Cómo desintoxicarte de las navidades: la dieta detox después de los excesos de las celebraciones

Año nuevo, vida nueva. Después de las comidas y cenas abundantes, toca cuidarse y librarse de los excesos de Navidad.

Llega el 2023 y con ello los nuevos propósitos. En la mayoría de las listas se encuentra el empezar una rutina de gimnasio y dietas algo que, para muchas, resulta difícil de empezar después de los excesos.

En ocasiones, la Navidad supone relajarse de más. Las celebraciones nos hacen saltarnos la rutina y dieta, y volver a retomarla supone una adversidad a la que no queremos enfrentarnos.

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Optar por hábitos saludables no es ninguna tontería y es que, en la mayoría de los casos después de tanta cena y reunión familiar nuestro cuerpo nos lo pide a gritos.

Pero, llevar a cabo un cambio en nuestra alimentación no es sinónimo de sufrimiento. Simplemente es optar por alimentos más sanos después de habernos descontrolado en estas fechas especiales.

Di adiós al turrón

Lo primero de todo para volver a llevar hábitos saludables es deshacerte de todo lo que se relacione con la Navidad. En estas fechas seguro que compraste polvorones y turrones de más por lo que seguro que pasadas las navidades sigue quedando alguno.

No decimos que los tires, simplemente guárdalos para el año que viene y si tienen fecha de caducidad opta por comértelos de manera más moderada.

Además, para compensar los excesos de Navidad una buena opción es optar por una dieta con alimentos que ayuden a eliminar toxinas del organismo.

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Si además, complementas la alimentación con cuidados depurativos como beber abundante agua, reducir el consumo de azúcar y sal o hacer ejercicio de forma habitual, los cambios no tardarán en llegar.

Alimentos detox

Fibra

Aumenta su consumo para mejorar el tránsito intestinal, contra el estreñimiento y reducir la hinchazón abdominal.

Su consumo produce una mayor sensación de saciedad, lo que se traduce en una menor ingesta de alimentos y, por lo tanto, de calorías.

Una buena opción es optar en el desayuno por dejar de lado el roscón y el panettone e introducir avena horneada con arándanos, fresas y almendras. Un plato muy saciante y que podemos dejar preparado el día anterior.

Frutas

Las frutas aportan vitaminas y minerales. Si las tomas en zumo obtendrás mucha agua, y si lo haces en piezas enteras más fibra.

Algunas frutas para eliminar toxinas son: el limón, la naranja, la mandarina, el pomelo... que contienen mucha vitamina C, una vitamina que ayuda a convertir las sustancias tóxicas en solubles para facilitar su eliminación.

Optar por el aguacate es una gran idea ya que su alto contenido en fibra y grasas saludables ayudan a desintoxicar el hígado, mejorar el estreñimiento y controlar el colesterol.

Verduras

El caldo de verduras contiene todas las vitaminas hidrosolubles que se pierden al cocer las verduras.

También puedes optar por verduras de hoja verde. Contienen clorofila que depura y desintoxica el hígado, páncreas, colon y riñones. Hablamos de las acelgas, las espinacas, la lechuga, las endivias, la rúcula y la col rizada, entre otras.

Toca reducir

Reduce grasas, decántate por el consumo de carne magra como pollo, pavo, conejo... Si tomas pescado que sea blanco, tales como el bacalao, la merluza, el besugo o la dorada.

En cuanto a los lácteos, opta por aquellos que sean desnatados. Este tipo de alimentos conservan las propiedades y los beneficios del producto en cuestión, pero están libres de nata y son bajos en grasa.

Menos sal y azúcar con sustitutos saludables como la estevia para el azúcar o las especias para condimentar los platos.

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Eliminar fritos y rebozados ya que son métodos de cocinado muy ricos en grasa y una fuente muy rica de calorías. Los métodos de cocinado más recomendables son la plancha, el vapor, asado, etcétera.

Si utilizamos cítricos en la elaboración de la cena, hará de nuestros platos además de sabrosos más fácilmente digeribles.

Además, debemos controlar el consumo de hidratos de carbono como la pasta, el arroz, el pan en función del gasto calórico. Es decir, si practicamos ejercicio o llevamos una vida poco sedentaria.

En cualquiera de los casos no habría problema siempre que se cocinen con poca grasa y se evite mezclar en exceso; lo ideal sería consumirlos con verduras. En caso de ser muy sedentarios, deberíamos reducir su consumo en las cenas.