La semana pasada, el presidente Pedro Sánchez cargó contra la presidenta del Banco de Santander, Ana Botín, y el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, por estar en desacuerdo con los impuestos a las grandes eléctricas y a las entidades bancarias que el Gobierno de coalición piensa aplicar, para hacer frente a las consecuencias económicas de la invasión rusa de Ucrania.
En la rueda de prensa desde el Palacio de la Moncloa donde hizo balance de su gestión este primer semestre, Pedro Sánchez afirmó: "He escuchado a la señora Botín y al señor Galán y creo que, si protestan, es que vamos en la buena dirección".
En opinión del jefe del Ejecutivo, Ana Botín e Ignacio Sánchez Galán "son los mismos que protestaron y dijeron que subiendo el salario mínimo y la reforma laboral se iba a caer España, y ha sucedido todo lo contrario".
Lo más sorprendente de aquella declaración fue que es totalmente incierto que la presidenta del Santander se haya opuesto a la reforma laboral: en los círculos de la CEOE es indudable que Ana Botín ha sido una de las personas que más ha respaldado a Antonio Garamendi cuando pactó con el Gobierno dicha reforma.
La inopinada e inexacta recriminación del presidente del Gobierno, extensiva a una mujer que ha colocado al Santander entre las empresas más importantes y reconocidas del mundo, ha vuelto a poner el foco mediático sobre Ana Botín.
Este tema ha sido, además, ampliamente criticado por muchas empresarias y altas ejecutivas que consideran a Ana Botín un ejemplo a seguir por muchas mujeres, destacando su incontestable contribución a extender el prestigio de España por el mundo.
No son las únicas. El 3 de marzo de 2020 los Reyes Felipe y Letizia presidían el acto de entrega de las Acreditaciones de "Embajadores Honorarios de la Marca España", con motivo del XX aniversario de esta distinción que concede el Foro de Marcas Renombradas Españolas.
En esa octava edición, Ana Botín era reconocida, en la categoría de Gestión Empresarial, "por ser una de las empresarias españolas con mayor vocación internacional". Junto a ella, Isabel Coixet, Carolina Marín, Francisco Mojica, LaLiga de Fútbol Profesional, la ONCE, la Red de Paradores y José Luis Bonet.
Tan solo dos meses antes, en enero de 2020, Ana Botín sorprendió al aparecer como la invitada estrella de Planeta Calleja, que conduce Jesús Calleja en Cuatro. En el primer programa de la séptima temporada, la presidenta de Banco Santander realizó con el aventurero y presentador una expedición por el glaciar Qaleraliq en Groenlandia, para denunciar el calentamiento global y comprobar las consecuencias de la subida global de temperaturas en el deshielo de las regiones árticas.
A su vuelta de Gorenlandia, en su popular cuenta de Instagram (tiene casi 50.000 seguidores), Ana Botín escribió:
Ver en persona el hielo derritiéndose y cayendo al mar fue una experiencia que me hizo reafirmar la responsabilidad que todos tenemos de actuar: particulares, empresas y gobiernos. Y para tener éxito es necesario trabajar todos juntos.
Es fácil sentirse impotente por la magnitud de la tarea. Aunque de por sí soy optimista, no voy a minimizarlo. Si continuamos haciendo las cosas como de costumbre, con el tiempo no habrá nada que hacer. Pero si trabajamos juntos, aprovechamos nuestra creatividad, energía y dinamismo y actuamos desde ya podemos tener un impacto positivo.
Cada uno de nosotros tiene parte de responsabilidad: hablar claro y actuar, y el mundo de las finanzas tiene un rol crítico. Estamos reduciendo el impacto que nuestra actividad como empresa tiene en el medio ambiente y queremos ser neutros en emisiones de carbono en 2020.
Casada desde 1983 con Guillermo Morenés (ingeniero agrónomo de Jerez e hijo menor de los marqueses de Borguetto), es madre de tres hijos, Felipe, Javier y Pablo, ya casados que la han convertido en una de las abuelas-cañón de nuestro país. En el programa de Calleja declaró: “Yo no podría haber hecho ni la mitad de lo que he hecho sin Guillermo”.
La que dicen es la mujer más ocupada de España (en su agenda hay eventos agendados para los próximos tres años) confesaba también a Jesús Calleja: “Me sorprende que haya personas que cuestionen que yo pueda ser feminista”. Para Botín, el feminismo es “apoyar la igualdad de oportunidades”.
