrado en los Consejos,¿veis fórmulas en los planes de igualdad para una mayor incorporación a la alta dirección?
"La clave es hacer un buen diagnóstico y poner un objetivo"
M.C.- Es más fácil incorporar a una mujer a un Consejo de Administración que a un comité de dirección, porque a este llega después de un crecimiento en la compañía, es más difícil porque necesitas más medidas para que entre el mejor talento. La clave es hacer un buen diagnóstico: dónde estás, dónde quieres estar y ponerte un objetivo razonable y ambicioso.
S.L.- Respecto a que es más difícil tener mujeres en un Comité que en un Consejo, quizá habría que plantear las cuotas porque ahí es más fácil que permee en la organización y que las mujeres vayan cogiendo su sitio.
M.C.- Reconozco que no me gustan las medidas regulatorias que quitan autonomía a las empresas. En el ámbito de los Consejos de Administración son recomendaciones porque no hay cuotas, y ha funcionado. Hay que lograr que las compañías lo entiendan como un tema importante, que se lo pongan como objetivo, porque así, en un plazo razonable, se consigue. Y que nosotros también seamos capaces de mirar a las empresas y premiar a las que hacen esfuerzos y consiguen resultados, porque está muy bien hablar de medidas, pero también mirar qué datos tienen hoy y cuáles hace cinco años.
Ch.I.- Para terminar, ¿qué mensaje enviamos a las generaciones más jóvenes?
S.L.- Esperanza. Nos encontramos con unas tasas de desempleo muy altas, que si comparas con Europa son desoladoras. Hay jóvenes que no saben si van a poder tener un trabajo o emanciparse. Muchos no entienden que hay oportunidades con puestos que en este momento en España los directivos no encuentran. Hay que comprender por dónde va el mercado laboral o emprender.
P.B.- Es importante que se visualicen, que vean qué quieren ser, qué les apasiona y que vayan consiguiendo hitos, trabajando duro, huyendo de tópicos como que algo es un trabajo de hombre o de mujer, pensando que todo se puede conseguir con esfuerzo. Luego, un poco de suerte e inspiración que siempre viene bien.
M.C.- Yo daría dos mensajes. Sé ambiciosa y no te relajes. Ambiciosa, porque la carrera directiva, si te gusta, es preciosa, trabajas mucho pero conoces gente estupenda, lo pasas muy bien. Pero sin relajarse. Cuando estaba en la Facultad yo también creía que todos teníamos las mismas oportunidades, y la realidad me dijo que no. Y veo que las nuevas generaciones piensan que a ellas no les va a pasar y están en el mismo entorno. Y veo muchas chicas jóvenes que en el momento de la maternidad se separan de sus carreras. Hay que tener independencia económica, no dejar la carrera, compatibilizarla con la vida profesional. Vale la pena.
Ch.I.- Es un mensaje también para los hombres, ¿no?
M.C.- Sí, pero ellos lo tienen más interiorizado, lo llevan en su ADN. ¡Ah! Sí, que no dejen a sus mujeres abandonar el trabajo.
P.B.- La independencia económica es fundamental y luego que si tú quieres una posición la tienes que pedir. Si quieres algo y tienes ambición, da lo mejor de ti, pero dilo, y pídelo. S.L.- Y si no te lo dan a la primera, pero lo quieres, sigue, sigue y sigue.
Sobre las tertulianas
Patricia Benito
Directora general de Openbank, desde 2015, previamente, fue chief digital officer de Grupo Tendam. Es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Barcelona, Executive MBA de ESADE (beca LiderA) y ha cursado el Executive Program on Digital Business en ISDI. En 2020 fue elegida para participar en el programa W2W (Women to Watch). Patricia también es Auditora Censor Jurado de Cuentas y miembro del ICAC.
Marta Colomina
Directora general de la Fundación PwC, desde la que impulsa el desarrollo del sector social en nuestro país: “Cuanto mejor, más potentes, innovadoras y eficientes sean las ONG, entidades sociales y otros emprendedores sociales, mejor solucionaremos los retos sociales de nuestro país, y nuestra labor es esa, ayudar a los que ayudan”. Esta labor la compagina con su rol como Managing Director de Marketing y RSC de PwC España que le permite tener una visión global de las tendencias y retos del mundo empresarial.
Silvia Leal
Speaker y experta internacional en tecnología y tendencias de futuro. Doctora en Sociología. Autora de numerosas publicaciones como Tendencias, Consejos y No te vas a morir. En la actualidad, es además Consejera Independiente (Capital Radio) y está apoyando la aceleración de dos startups con potencial de Unicornio: ARFuture (Metaverso) y Aygloo (Inteligencia Artificial).
Charo Izquierdo
Coordinadora de las tertulias Petit Comité. Consejera independiente, periodista, escritora, conferenciante, ha sido directora de diversas publicaciones femeninas. Es especialista en sostenibilidad, moda y estilo de vida. Ha publicado los libros Puta no soy, Socorro soy abuela y ¿Soy yo o es que aquí hace mucho calor?, del que es coautora.