Eliminar de la brecha salarial, romper los techos de cristal, acabar con los estereotipos, que la mujer esté presente en todas las profesiones, que los cuidados no sean patrimonio exclusivamente femenino...
Los datos demuestran que son muchos los retos que nos quedan para llegar a la igualdad: la brecha salarial se sitúa, según el Ministerio de Hacienda, en 4.948 millones de euros; en julio de 2021, había más de dos millones de mujeres desempleadas frente a 1,4 millones de hombres; el 75% de las personas con trabajo a tiempo parcial son mujeres... Y así podríamos seguir.
Esta realidad también llega al sector tecnológico, donde, además, las mujeres son minoría. Conscientes de que estos problemas afectan a toda la sociedad y de la necesidad de cambiar las cosas, las mujeres de H+K Strategies crearon #SomosMujeresTech, una iniciativa que impulsa el papel de la mujer en la tecnología.
Se trata de un foro de referencia en el ámbito directivo y tecnológico, que este jueves organizó su primera mesa redonda enmarcada dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Concretamente, se centró en el Objetivo 5, que aborda la igualdad de género.
Moderado por Adriana Díaz, PR Manager y cofundadora de #SomosMujeresTech en Hill+Knowlton Strategies España, a la cita asistieron Patricia Núñez, directora de Operaciones y Producto de Lenovo Iberia; Elena Ceballos, Marketing y PR Manager de Dolby Spain; Epifanía Pascual, consultora de Transformación Digital; y María Teresa Pérez, directora general del Instituto de la Juventud.
Cada una de las participantes mostró puntos de vista distintos sobre la forma de llegar a esa ansiada igualdad, pero todas tenían clara una cosa: hay que llevar a cabo acciones concretas y dejar las "buenas intenciones" a un lado.
"La forma de cuantificar si hemos conseguido este objetivo es no hablando de ello, así que a fecha de hoy no lo hemos logrado", afirmó Patricia Núñez, que aseguró "llevar por bandera" el tema de la igualdad. "Las empresas tienen que crear planes de igualdad con objetivos concretos, incluyendo en su cultura este factor de diversidad".
María Teresa Pérez, destacó la importancia de que "desde las instituciones se impulsen normativas que permitan establecer un marco común para avanzar. Un buen comienzo fue la Ley de Igualdad. A raíz de ella, hay un 40% de mujeres en los consejos de administración. Hemos mejorado en los datos del Índice Europeo de Igualdad".
No obstante, subrayó que este camino a la igualdad "no puede ser solo romper los techos de cristal". Por eso ello, en palabras de Pérez, es tan importante "tener planes de igualdad que vayan más allá de la representación en los consejos. Deben incluir temas como la conciliación, no solo para las madres, contra el acoso…".
Cambio cultural
Además del trabajo conjunto entre empresas e instituciones públicas, todas estaban de acuerdo en la importancia del cambio cultural, que debe venir de la educación. "La transformación cultural de las empresas y su humanización es lo que va a traer esa feminización, lo que va a permitir esa igualdad de género. Es una lucha de cada día", declaró Epifanía Pascual.
Ese cambio en la forma de pensar, apuntaron las participantes, hará que se dejen atrás estereotipos y que los hombres también se involucren en las tareas de cuidados, facilitando así el avance de la mujer en el terreno laboral.
"En las familias, por la diferencia de salario, se opta por lo pragmático y es la mujer la que recurre a la reducción de jornada. En el momento en el que ellas lleguen a tener el mismo salario, este debate no se dará", apuntó Elena Ceballos. En este sentido, Patricia Núñez se preguntó "por qué aún está mal visto que un hombre se coja una baja por paternidad".
"Y eso que hay políticas del Gobierno que están facilitando que los hombres acepten acogerse a esas bajas", añadió.
"Es lo que hablamos de los estereotipos", apostilló Epifanía Pascual, "aún hay muchas mujeres que han dedicado mucha inversión de tiempo y dinero y al tener hijos dejan su carrera. Habremos alcanzado los objetivos cuando dejemos de hablar de conciliación para las mujeres y hablemos de conciliación para las personas. Nos tenemos que quitar el telón de que somos superwomans".
"Por eso en la ampliación de las bajas de paternidad se insistió tanto en que fueran bajas intransferibles, para empezar a incorporar al hombre", añadió María Teresa Pérez.
Gran parte de la conversación giró en torno a la necesidad de cambiar nuestras prioridades. Que se normalice en las empresas el que "no somos trabajadores 24/7" y que no haga falta renunciar a la familia o la vida personal para estar en puestos altos. Porque entonces "se pierde talento".
"No estamos acostumbrados a decir que no a las empresas. Yo por ejemplo, dije que tendría que ir más tarde a una reunión de trabajo porque mi hijo venía de un viaje en Irlanda y quería verle. Mis jefes lo entendieron. Es que, no es más importante esa reunión de tres horas que ver a mi hijo. Aprendamos a decir que no", defendió Pascual.
El problema, explicó Pérez, es que "ese es un ejemplo de empresas que lo hacen bien, pero no todas son así. A principios de marzo de 2022, solo un 17% de las empresas tenía publicado el Plan de Igualdad". Por ello, apuntó, es importante establecer normativas y estar pendientes para "dar un toque" a las que no cumplan.
Fin de los estereotipos
Adriana Díaz planteó si los estereotipos de género influyen en esta cultura organizacional y empresarial a la hora de que las mujeres escojan una profesión o se las seleccione para determinados puestos de trabajo.
Una pregunta a la que Elena Ceballos, psicóloga de formación, respondió que "completamente". "En la publicidad lo vemos siempre. En los anuncios de limpieza están las mujeres, en los de salud, por ejemplo, son hombres los doctores. Esto, que es muy sutil, manda un mensaje continuo a la sociedad".
"Hay que empujar a las niñas a que escojan una carrera STEM -tecnológica-, aunque no solo a que estén en puestos directivos, sino a que estén en todo. Que sean protagonistas. También en profesiones como electricistas, fontaneras…".
Y añadió: "Igualmente, también hay que empujar al hombre a que le interesen las profesiones que relacionamos más con la mujer. Hay que cambiar a la sociedad, y no solo de un lado porque si en una barca remas solo de un lado, al final solo das vueltas".
A modo de conclusión, todas coincidieron en que "estamos avanzando", aunque el camino aún es largo. "Creo que es muy importante es que las mujeres nos apoyemos entre nosotras. Necesitamos buscarnos aliados dentro de las empresas. Una cultura que nos permita avanzar", dijo Epifanía Pascual.
"Creo que hay motivos para la esperanza, que se basa en esa sororidad. Estamos consolidando una generación de derechos feministas", añadió Pérez, aunque advirtió de un peligro: "Todo avance provoca una reacción, y ya estamos viviendo una reacción machista".