Una alta directiva de Banco de Santander, que lleva más de 20 años trabajando a su lado, afirma: "Hay un antes y un después de que ella dijera, en esa entrevista, públicamente, que era feminista. El apoyo a las mujeres y a la diversidad de género que Ana Botín ha impulsado desde su llegada, experimentó un gran avance y muchas mujeres más han logrado puestos de responsabilidad en el banco".
La única mujer en todo el mundo que preside un banco global no habla de oídas: durante años ha sido la única en este sector que en los ochenta y noventa era todavía monoplizado por los hombres. A Jesús Calleja le dijo: “Para cambiar el papel de las mujeres hay que contar con los hombres”, añade, “porque los hombres sois los que mandáis en el mundo”.
Aún hoy, en otros ámbitos, la presencia de las mujeres en muchas reuniones de alto nivel es casi testimonial, como denunció la vicepresidente Nadia Calviño al negarse a salir en una foto. En la última gran reunión del sector en la que estuvo presente Ana Botín había un centenar de bancos representados y sólo tres mujeres.
La presidenta del Santander es también la directiva con más seguidores en LinkedIn (tiene 414.000). En su perfil en esta red social profesional puede leerse, en inglés: Esposa, madre, amante de la naturaleza, los deportes, la música, la lectura y adalid del crecimiento inclusivo, educación para todos (Wife, mother, lover of nature, sports, music, reading, and champion of inclusive growth, education for all).
Quienes la conocen bien saben de su férrea disciplina personal para llevar un estilo de vida lo más saluble posible: se acuesta y levanta muy temprano, por lo que solo asiste a cenas que empiezan y acaban en horario europeo (y ella siempre se retira pronto).
Se levanta a las cinco y media de la mañana, hace gimnasia a diario y se enfrenta a unas jornadas laborales maratonianas de las cuales pasa más de la mitad del año fuera de España. Confiesa ser competitiva e incapaz de desconectar de su trabajo donde lo que peor lleva es "ver que algo se puede hacer mejor en menos tiempo".
No bebe, no fuma y para mantenerse en forma practica el golf y el trekking, pero también monta muy bien a caballo y juega descalza al ping-pong. En su tiempo libre, disfruta enormemente del campo y del contacto con la naturaleza.
Es una ávida lectora de ensayos y otros libros de actualidad y, según los que mejor la conocen, siempre está a la última sobre qué leer en temas de pensamiento, política, historia y cualquier otra disciplina que la ayude a "alimentar su curiosidad insaciable".
En 2018 escribió en su cuenta de Twitter (en la que tiene más de 52.000 seguidores): “Además del Santander y la banca, tengo otros intereses como la educación, la empresa y los empleos, el poder de transformación de la tecnología digital, deportes, yoga e incluso el té”.
En sus redes no solo habla del banco: consciente de su influencia (“el impacto que puedes tener es enorme”), hace hincapié en el apoyo a la cultura y al deporte, la incidencia de las redes en la salud mental de las adolescentes, menciona hábitos saludables y enfatiza la importancia del esfuerzo.
[La nueva forma de liderazgo a través de las redes sociales: el ejemplo de éxito de Ana Botín]
En marzo 2020 fue también noticia por reducir su sueldo en un 50% y ayudar a crear un fondo de 25 millones dedicado a frenar la pandemia del coronavirus. Como ella misma se presenta en la cuenta de Instagram (que abrió en 2019) quiere usar su posición para ayudar: “Estar bien para poder hacer más. Mi familia, el banco, mis amigos/as, Cantabria y el desarrollo sostenible del mundo”.
Ana Patricia Botín-Sanz de Sautuola y O'Shea nació el 4 de octubre de 1960 en Santander (España). Es hija del banquero Emilio Botín y de Paloma O’Shea, marquesa de O'Shea, filántropa, mecenas y pianista, quien, a sus 83 años, preside la Escuela Superior de Música Reina Sofía.
La actual presidenta del Banco Santander recibió una educación impecable y avanzada para la época. Un internado en Ginebra y otros cursos en Inglaterra, Francia y Alemania consiguieron su perfecto dominio de inglés, francés y alemán del que hace gala en todas sus apariciones internacionales.
Es licenciada en Ciencias Económicas por el Bryn Mawr College, una universidad femenina a las afueras de Filadelfia, en Pensilvania (Estados Unidos). En la página de Wikipedia de la institución, la presidenta de Banco Santander aparece mencionada, entre las Alumnas Destacadas, junto a la genetista Nettie Stevens (1861-1912), la premio Nobel de la Paz en 1946 Emily Greene Balch (1867-1961), la poetisa y escritora Hilda Doolittle (1886-1961), la actriz Katharine Hepburn (1907-2003), la matemática británica Isabel Maddison (1869-1950) y la primera mujer presidenta de la Universidad de Harvard, Drew Gilpin Faust (1947-).
