La escritora y dibujante Kate Beaton encontró su observatorio del mundo en Alberta, uno de los motores económicos de Canadá, dedicada a la producción de petróleo y gas natural.
Hasta esta provincia se desplazó Beaton en 2005 desde su ciudad natal para costearse los estudios. La experiencia, que fue toda una lección de vida, la ha plasmado en la novela gráfica, Patos: Dos años en las arenas petrolíferas (Norma Editorial, 2023) que se publica en España tras su éxito en EE UU con traducción de Gema Moraleda.
A finales de 2022, el expresidente estadounidense Barack Obama, que suele publicar las lecturas que más le llaman la atención, señaló este volumen como uno de sus libros del año.
Tierra de hombres
Criada en Mabou, Nueva Escocia, y recién graduada en Arte, Historia y Antropología en la Universidad Mount Allison de Nuevo Brunswick, Beaton se endeudó para pagar su carrera. Y de la misma manera que las generaciones anteriores emigraban en busca de fortuna a las minas de carbón o a las fábricas de automóviles, el auge del petróleo en los primeros años del 2.000 la condujo hacia la industria petrolera. Su tío le aconsejó ir a trabajar a Alberta donde se produce cerca del 70% del petróleo canadiense. “No tenía ni idea de dónde me estaba metiendo”, recuerda la escritora.
Allí Beaton choca con una dura realidad: la mayoría de sus compañeros son hombres y pese a sus intentos por empatizar, se siente discriminada y hasta sufre acoso sexual.
Gracias a sus lápices, la autora ha podido reflexionar sobre la precariedad, la emigración, las masculinidades tóxicas, la degradación del medio ambiente, los riesgos laborales, la soledad y la nostalgia.
La autora asegura que para llevar a buen puerto el proyecto de Patos tuvo que tomar distancia de sí misma: “Tuve que referirme a ella como una persona diferente, como Katie, para quitarme como autora y poder verla en su propia historia”, explica.
“Me llevó mucho tiempo adquirir las habilidades como narradora, como dibujante de cómics, y luego tuve que reunir el valor y todo lo necesario para hacerlo”, asegura.
Y continúa: “Era una historia muy cruda en muchos aspectos. Y aunque realmente quería contarlo, también tuve que ser muy distante y fría al respecto, porque de lo contrario nunca sería capaz de hacerlo bien”.
A juzgar por el resultado, Beaton lo logró con creces, y tanto el público como la crítica han respaldado su propuesta confirmándose como una de las sorpresas de la temporada.
La tira que le hizo popular
Kate Beaton se hizo famosa gracias a Hark! A Vagrant, una tira cómica en la que repasaba los temas históricos y literarios en clave de humor. Por lo que sorprende aún más este cambio de paradigma. Toda una carrera dedicada al humor y publica Patos, una obra en la que no caben muchas risas.
Esta novela gráfica tuvo su origen en su webcómic, algo así como un blog con viñetas. En 2014 la autora publicó en ella una serie de cinco escenas íntimas inspiradas en su propia vida. Aquellas escenas sirvieron de prueba para comprobar que reacción tenía en sus lectores la idea que le rondaba por la cabeza. Ocho años después, aquella semilla se hizo realidad en un tomo de más de 400 páginas, que Norma Editorial ha traído a España en una edición muy cuidada.
Acoso sexual
En la novela, Kate Beaton cuenta su experiencia personal a través de viñetas con total sinceridad. Allí están recogidas todas sus emociones, reflexiones y miedos. Es uno de los mejores ejemplos para contar que siente una mujer en un mundo dominado por los hombres, en el que la cosificación y el acoso son 'el pan de cada día'.
Un entorno, Alberta, en el que por cada mujer, hay 50 hombres y en el que a través de los diferentes episodios muestra toda una colección de comentarios machistas, desprecios y en ocasiones, algo peor.
Sin embargo la canadiense no utiliza un tono acusatorio en la novela, tan sólo plasma lo que vivió. La elección del color, los tonos negro y gris, imprimen a la obra un halo triste y melancólico.
Un potente relato que sirve para hacer reflexionar al lector sobre machismo, salud mental, y ecologismo, todo ello a través de los ojos de una mujer muy joven que está comenzando a enfrentarse al mundo.
La escritora trata de la explotación en doble sentido. Por un lado, para extraer los recursos energéticos sin preocuparse por el impacto del medioambiente, pero también y sobre todo, refiriéndose a la explotación humana.
En las explotaciones petroleras se tiene que enfrentar a trabajos inhumanos, a temperaturas de hasta -50ºC, y al acoso sexual, en un espacio donde las mujeres apenas llegan al 2%.