En 2019 el club de voleibol italiano Porderone denunció a la jugadora Lara Lugli por daños y perjuicios. ¿El motivo? Un embarazo. Según este club, la deportista no manifestó su deseo de quedarse embarazada antes de firmar el contrato. Lo hizo sin consultarlo, por lo que rompieron su comprimiso al instante.
¿Qué pasará ahora? ¿Cómo se lo tomará el sponsor? ¿Tendré el apoyo de la federación? Estas son algunas de las preguntas que las deportistas consideran antes de confirmar su deseo de quedarse embarazadas. Aunque parece ser un tema zanjado y que se respeta en cualquier competición, todavía no existe ninguna normativa que realmente proteja y dote de seguridad a las deportistas que quieren ser madres.
Diana Martín, atleta española de medio fondo, especializada en 3.000 metros obstáculo, actualmente tiene dos hijos. Se retiró de la competición tras los Juegos Olímpicos de Río en 2016. Para ella el embarazo fue una decisión “muy meditada y planificada”. “Yo quería esperar a ser madre tras estos JJ. OO. y a partir de ahí invertir un poco los papeles; lo más importante sería mi vida familiar y luego el atletismo”, detalla.
Tener un bebé en brazos para Martín ya suponía no poder dedicarse a su profesión al completo: “Quise exprimir los últimos años que me quedaban de carrera deportiva antes de ser madre. Luego fui madre y volví a intentarlo, pero sabiendo que no estaba al 100% porque en mi cabeza no podía estarlo”.
Esta atleta considera que la situación para las deportistas, afortunadamente, ha mejorado: “Hace años era un handicap que la mujer se quedara embarazada, pero gracias al reclamo de muchas, ahora para las marcas no es un inconveniente”. Y añade: “Actualmente ya la mayoría de marcas apuestan por mujeres aunque estén en edad de ser madre”. En su caso la noticia fue bien recibida por su sponsor, Adidas. Martín les confesó cuál era su deseo antes de que la contrataran y, aún así, lo hicieron.
Justo cuando Martín dijo adiós a la competición en Río de Janeiro, Eva Moral entrenaba para poder clasificarse en los Juegos Paralímpicos de ese mismo año, pero fue imposible, no incluyeron el triatlón entre los deportes seleccionados. Sin embargo, sí que pudo competir en Tokyo 2020. Después de esta competición ha tomado la decisión de quedarse embarazada. Para Moral también “ha sido una elección muy meditada, ya que te entran los miedos”.
Preparar al cuerpo
Tanto Martín como Moral tomaron la decisión de ser madres movidas por la incertidumbre o el miedo, pero seguras de lo que querían. La triatleta, que está actualmente embarazada, aún entrena: “En el primer trimestre estuve incluso compitiendo en el campeonato de Europa”, asegura. Y es que continuar con la actividad deportiva, sobre todo en los primeros meses, beneficia al cuerpo, también de cara al parto.
La doctora Nieves Palacios, especialista en Medicina del Deporte, explica que ajustar los entrenamientos durante el embarazo “depende muchísimo del tipo de deporte que se haga y también de la deportista”. Y aunque un embarazo en un deporte de este nivel puede suponer -en gran medida- una preocupación, dice, no hay que olvidar que “aunque se necesita un cierto control, sobre todo ginecológico, se puede seguir entrenando perfectamente e incluso tiene ventajas”.
“Cualquier deportista de élite tiene que tener claro que se puede quedar embarazada y que se puede recuperar perfectamente”
Según cuenta la experta, pueden darse todo tipo de casos: tanto deportistas de élite que después de haber tenido hijos hayan cosechado grandes éxitos en su competición y casos contrarios; a otras les cuesta recuperarse bastantes años. “Si estás embarazada y has hecho deporte de élite lo puedes seguir haciendo, pero, por ejemplo, hay que hidratarse y comer bien”, recomienda.
Para Palacios lo más importante es que la deportista “escuche su cuerpo” para ser consciente de lo que le pide. Y eso es exactamente lo que está haciendo Moral: “Estamos bajando la intensidad de los entrenamientos y ahora ya se centran, sobre todo, en un entrenamiento de mantenimiento, de no perder mucho”. Aunque destaca que continúa realizando “entrenamiento de fuerza, incluso más que antes”.
Sin duda, la actividad física durante el embarazo tiene beneficios incalculables, independientemente de dedicarse o no a la competición. Entre ellos está la mejora de la función cardiovascular y su influencia en la salud mental. Además, termina ayudando a la recuperación posparto. Por eso, Palacios concluye: “Cualquier deportista de élite tiene que tener claro que se puede quedar embarazada cuando tenga ganas y que sepa que después de tener al niño o niña, se puede recuperar perfectamente y volver a competir a los niveles que estaba haciendo”.