Cuentan que ella quería ser periodista pero que su tía, la periodista Covadonga O'Shea (legendaria directora de la mítica revista Telva), logró convencerla de que no era una buena idea.
Sin embargo, a lo largo de los años, nunca perdió aquella pasión juvenil, como demuestra la buena relación que tiene con los periodistas más influyentes del mundo y su manera de entender las relaciones con la prensa, y con la política (eso que llaman el soft power, que distingue entre la auctoritas y la potestas), porque comprende que a los periodistas y a los políticos hay que intentar persuadirles, no imponerles.
Entre sus amigos personales, están Robert Thomson (máximo responsable de un grupo que incluye a The Wall Street Journal y The Times); James Harding, exeditor de The Times, exdirector de BBC News, cofundador y editor de Tortoise, y el exdirector del Financial Times Lionel Barber. En eso también ha marcado una sutil diferencia con su padre, que prefería mantener una distancia con los periodistas
En 1980, la joven Ana Patricia empezó a trabajar en la sede de JP Morgan en Nueva York y allí estuvo durante ocho años (1980-1988). Tras un aborto, decide regresar a España e incorporarse al Banco Santander. Como desveló en Planeta Calleja: "Perdí una niña, esto nadie lo sabe, y quise cambiar de aires".
En 1992 fue nombrada directora general y hasta 1998, lideró la expansión de Santander en Latinoamérica. Siempre intentando "hacer más" (que es uno de sus mantras) para demostrar que ni necesitaba ni quería estar bajo la alargada sombra de su padre, con el que, por este motivo, siempre tuvo un relación compleja.
"Él siempre le exigió a su hija mucho más que a nadie y fue siempre muy duro con ella", comenta una person que los conocío bien a ambos. En 1999 se produce uno de los momentos más duros de su vida profesional y personal: su salida del banco antes de la fusión del Santander y el Central Hispano.
Su aparición en una portada de El País Semanal (el 21 de febrero de ese año), provocó la ira de algunos ejectivos del Central Hispano (que creyeron ver en aquella entrevista qcómo se preparaba una sucesión generacional) e hizo peligrar la fusión. Y a Emilio Botín no le tembló el pulso para echarla del banco: "Hizo lo que tenía que hacer, pero la manera en que me lo dijo me hizo daño", le confesó a Calleja.
Tras su salida, inició una travesía del desierto en la que montó con éxito varias startups hasta su regreso como presidenta ejecutiva de Banesto (entre 2002 y 2010) periodo en el que esa entidad fue reconocida como Mejor Banco en España por Euromoney durante tres años consecutivos.
Entró en la lista de Forbes Magazine, en 2005, en el puesto 99 de las cien mujeres con más poder en el mundo. Tan solo tres años después, en 2008, ya estaba en el puesto 51 y desde 2016, la revista siempre la ha incluido en los primeros 10 puestos de su famosa lista de mujeres con poder.
Entre 2010 y 2014 fue CEO de Santander UK liderando la transformación de tres antiguas sociedades de crédito hipotecario en uno de los bancos más innovadores del Reino Unido.
Con Inglaterra tiene unos lazos muy especiales, pues en 2013, cuando era consejera delegada de Santander UK, el Gobierno británico de David Cameron la nombró como uno de los cinco miembros externos del Business Advisory Group, un consejo formado para promover el sector financiero del Reino Unido.
Y en 2015, fue nombrada por la reina Isabel II Dama Comandante de la Orden del Imperio Británico por los servicios financieros prestados en el Reino Unido. Este título honorífico refleja la labor realizada por Ana Botín en el país.
Esa etapa al frente de la filial británica y la capacidad de liderazgo que demosttró, en unos años que no fueron fáciles para la economía (por el impacto que en Europa tuvo, a partiir de 2010, la crisis financiera estadounidense de 2008), afianzaron su prestigio dentro y fuera del banco.
Por eso, cuando fallece su padre, Emilio Botín, el 10 de septiembre de 2014, fue elegida presidenta del banco. fEn un artículo titulado God save the Queen, publicado entonces en El Mundo, Pedro J. Ramírez recordaba que Emilio Botín "poseía menos del 1% de las acciones del banco. Esto es esencial pues, frente al lugar común de que a esta mujer todo le ha resultado fácil por ser la hija de un magnate, parece evidente que de no haber sido por su cualificación más que contrastada, por sus éxitos de gestión en Banesto y Santander UK en el entorno adverso de la crisis, la última persona en la que habrían pensado los accionistas, y especialmente los grandes fondos norteamericanos tan reacios a la perpetuación por la herencia de la sangre -y menos tras lo ocurrido en Portugal con los Espírito Santo-, habría sido ella".
