Corresponsal económica en EL ESPAÑOL y redactora jefe de Opinión en Invertia, María Vega participa también en el programa de radio Economía para todos.
[Sin noticias de cuánto nos costará el gas de Argelia]
Comenzó su carrera en la Agencia EFE en Londres, antes de especializarse en información económica. Durante 10 años, fue redactora, primero, y editorialista, después, en El Mundo. Desde el 2019, es la autora de la columna Las Siete y Media "porque la suerte en las cartas y el madrugar en la vida son claves para el éxito" según cuenta.
- Tu ‘primera memoria’…
En el dormitorio de mis padres, mirando un espejo sobre la cómoda de mi madre cuando volvió del hospital tras dar a luz a mi hermana. Lo describo como si estuviera viendo una fotografía, pero es un recuerdo difuso.
- ‘Una habitación con vistas’ a…
Al horizonte para que los árboles no me impidan ver el bosque. Nunca hay que perder la perspectiva.
- ¿‘Orgullo y prejuicio(s)’ sobre…?
Los periodistas deberíamos sentirnos más orgullosos de nuestro oficio. En nuestra profesión, se han cometido -y se cometen- errores, pero en las redacciones lo que abunda es un trabajo incansable y vocacional, muchas veces anónimo. Hay que contarlo porque el futuro de la prensa digital pasa por lograr la confianza y el interés de los lectores para que pasen a ser suscriptores.
No dejan de sorprenderme los prejuicios con los que algunos políticos y directivos se dirigen a los periodistas. Es algo rancio. En otros lugares no pasa. Por ejemplo, en Bruselas, es habitual que los comisarios agradezcan a los periodistas la labor fundamental que cumplen en la sociedad.
- ‘La amiga estupenda’ es…
Aquella que sabe que siempre estás ahí, aunque lleves meses (y a veces, años) sin dar señales de vida porque tu día a día te desborda.
- ¿Qué fue ‘lo que el viento se llevó’?
Esa época en la que las mujeres vestíamos como si fuéramos visillos. Pero todavía tiene que soplar más el viento. La cuestión es, ¿en qué dirección? Probablemente en muchas. Parece mentira que no lo tengamos claro porque algunas se empeñen en dictar lo que consideran que es bueno para todas.
- ¿Queda algo de ‘la edad de la inocencia’?
Disfrutaríamos más de esa edad en la que todo es inocencia si se apoyara de manera real a quienes decidimos tener hijos. Por desgracia, la conciliación está en el discurso de los políticos, pero no en la agenda política.
Este Gobierno prometió dar ejemplo y nos hemos llevado un chasco. Basta con ver a qué hora se convocan muchas reuniones o se envían documentos oficiales. En materia de conciliación, algunos mantienen el espíritu de los años 20, cuando Wharton escribió su novela.
- ¿Qué te deja ‘el corazón helado’?
Las imágenes de los refugiados de Siria o de Ucrania. En especial, de los niños. No he olvidado el cadáver del pequeño Aylan Kurdi en una playa de Turquía. Fue en 2015. En 2022, hemos vuelto a ver cómo millones de niños tenían que huir de la guerra en Europa. Algunos con su peluche bajo el brazo y todos con la mirada compungida.
- ¿‘El mejor de los mundos posibles’?
Sin duda, el que representan la Unión Europea y sus valores.
- ¿A quién asesinarías 'en el Orient Express'? O por si la metáfora no se entiende como tal, ¿a quién regalarías ‘un viaje sin retorno’?
A los ‘bots’ que hacen que se me atragante escribir en Twitter. Es una pena que una red social que podría servir para compartir ideas se haya convertido en una herramienta para polarizar aún más a la sociedad, con el peligro que esto implica.
- ¿Qué supone ‘la ridícula idea de no volver a verte’?
Me atrevería a decir que para las mujeres que han protagonizado una historia de superación en su carrera profesional, más que ridículo, es estupendo no volver a ver a determinados individuos. Ya que hablamos de este libro, para todas esas mujeres la historia de Marie Curie es inspiradora.
- ‘El amor más grande’…
Tengo dos niños de ocho y seis años. Mi respuesta va a ser poco original, pero es sincera, el amor más grande lo trae la maternidad. Y que no se enfaden los papás.
- ¿Para qué pedirías ‘amnesia colectiva’?
Olvidar es lo peor que le puede pasar a una sociedad. No podemos permitirnos el lujo de borrar el recuerdo de las peores atrocidades.
- Un ‘secreto a voces’.
Tengo el defecto de ser demasiado transparente. Cuando algo no me gusta se me nota o lo digo. Y esto me suele traer problemas. Quizás fuera más inteligente guardarlo en secreto y actuar con una dosis de cinismo. Pero no me sale.
- ‘Un secreto inconfesable’.
Vamos todo el día con un móvil que tiene localizador y conectado a un algoritmo que procesa nuestra voz. Es mejor no tener muchos secretos inconfesables hasta que se ponga orden en este mundo virtual.
- ¿Qué es para ti ‘nada’?
Siempre hay algo. Otra cosa es que no podamos -o no sepamos- verlo.
- ‘Cuando la revolución termine’…
Empezará otra frente a las injusticias que dejó la anterior.