El rally de las princesas empoderadas: una competición de motor exclusiva para mujeres
Una exigente carrera llena de glamour y competitividad que se celebra cada primavera en Francia. Este año se han escrito 156 pilotos y copilotos.
21 mayo, 2022 04:02Noticias relacionadas
La Place Vendôme es uno de los lugares más emblemáticos de París. Una plaza imponente en cuyos aledaños las firmas de ropa de lujo y de alta joyería comparten protagonismo con edificios y monumentos históricos. También es el lugar desde el que parte la vigésima primera edición del Rallye des Princesses Richard Mille, un exclusivo rally cuyas competidoras son todas mujeres.
Esta exigente carrera con nombre de cuento de hadas podría parecer anacrónica pero, sin embargo, supone una celebración de otro modo de hacer las cosas. Uno en el que el glamour y la competitividad van de la mano. Sus participantes, más que princesas, son mujeres apasionadas por el motor y muy profesionales que, eso sí, mientras rivalizan para ganar las etapas, no dudan en pintarse los labios antes de salir, lucir looks coordinados o calzarse taconazos por la noche para asistir a las cenas que culminan cada jornada.
“Me encanta lo de vivir los motores de una forma femenina, con nuestro propio punto de vista. Se puede competir de muchas maneras y las mujeres estamos demostrando que se puede hacer a nuestra manera”, reivindica Renata Zanchi, sobre el espíritu rebelde-chic de estas carreras. Hablamos en la Place Vendôme, mientras acaba de probar el precioso Seat 124 Sport Coupé de color rojo que va a conducir el día antes del comienzo del rally.
Apasionada de los automóviles desde niña, Renata Zanchi es una modelo, influencer y presentadora de televisión italiana, que habla siete idiomas y está afincada en Barcelona. Tras colaborar con Zapeando, ahora presenta su propio espacio, un programa de citas en 8TV llamado Tu sí, tú no. Cuando la escuchas hablar, parece una joven Rafaella Carrá. Se ruboriza al escucharlo. “Grazie”, dice, “es el mejor piropo, ella era la más grande”.
En el Rallye des Princesses, Renata hace equipo con Ingrid Peeters, una veterana conductora belga que será su copiloto. El otro equipo de Seat Coches Históricos, marca que debuta este año en esta competición, está formado por la española Telva Somoza y la francesa Clémence de Bernis, que conducirán un Seat 1200 Sport Bocanegra de un luminoso verde.
Acompañadas de los técnicos, las cuatro realizan las verificaciones administrativas. El Pavillon de la Place Vendôme está jalonado de coches clásicos, auténticas joyas que llaman la atención de los paseantes. Hay un trajín continuo de técnicos, pilotos y copilotos probando motores y haciendo las últimas comprobaciones. “Tienes que mimar mucho a este tipo de automóviles”, explica Renata.
Un rally solo para mujeres
La ideóloga de este peculiar rally fue Viviane Zaniroli. De ella se dice que es un hacha en cuanto a logística y comunicación. Conoce bien el sector, ya que su marido es Patrick Zaniroli, piloto de raid, o rally campo a través, que durante 12 años organizó el Paris-Dakar. Ella percibió que muchas mujeres participaban en ese tipo de pruebas, pero solían hacerlo de copilotos. Así que pensó que había llegado el momento de poner el foco en las conductoras. En 1999, nacía el Rallye des Princesses.
No era una idea nueva. En realidad, en Francia allá por 1929 ya hubo un rally exclusivamente femenino, el de Paris-Saint Raphaël, que se celebró durante 45 años. A Zaniroli le habría encantado usar ese mítico nombre, pero no estaba disponible. Sin complejos, bautizó el suyo con nombre de cuento de Disney y alegó que “todas somos princesas y, como los señores, merecemos tener también un hermoso evento automovilístico dedicado a nosotras”. Eran otros tiempos, otro siglo incluso.
Hasta el año 2012, el volante estaba reservado a las mujeres, pero los hombres se podían inscribir como copilotos. Eso sí, no es una carrera para todo el mundo. La inscripción es muy cara, alrededor de 10.000 euros. Para participar, necesitas un automóvil creado entre 1946 y 1985. Si no lo tienes, siempre puedes alquilar uno a la organización, a partir de 2.300 euros. Aunque nadie quiere mencionar la palabra élite, sobrevuela toda la carrera.
Regularidad en vez de velocidad
Reconocido por la Federación Francesa de Automovilismo, el Rallye des Princesses Richard Mille es un rally que se celebra cada primavera en Francia. Tras un parón de dos años por la pandemia, había muchas ganas de celebrarlo este año y se nota. Este año hay inscritas 156 pilotos y copilotos. Entre ellas, los dos equipos de SEAT con los que viajamos.
Un rally de regularidad, a diferencia de los habituales, no consisten en hacer el recorrido a la mayor velocidad posible, sino en realizarlo a la velocidad media que marque la organización en los tramos cronometrados. Eso no hace, sin embargo, que sea más sencillo. Quizá todo lo contrario, ya que se trata de conducir por zonas de tráfico normal en la que puedes encontrar cualquier imprevisto. Por eso, la coordinación del equipo y la precisión con que lo hagan son cruciales.
El recorrido es secreto hasta el día antes de la salida, cuando la organización entrega a las participantes el libro de ruta o roadbook, para los más de mil kilómetros de este rally, que se hace en cinco etapas, a unos 350 cada día. Este año van a recorrer maravillosos paisajes de Normandía, Bretaña y el Valle del Loira, hasta llegar a La Baule.