Y pasó de ser Ana Patricia Botín a ser simplemente Ana Botín.
Desde entoces, ha liderado la transformación cultural, comercial y tecnológica del Grupo Santander, centrándose en impulsar la confianza y fidelidad de los 148 millones de clientes, entre particulares y empresas, en Europa, Norteamérica y Sudamérica. Además, ha impulsado su franquicia de banca digital, Openbank, que ya es el mayor banco digital de Europa por activos.
Bajo su liderazgo, Santander ha establecido una misión muy clara: contribuir al progreso de las personas y de las empresas de forma sencilla, personal y justa. Ese compromiso del grupo con el crecimiento sostenible e inclusivo se ve reflejado en su actividad filantrópica, que no es postureo: los empleados pueden sugerir a qué causas debe la entidad dedicar sus inversiones en ONG y fundaciones.
Durante más de una década el banco concede unos premios a Proyectos Sociales que la propia Ana Botín entrega personalmente y, quien esto escribe ha sido testigo de cómo, tras el acto, la presidenta del Santander no pierde la sonrisa ni se niega cuando muchos de los premiados y otros invitados le piden hacerse una foto con ella.
La propia Ana Botín es fundadora y vicepresidenta de la Fundación Empresa y Crecimiento (FEC), que nació para canalizar fondos de empresas españolas en países latinoamericanos a través de la fórmula de capital riesgo, e impulsar inversiones en proyectos de pequeñas y medianas empresas.
Es también cofundadora y presidenta de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CyD), que apoya y promueve la contribución de las universidades españolas al desarrollo económico y social del país, así como de la Fundación Empieza por Educar, filial española de la ONG Teach for All y cuya misión es formar como profesores a recién graduados con un buen expediente.
Recientemente se ha sumado también al apoyo internacional que está recibiendo Code.org, una ONG nacida en Estados Unidos, en 2013, cuyo propósito es que niños y profesores en centros educativos de todo el mundo aprendan a programar, porque el pensamiento computacional fomenta habilidades que van a demandar los empleos del futuro como la lógica, resolución de problemas, pensamiento crítico o la creatividad.
Para Ana Botín es importante que, desde pequeños, niños y niñas estén en contacto con la programación al igual que aprenden otras materia como matemáticas, álgebra o biología “es fundamental porque las mates son el lenguaje de la era digital”.
Este movimiento global es, en su opinión, decisivo porque “esto les va a abrir muchas más posibilidades en el futuro, el poder trabajar en empresas que están cambiando el mundo, ya sean empresas pequeñas, medianas o grandes”.
Ana Botín se suma así a instituciones públicas, privadas, empresarios y figuras relevantes de todos los ámbitos sociales que están apoyando este movimiento, como Barack Obama, Joe Biden, Bill Clinton, Justin Trudeau, Bill Gates, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Susan Wojcicki, Sheryl Sandberg, Bono, Malala, o Richard Branson, entre muchos otros.
Su compromiso con el futuro de la educación universitaria también es firme. Por eso, es presidenta de Universia Holding, S.L. y de Universia España Red de Universidades, S.A. considerada una de las mayores redes de cooperación universitaria centrada en Iberoamérica y que agrupa a más de mil universidades.
Es también miembro del consejo asesor del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y del Consejo de la Universidad de Georgetown. Y ha sido miembro de los Consejos de Administración de la escuela de negocios Insead (1999-2010, prestigiosa institución educativa en la que, desde 2011, es miembro del Advisory Council).
En febrero de 2021 fue nombrada presidenta de la Federación Bancaria Europea. En este rol ha defendido en distintas ocasiones que, para construir una Europa más segura, hay que hablar con una sola voz en Europa. Defiende que, si queremos una economía europea fuerte y segura, necesitamos bancos solventes.
En 2020, fue fichada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para formar parte del grupo asesor externo de la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, con la misión de aportar distintas perspectivas sobre políticas y acontecimientos de relevancia, incluidas las medidas en respuestas a los desafíos excepcionales planteados pro la pandemia del coronavirus y su impacto económico.
Ana Botín es además miembro del Comité Directivo del Grupo Bilderberg, un club o foro que, desde 1954, celebra una reunión anual a la que asisten aproximadamente las 130 personas más influyentes del mundo, mediante invitación.
