Las redes sociales pueden ser herramientas muy potentes para luchar por la igualdad, derribar prejuicios e inspirar a los demás. Eso es lo que decidieron hacer mujeres como Desirée Vila, Anabel Domínguez o Lizzie Velasquez. Contar sus historias personales, hablarnos de su discapacidad y demostrarnos día a día que eso no es lo que las define. Que son mucho más y que por tener una discapacidad no son menos válidas.
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En MagasIN te mostramos las historias de cinco increíbles mujeres que trabajan para cumplir sus sueños, ser su mejor versión y, entremedias, ayudar a personas que puedan pasar por lo mismo:
Anabel Domínguez
Oriunda de Sevilla, Anabel Domínguez comparte en las redes sociales cómo es vivir con distrofia muscular. A Domínguez le diagnosticaron esta enfermedad, que es degenerativa, actualmente no tiene cura y provoca una debilidad progresiva y pérdida de la masa muscular, a los seis años. Poco a poco fue perdiendo fuerza en las piernas y, aunque aún puede moverlas y usar muletas, se desplaza en silla de ruedas.
Graduada en Publicidad y Relaciones Públicas y con un máster en Dirección Creativa, actualmente trabaja como conferenciante para concienciar sobre la discapacidad y ayudar a todas las personas que tengan alguna enfermedad.
En sus redes (en Instagram tiene más de 50 mil seguidores), además de contar su día a día, publica vídeos y post divulgativos, siempre aderezados con algo de humor, sobre la realidad de tener una enfermedad degenerativa.
Madeline Stuart
Esta australiana de 25 años ha hecho historia al convertirse en una de las modelos internacionales más conocidas del mundo teniendo Síndrome de Down. En los últimos seis años, Madeline Stuart ha desfilado por las pasarelas más importantes del mundo (París, Nueva York, Londres o Dubái) y ha trabajado con importantes marcas como Boss.
Tiene casi 350 mil seguidores de Instagram y con ellos comparte sus proyectos, sus rutinas de entrenamiento y conciencia sobre la integración de las personas con discapacidad intelectual.
Isabelle Weall
A los siete años, Isabelle Weall (19 años) padeció meningitis, que derivó en la cuádruple amputación de sus extremidades. Ha crecido sin manos y con prótesis en las piernas, pero eso no le ha impedido llevar una vida normal. Va al gimnasio, trabaja y está a punto de entrar en la universidad, un paso que retrasó debido a la pandemia y las restricciones provocadas por la Covid.
La joven tiene más de 400 mil seguidores en TikTok e Instagram, y cuenta también con un canal de YouTube. En sus redes publica sobre todo post de su día a día y vídeos de maquillaje y peinados, dos de sus cosas favoritas y en las que es toda una experta.
Lizzie Velasquez
La historia de Lizzie Velasquez es sin duda una de las más conocidas de los últimos años. Nació con dos enfermedades raras: el síndrome de Marfan, una afección de los tejidos conectivos y se caracteriza por un aumento inusual de la longitud de los miembros; y lipodistrofia, que provoca una distribución anormal de la grasa corporal, lo que provoca que Velasquez no pueda ganar peso. Además, tiene una ceguera total en el ojo derecho y una discapacidad visual en el izquierdo.
Pese a todas estas patologías, Velasquez fue criada en el seno de una familia cariñosa que siempre la ha apoyado y ha desarrollado una impresionante carrera personal y profesional. Pero el camino ha estado lleno de obstáculos, siendo uno de los que más han marcado su vida un vídeo que a los 17 años encontró en YouTube.
Se titulaba "la mujer más fea del mundo" y, cuando lo reprodujo, vio que hablaban de ella. Dicho vídeo tenía 4 millones de visitas en ese momento. Este hecho marcó un antes y un después en su vida y se acabó convirtiendo en conferenciante e influencer, dedicando su vida a romper prejuicios, a contar su historia y a ayudar a otros en su desarrollo personal.
Aún hoy tiene que soportar las miradas de la gente y comentarios ofensivos de todo tipo en sus redes (donde tiene más de 700 mil seguidores), pero eso no le impide seguir dando la cara y demostrar que es más que su físico o sus enfermedades.
Desirée Vila
Desirée Vila es una apasionada del deporte y desde pequeña siempre lo ha practicado a un alto nivel. A los 15, durante un entrenamiento de gimnasia acrobática, se rompió la tibia y el peroné. La lesión le obstruyó una arteria, lo que provocó una necrosis en la pierna que comenzó a extenderse por su cuerpo. Para salvarle la vida tuvieron que amputarle la pierna, algo que ahora ella considera un regalo.
Tras meses de recuperación y ayuda psicológica, Desirée Vila recuperó sus sueños de ser deportista profesional y el año pasado lo consiguió, representando a España en los Juegos Paralímpicos de Tokyo. Su pasión por el atletismo y el deporte los ha combinado con sus estudios de Relaciones Internacionales, su canal de YouTube (donde tiene más de 86.000 seguidores), sus conferencias y la publicación de su libro Lo único incurable son las ganas de vivir (Planeta, 2018).