La inseguridad de volver
Cuando estas deportistas tomaron la decisión de quedarse embarazadas tuvieron algo en común: el miedo. El miedo a lo que vendrá, a cómo avanzarán sus entrenamientos y, sobre todo, a volver. Aunque para Moral y Martín fue una decisión muy meditada, la inseguridad también estuvo presente. De hecho, la triatleta se quedó embarazada pensando, desde el primer momento, en cómo sería su vuelta: “Tengo la visión puesta en poder recuperarme lo antes posible para clasificarme en los Juegos Olímpicos de París 2024”.
Aunque parece estar olvidado, Moral cuenta que el hecho de quedarte embarazada todavía sigue generando reparo porque “no sabes si los sponsors o patrocinadores van a seguir apoyándote”. Además, el tabú del deporte y el embarazo para ambas deportistas sigue estando: “Lo primero que me preguntaban cuando lo comuniqué era que si ya me retiraba”, señala Moral.
Pero no, no se retiraba. La triatleta cuenta con un gran apoyo: su entrenador, que además es su pareja. Esto les ha ayudado, sobre todo, en la planificación, pues desde el primer momento han sido conscientes de cómo trabajar todo el proceso. Sin embargo, para Moral, por mucha planificación que haya, “al final la recuperación también dependerá mucho de cómo se dé el parto”.
La vuelta es un momento complicado, “partes de una situación de muy baja forma”, explica Martín. Y señala: “Te encuentras con un cuerpo que no es el tuyo y tienes que volver a empezar a entrenar. Es muy duro”.
Para esta atleta lo más doloroso es que el tiempo pasa y apenas se obtienen resultados, ya que no pueden participar en las carreras. Lo cierto es que casi nunca es un buen momento quedarse embarazada para una deportista de alto nivel. “La maternidad está contemplada como una lesión”, enfatiza Martín. No duda en afirmar que, por su puesto, hacen falta más apoyos en esta profesión.
“Lo primero que me preguntaban cuando dije que estaba embarazada era que si ya me retiraba”
Esto es como la serpiente que se muerde la cola: “Pasa el tiempo y ya has gastado todo el dinero de las becas anteriores, entonces no tienes apoyo porque no has tenido resultados, ya que no has podido correr y si no tienes resultados, ¿qué club te ficha? Por lo que la federación no te da beca y las carreras no te contratan, no tienes puntos como otras que han seguido corriendo”, detalla Martín.
La importancia del apoyo psicológico
En cualquier momento de su trayectoria, el apoyo psicológico en los y las deportistas es determinante. No obstante, cuando las mujeres toman la decisión de quedarse embarazadas es más que esencial para poder sentirse arropadas. La psicóloga deportiva Obdulia Tejón considera que el apoyo psicológico debe verse como una parte del trabajo integral: “Si estás trabajando con un deportista dentro en su carrera deportiva y, de repente, se queda embarazada, hay que centrarse sobre todo, en esa adaptación a su nueva vida”.
Una vida en la que la presión está a la orden del día. Los periodos de descanso, tan importantes para las deportistas, van a tener que combinarse con el cuidado de los hijos o hijas. “Al final, terminas reduciendo tu calidad de sueño y esos niveles de descanso”, cuenta Tejón.
No deja de ser una nueva experiencia que, como cualquier otra, va a generar inseguridades. Superar esas inseguridades es complicado, pues “como deportista que está comprometida con su trabajo, sientes que una parte de ti está fallando”, cuenta Martín. Un fallo que también sienten hacia el equipo, porque sabes que no vas a poder dar el 100%. “Es un sentimiento que no deberíamos tener”, reconoce la atleta.
La psicóloga expresa la importancia y necesidad de abordar el miedo: “El miedo que pueden tener a no volver o a no llegar al nivel al que estaban antes”. Pero confiesa que lo prioritario es que estas sean conscientes de que el embarazo “no significa que haya que abandonar el deporte o que no se pueda llegar otra vez a la misma altura”.
Es cierto que volver al mismo rendimiento que antes del embarazo requiere el doble de esfuerzo pero, sin duda, se puede conseguir. Por ello, esta experta cuenta que lo esencial es “trabajar la adaptación al cambio, prevenir y conseguir estrategias para afrontar los momentos de duda”.
Tejón recomienda que una de las cuestiones a trabajar en estos casos sea “anticiparse a lo que va a pasar y afrontarlo”. Ser conscientes y crear estrategias que generen seguridad en periodos de mayor estrés y cansancio -cuando suelen aparecer las dudas-. “Cada vez hay más mujeres que se replantean el porqué de no poder compaginar vida personal con el deporte; no tengo que decidir entre ser madre o deportista, se pueden hacer las dos cosas”, cuenta la psicóloga.
Para conseguir esto todavía queda mucho por hacer, y así lo cree también Moral: “Queda muchísimo camino para intentar que esa conciliación sea real”. La adaptación es un proceso complicado que algunas deportistas madres todavía sienten lejano, porque continúan sintiéndose inseguras y sin el apoyo completo de las instituciones.