Como los medios de comunicación no tienen ningún acceso a las reuniones del Grupo Bilderberg, no han trascendido declaraciones de Ana Botín en ellas pero, como una de las representantes empresariales españolas en el Foro Económico de Davos (uno de los más importantes del mundo), sí dieron la vuelta al mundo sus palabras, en enero de 2017, cuando salió en defensa de Europa del Sur.
Ante una declaración del primer ministro holandés, Mark Rutte, que habló de "la desconfianza" creciente que hay "entre el Norte y Sur de Europa, Ana Botín salió a desmentir tópicos sobre España y dijo ante el auditorio del Foro Económico Mundial: "Ya sé lo que se dice del Sur de Europa y que en España estamos en la playa, de siesta o en los toros. Les aseguro que no es cierto. La gente trabaja denodadamente".
Lo dice una mujer acostumbrada, también, a ser blanco de prejuicios, topicazos y estereotipos, y que entonces aseguró que España "ha progresado mucho" y "ha avanzado enormemente", aunque siempre “hay que hacer más”, declaró fiel a su lema.
A principios de 2021, el G20 la nombró miembro del Panel Independiente de Alto Nivel (HLIP) sobre la financiación de los bienes comunes mundiales para la preparación y respuesta ante una pandemia. El llamado Grupo de los Veinte es un foro internacional de gobernantes y presidentes de bancos centrales, cuyo objetivo es discutir sobre políticas relacionadas con la promoción de la estabilidad financiera internacional.
"Creo que Ana tiene mucha experiencia y una gran voz internacional, por formación y por experiencia práctica, pues ha estado en muchos países y habla muchas lenguas, tiene esa vocación realmente internacional. De hecho, ahora está en Escocia, después se va a Brasil, a México... es una persona verdaderamente internacional", comenta otro de sus colaboradores.
Pese a vivir tan intensamente el mundo de la alta economía internacional, la presidenta del Santander nunca se olvida de las pequeñas y medianas empresas españolas. El pasado mes de abril 2022, durante su intervención en la segunda edición de Wake Up, Spain!, organizado por El Español, aseguró: "Tenemos una misión crucial: seguir apoyando a nuestras 180.000 pymes". "Es una forma de hacer país", añadió.
Entre esos miles de pymes se encuentra Lavanderías Romeral, una empresa de la que Ana Botín ya habló en la primera edición de Wake Up, Spain!, que había sido gravemente afectada por la pandemia y a la que el banco ayudó a salir a flote, cuando la propietaria, Yukonda Esparragoza, contactó con Botín a través de las redes sociales.
El pasado mes de abril, se preguntaba: "¿Qué hemos aprendido durante estos últimos años en pandemia antes de esta nueva tragedia? Muchos dirán, y tienen razón, que la principal lección es la fragilidad de nuestro mundo, pero yo añadiría que estos trágicos acontecimientos han demostrado la capacidad que tenemos de resistir ante lo inesperado, de cambiar y construir futuros alternativos a los que dábamos por inevitables".
La primera ejecutiva de Santander valoró que, debido a la invasión rusa de Ucrania, la Unión Europea ha progresado "en unos días más que en décadas en la construcción de una política de Defensa común". "Somos capaces de adoptar sanciones efectivas a sabiendas de que tendrán costes sobre nuestro bienestar. Somos mejores que lo que algunos creen. Y, cuando se requiere, lo demostramos. Esa es nuestra auténtica fuerza", declaró.
En 2021 recibió el Premio Beato de Liébana al Entendimiento y Convivencia, galardón con el que el gobierno cántabro reconoce, desde 2018, a "aquellas personas físicas o jurídicas e instituciones que se hayan distinguido en el desempeño de su actividad o por su trayectoria de contribución al entendimiento e integración en el ámbito internacional".
Y es que, además de la mejor embajadora de nuestro país, junto a los Reyes, Rafa Nadal y otros famosos deportistas y artistas, Ana Botín es sin duda la mejor embajadora de su tierra. En Planeta Calleja declaró que "Cantabria es el mejor lugar del mundo" y confesó que, durante un encuentro con los duques de Cambridge, William y Kate le confesaron que "Cantabria era el sitio más bonito de España".
Mientras tanto, muchas niñas de toda España se miran en el espejo de la mujer más poderosa de nuestro país, que aconseja "que pasemos de hablar a hacer, que es lo más difícil”, y escuchan las palabras que Ana Botín pronunciò en una ceremonia de graduación en Georgetown: "Todo depende de ti". Pero, como recuerda cada vez que tiene ocasión: "Siempre hay que hacer más".