Sororidad entre competidoras
Tras las últimas pruebas y verificaciones administrativas, toca comenzar a planificar la carrera. En un salón del hotel donde duerme el equipo, Ingrid Peeters explica a Telva Somoza cómo señalizar el roadbook. Aunque todas son muy competitivas y desean ganar, la sororidad parece fluir en esta carrera única.
“Es importante usar colores para marcar indicaciones, todo lo que te ayude a comunicar con rapidez y claridad”, le explica la copiloto belga que es la tercera vez que participa en la prueba. La primera, quedó quinta.
Enamorada del motor, la primera pasión de Peeters fueron las motos, pero no la dejaban conducirlas porque un hermano de su madre murió en un accidente. “Cuando cumplí 18 años, mi padrino me regaló un coche y mi padre me enseñó a conducirlo”, cuenta. No ha parado de hacerlo. Tanta es su pasión, que su marca de accesorios de moda se llama Scratch Racing; scratch es el mejor tiempo que se obtiene en un tramo.
La copiloto, una figura crucial
Peeters, que reconoce ser “muy meticulosa”, nos confiesa su primera regla: “amo los coches y amo competir, pero no hay nada que merezca la pena el riesgo, ni siquiera el mejor rally del mundo, ni el mayor premio”. Además, explica que “en este tipo de carrera, la labor más difícil es la de copiloto porque le tengo que decir exactamente todo lo que tiene que hacer, y tengo que tratar de prevenir lo que va a pasar para que ella tenga tiempo de reaccionar”, explica.
“Realmente, la figura de la copiloto es la más importante”, confirma Telva. Periodista especializada en el motor, la piloto catalana de 31 años, que lleva la competitividad en la sangre desde que participaba en campeonatos de esquí de niña, asegura que está viviendo un sueño al participar en esta carrera. “Me encanta el glamour que tiene, lo sofisticado que es”, cuenta y destaca que “lo de princesas es realmente el espíritu de este rally, un día hay una cena de gala, otro es temático y vamos de marineras, al siguiente nos reciben con champán… Es único”.
Igualdad en el motor
La reportera y piloto española reconoce que, “aunque entre periodistas especializados no ha sentido jamás diferencias”, en el mundo del motor “queda mucho por hacer en cuanto a igualdad”, pero considera que “no nos debemos de dar tanta prisa, sino que vaya entrando con naturalidad hasta que tengan las mismas posible hasta que tenga las mismas posibilidades que un hombre”, y destaca que “es importante que vean referentes, para que las niñas puedan soñar con verse como ganadoras de un campeonato”.
Su compañera, Clémence de Bernis, además de ejercer de piloto y copiloto mano a mano con Telva, es bloguera y también periodista especializada en motor, destaca del rally que, precisamente, “nos pone a nosotras primero”, pero reconoce que le cambiaría el nombre: “Está formado por mujeres muy fuertes, creo que no nos ajustamos al concepto de princesas. Al ver a las participantes que hay aquí, yo lo llamaría el Rally de las mujeres empoderadas”.
Para todas ellas, es importante mostrar referentes de mujeres en el motor. Para de Bernis la suya es Michèle Mouton, la mítica piloto francesa de rally, subcampeona del mundo en 1982. Para Peeters y Zanchi, María Teresa de Filippis, de las primeras en competir en la Fórmula 1, pero a la que no dejaron participar en el Gran Premio de Francia con una frase tan machista como desafortunada: "el único casco que una mujer debe usar es el de la peluquería". Renata, además, destaca a las españolas Carmen Jordá y Laia Sanz. “Son increíbles, mujeres muy potentes”, dice.
Animales, tractores y paisanos
Sin GPS –¿os acordáis de como era conducir sin uno al lado?–, comienza la carrera. Un roadbook lleno de anotaciones, un cronómetro y un Blunik –un dispositivo para calcular la regularidad según los tramos–, son las herramientas con las que las participantes tratarán de llegar a meta con los mejores tiempos.
Durante varios días, las 156 mujeres recorren Francia por preciosos paisajes. Pero también por carreteras llenas de atascos, tractores, animales… “También te encontrabas a gente que estaba charlando tranquilamente, porque estaban en la puerta de su casa sin ninguna prisa, pero a ti te generaba un montón de ansia”, cuenta Renata ya al final de la carrera. Han sido casi 1.500 kilómetros, toda una aventura.
Las ganadoras de esta edición han sido las francesas Carole Gratzmuller y Elisa Laurent, con un Chevrolet Corvette C2, es su sexta victoria. El equipo de Zanchi y Peeters, por su parte, ha quedado en el puesto 12, y el de Somoza y de Bernis , el 33, de 76 que han acabado la carrera.
“Mamma mía, no imaginas la satisfacción”, cuenta Renata al teléfono con voz alegre, “ha sido una experiencia maravillosa, no solo hemos llegado, sino que hemos hecho una buena posición y estamos muy contentas, muy orgullosas. Ingrid ha sido maravillosa, una grandísima copiloto. Nuestro 124 Sport Coupé se ha portado muy bien, no hemos tenido ningún problema mecánico y nosotras también lo hemos mimado mucho”.
Atrás quedan jornadas muy duras, días de lluvia y peligrosas curvas. Pero también noches de baile con las compañeras y una conexión increíble con la naturaleza. “Lo más bonito de esta experiencia creo que ha sido el women empowerment, un rally con mujeres de todos los sitios del mundo, todas con tanto amor por los coches y por la aventura. Por supuesto que repetiría, es un sueño hecho realidad para cualquier persona que ame los coches”, concluye la piloto italiana.