Organizar sus finanzas puede convertirse en un auténtico reto. El Observatorio Cofidis de Economía Sostenible en el Hogar 2022 destacaba, el pasado mes de octubre, que el 25% de los españoles vive en un hogar donde no hay capacidad para ahorrar a final de mes y solo una de cada tres personas consigue ahorrar hasta un 10% de lo que ingresa.
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Aunque las posibilidades de ahorrar sean limitadas en algunos hogares, es posible contar con una ayuda, como una "hucha" de ahorro automática (se transfiere el dinero de la cuenta principal a la paralela mensualmente) o aplicaciones móviles.
Por ejemplo, Fintonic, es una aplicación para controlar las finanzas, poder ahorrar y conseguir préstamos. Sirve para ver y organizar todos los movimientos de dinero, tarjetas e inversiones en un solo lugar. Además, diagnostica los gastos y avisa cuando se descontrolan. Goodbudget (anteriormente EEBA, el Easy Envelope Budget Aid) es otro gestor monetario para planificar presupuestos y gestionar las finanzas personales, por categorías y tipos de gastos.
Una técnica en concreto se ha hecho famosa para controlar los gastos de forma clara y asequible para todos: la regla del 50/20/30.
¿En qué consiste?
Popularizada por la senadora estadounidense Elizabeth Warren en el libro All Your Worth: The Ultimate Lifetime Money Plan (2005), proponer dividir el presupuesto en tres categorías para lograr ahorrar dinero a fin de mes. "Con la regla del ahorro 50/30/20 se cambia el orden de los términos, de manera que a los ingresos se le resta el ahorro, quedando la operación matemática siguiente: ingresos - ahorro = gastos" aclaran los expertos del BBVA.
Según esta regla, el 50% de nuestro presupuesto debería gastarse en "necesidades", es decir, alquiler, alimentación, medios de transporte, gastos médicos y gastos de posibles hijos.
El 20% de los ingresos mensuales se deben dedicar a objetivos específicos, como la devolución de un préstamo o la compra de un inmueble, mientras que el 30% restante se puede gastar de forma libre. Es decir, gastos no esenciales, de lo que se podría prescindir, y que supongan bienestar. Pueden ser quedadas entre amigos, compras de ropa o suscripciones a plataformas.
¿Por qué es ventajosa?
Aunque no siempre se pueda aplicar debido a un coste de vida cada vez más elevado (depende en parte del nivel de ingreso), permite ser consciente de los ingresos y gastos por categorías y ajustarlos. Si acostumbras a gastarte más dinero en ocio, esta regla te podría ayudar a equilibrar.
De igual manera, puede limitar situaciones de descontrol y asegurarse de que los gastos imprescindibles se realicen de forma segura. Finalmente, es una técnica de ahorro infalible para garantizar más soltura económica a largo plazo. Aunque el ahorro sea mínimo en un principio, podrá incrementarse de forma lenta pero segura. En todo caso, los porcentajes pueden ajustarse a la situación personal de cada uno, siendo el primer gasto, en necesidades, un poco más elevado.