El 43% de los españoles se siente emocionalmente mal o muy mal, según un Estudio Internacional sobre salud y bienestar mental, pero ¿sabías que la falta de seguridad en uno mismo es uno de los grandes obstáculos para reducir ese porcentaje? ¿Te sientes identificada? ¿Sientes que tienes menos confianza en ti misma de la que quisieras?
La realidad es que es muy difícil encontrar a personas que estén completamente seguras de sí mismas, aunque en ocasiones puedan aparentar lo contrario. La incertidumbre forma una parte normal de nuestro día a día. Una incertidumbre en ocasiones generada por esa capacidad imposible de controlar lo que va a pasar en un futuro o simplemente porque no nos valoramos todo lo que deberíamos. Pero, ¿Sabías que si consigues aprender a vivir con esas dudas, a quererte en todas tus versiones y aprendes a ser consciente de que no todo puede estar bajo tu control, también conseguirás ganar seguridad en tí misma?
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No olvides que la falta de confianza no solo puede limitar tu propio potencial, sino que también puede acabar convirtiéndose en un gran obstáculo para conseguir lo que quieres y sobre todo para tu salud mental. Esta es una de las razones fundamentales por las que te invitamos a dejar a un lado el miedo y a apostar por aumentar esa seguridad en ti misma a través de estos trucos y consejos para ganar autoconfianza. Toma nota.
Los mejores trucos para ganar seguridad en una misma
No te pongas etiquetas: evita hacer una caricatura de ti misma. Es precisamente cuando nos ponemos etiquetas, cuando nos limitamos exagerando nuestras debilidades. Un ejemplo de ello podría ser que te etiquetases como alguien torpe, pero la realidad es que nadie puede ser torpe todo el tiempo. ¿Realmente tú eres así 24 horas al día? Así que si quieres mejorar la confianza en ti misma empieza por dejar de etiquetarte y comienza por probar a quererte.
Acepta tus emociones negativas y no dejes que te paralicen: uno de los primeros pasos para mejorar la seguridad en una misma es aceptando las emociones negativas propias y no dejando que estas te paralicen. Debes aceptar que en ciertos momentos podrás sentirte más o menos segura de ti misma debido a las circunstancias que te rodeen, pero ello no debería determinar la propia confianza en tí.
Debes entender que sea lo que sea lo que te afecte o las dificultades que te rodeen, podrás con ello y siempre podrás seguir adelante con tus fortalezas y debilidades.
Identifica tus fortalezas: aunque una de las cosas que tendrás que normalizar y aceptar es que no se puede ser buena en todo, ni tener todo bajo control. No debes olvidar que tú, al igual que cada persona, cuentas con unas características únicas e innatas que también destacan sobre otras. Si aún no conoces cuáles son las tuyas, es momento de que descubras tus fortalezas y de que las pongas en práctica. Aprende a potenciarlas y a disfrutar de los resultados.
Deja a un lado el miedo al fracaso: muchas veces no nos atrevemos a dar un paso por el miedo a fracasar, a hacer el ridículo o a sentirnos juzgados. No dejes que ese miedo te paralice por esa falta de confianza en ti misma y atrévete a arriesgarte cosechando esa confianza en tu interior y la seguridad. Evita caer también en el conocido como síndrome de la impostora, que continuamente nos lleva a dudar de nuestro propio éxito personal o profesional.
Apuesta por hábitos y rutinas que te hagan sentir bien: una de las mejores formas de mejorar nuestra propia seguridad es cuidándonos por fuera pero también por dentro, fomentando el autocuidado y la práctica de hábitos y rutinas saludables que nos hagan sentir bien. Asegúrate las horas de descanso necesarias, garantiza una dieta sana y equilibrada, haz ejercicio físico y guarda unas horas al día para disfrutar de aficiones que te hagan sentir bien.
No te autoexijas exceso: en muchas ocasiones el exceso de autoexigencia puede transformarse en nuestro peor enemigo. Así que evita exigirte en exceso o autocastigarte. Aprende a aceptar todas las versiones de tí misma, con tus miedos, dudas y errores.
Aprende a decir no y a poner tus propios límites: adoptar formas de comunicación asertivas y aprender a decir no o a poner tus propios límites. Esta es otra de las claves para mejorar esa autoconfianza. Practica también el ejercicio de expresar tus emociones, necesidades y opiniones sin necesidad de que el resto de personas se sientan agredidas. Todo esto, no solo mejorará tu autoconfianza, sino también tu forma de relacionarte con los demás.
Deja de compararte con los demás: sobre todo no olvides que eres una persona única y que ningún otro ser humano será igual a tí, por lo que tu evolución la deberás medir a partir de tí misma y no comparándola con la de los demás. Cambia esa práctica de la comparación por la de la admiración y la de superación contigo misma.