Cuando se cumple un año, desde que los talibanes tomaran el poder en Afganistán, a las niñas afganas se les siguen prohibiendo el derecho a sentarse en un pupitre, acudir a la escuela y aprender.
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El mundo entero se remueve y le parece intolerable este trato, y al mundo le dirigen una carta algunas de las niñas que acuden en secreto a una escuela en Kabul. La misiva la ha recibido y publicado la periodista Paula Bronstein del The Sunday Times.
“Querido mundo” -escribieron las adolescentes- “somos el único país del globo, donde las niñas no pueden ir a la escuela secundaria. Piénsalo”.
Maryam, de 16 años, escribió: “Quería convertirme en presidenta de mi país, no por el puesto, la riqueza o la fama, sino para construir mi país y hacer que Kabul fuera tan hermosa como París. Pero ahora, ni siquiera puedo ir a la escuela”, afirma.
Y añadió: “Tal vez pienses que, de alguna manera, las niñas afganas pueden vivir sin sueños, pero entre nosotras hay niñas que quieren ser doctoras, ingenieras, astronautas... Y durante los últimos 20 años, cuando tus soldados estuvieron aquí en nuestro país, nos has alentado y nos has hecho pensar que podríamos serlo”, concluye.
La carta, repleta de declaraciones individuales de las niñas, la envió por correo electrónico una maestra que dirige una escuela secreta en Kabul. Clases como éstas son los únicos lugares donde las pequeñas pueden recibir la educación necesaria para cumplir sus sueños.
“Vivimos en una tierra gobernada por talibanes, que creen que las mujeres y las niñas solo pertenecen a la cocina, deben cubrirse de pies a cabeza y ni siquiera pueden salir sin una escolta masculina”, escribió la maestra, que vive con el temor constante de ser arrestada.
Un año sin aprender
Han pasado 358 días desde que los talibanes tomaran el poder en Afganistán. En ese momento, hicieron la promesa de que las niñas podrían continuar con su educación. Sin embargo, en septiembre del año pasado se impuso la prohibición de que las jóvenes mayores de 11 años volvieran a las clases, y esto aún no se ha revertido.
"Informamos a todas las escuelas secundarias de niñas y aquellas escuelas que tienen estudiantes femeninas por encima del sexto curso que están libres hasta la próxima orden", informaba el gobierno fundamentalista en un escueto comunicado recogido en medios.
¿El motivo? Encontrar un uniforme femenino que "se ajuste a la sharía -ley islámica- y a la tradición afgana".
Los organismos internacionales han puesto el grito en el cielo. La misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) emitió un comunicado lamentando el cierre de las escuelas para ellas: "Naciones Unidas en Afganistán deplora el anuncio hecho hoy por los talibanes de que van a ampliar su prohibición indefinida a las alumnas por encima del grado 6 de volver a la escuela".
Así como también lo expresó la directora de UNICEF, Catherine Russell, quien ha reprochado que "con esta decisión, se niega el derecho a la educación a toda una generación de niñas y adolescentes, y se les priva de la oportunidad de adquirir las habilidades que necesitan para construir su futuro".
Mujeres sin derechos
Desde que los talibanes llegaran al poder en agosto del año pasado, las mujeres han vivido con miedo de que les ocurra lo mismo que durante su primer período en el poder (1996 a 2001), cuando eliminaron toda la educación femenina.
En esta ocasión, los talibanes aseguraron, entre otras cosas, que respetarían los derechos de las mujeres. Pese a ello, la realidad es que, de nuevo, ellas se han vuelto completamente invisibles en el país.
Como asegura la organización Human Rights Watch, "desde que llegaron al poder el 15 de agosto de 2021, los talibanes han violado ampliamente los derechos de las niñas y las mujeres". Ya no pueden trabajar, ni salir de casa, sin la compañía de un familiar que sea varón. Este organismo ha señalado en un comunicado que “el cierre traerá consecuencias devastadoras para ellas, sus familias y el futuro del país”.
Por correo electrónico
Mientras, las pequeñas siguen dirigiendo misivas en secreto al mundo para que las escuche: “No tenemos miedo de los talibanes. Cada niña en Afganistán tiene grandes sueños en su corazón, pero necesitamos ayuda para salir de esta oscuridad en la que nos hemos sumergido” asegura Yalda, de 12 años.
Y Sharifa, de 13 años, nos escribe: “Mi familia, como tantas otras pasa por dificultades y sacrificó mucho para enviarnos a las escuelas para aprender algo y servir a nuestro país. Pero los talibanes lo destruyeron todo”. Y añade que: “Nosotras, las niñas afganas, estamos luchando mucho, pero nunca nos rendiremos porque esta generación de Afganistán es poderosa”, concluye.