El proyecto musical de Paloma O'Shea nació como lo que hoy se denominaría una start-up. Y, realmente, tuvo éxito desde su primera edición, en la que ya se matricularon 27 alumnos.

[La Quincena donostiarra: avalancha de música en el festival más antiguo de España]

Se trataba de una idea que parecía en ese momento extravagante, la de abrir en las afueras de Madrid "un centro de alta especialización profesional al que pudieran acudir los jóvenes de mayor talento procedentes de todo el mundo".

Sin embargo, Paloma O'Shea lo hizo realidad en el año 1991 con la primera sede que decidió ubicar en unos chalés de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. En una sociedad hipermediática como la actual, llama la atención el carácter reservado de la fundadora de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, nada dada a las entrevistas y a la exhibición pública.

La madre de Ana Botín, también presidenta de la Fundación Albéniz, que cuenta en su haber con un enorme listado de premios y un inevitable interés alrededor de su figura, nació en un barrio de Bilbao en 1936, en el seno de una familia de raíces irlandesas y vascas, siendo hija del ingeniero José O'Shea Sebastián y su mujer María Asunción Artiñano, y se crió entre siete hermanos.

Paloma O'Shea. Europa Press

Paloma O'Shea comenzó ella misma a estudiar piano en el Conservatorio de su ciudad el año 1941 y con sólo 15 años, según se puede encontrar en hemeroteca, ganó el Primer Premio Fin de Carrera, actuando como solista junto a la Orquesta Sinfónica de Bilbao. Nada hacía presagiar que sería tras su matrimonio con el director del Grupo Santander, Emilio Botín, cuando podría dedicar completamente su vida a la música, concretamente a la formación, la promoción y el mecenazgo de la música clásica.

En carta abierta, Paloma O'Shea explica en la web de su Escuela cuáles fueron los dos pilares del nacimiento de su proyecto, al describir cómo "en el momento de fundar la Escuela Superior de Música Reina Sofía, tuve la suerte de contar con la ayuda de los grandes músicos de entonces —Rostropóvich, Menuhin, Mehta, Maazel, Larrocha—"; esta alianza, sin duda, la ayudó a colocar la escuela en un excelente lugar de salida.

También detalla en su carta que la fundó "con el apoyo de Su Majestad la Reina Doña Sofía, que aceptó dar su nombre a la Escuela y ser su Presidenta de Honor. Desde entonces, ha presidido todos los patronatos y las clausuras de curso, entregando personalmente los diplomas a los alumnos".

La revista inglesa The Strad describió esta escuela en una de sus publicaciones como "una de las mejores escuelas de Europa, si no del mundo", destacando "un ambicioso programa de becas, libertad de enseñanza, plan de estudios individualizado y gran cantidad de conciertos".

Un momento de inflexión de este proyecto fue en el año 2008-2009, con el traslado a una sede definitiva entre el Palacio Real y el Teatro Real, que se inauguró con gran éxito mediático, y que contó con un gran concierto del conocido Zubin Mehta.

Respecto a sus programas formativos, destaca que, a partir del año 2016, coincidiendo con su 25 aniversario, la Escuela comenzó a impartir también el Título Superior de Música (según Bolonia) y el Máster en Enseñanzas Artísticas de Interpretación Musical, mejorando sensiblemente su oferta.

Ahora, el centro de O'Shea es también el contenedor algunos de los proyectos innovadores de la clásica en España, como New Skills 4 New Artists, con vinculación europea, que nació en 2019. Muchos de sus alumnas y alumnos son hoy en día ya músicos profesionales reconocidos en distintos países.

"Abrimos esta Escuela en 1991", continúa Paloma O’Shea en carta abierta, "para que los jóvenes músicos de todo el mundo pudieran desarrollar al máximo su talento y acercar su música a la gente.

Todo en la Escuela está dirigido a ese fin: la selección de profesores y alumnos únicamente por su mérito, la libertad del profesor para diseñar un plan académico personalizado para cada alumno, la intensidad de la convivencia, la consideración del escenario como prolongación del aula, la importancia de la música de conjunto y la búsqueda de fórmulas para acercar a la sociedad el gran poder transformador de la música".

Paloma O'Shea y la reina Sofía. Gtres

El apoyo institucional al centro se demostró recientemente, cuando de hecho, la Reina emérita y la propia O'Shea entregaron personalmente los diplomas a los estudiantes que terminaban su formación anual al superar los exámenes del curso 2022/2023.

Se trata de un año especial para el proyecto, cuando se celebra al fin el treinta aniversario de una escuela (definido sencillamente, como "un proyecto de educación y cultura") que ha formado estudiantes ya durante tres décadas, y que sigue en funcionamiento gracias al apoyo de otras instituciones y mecenas que se han interesado cada vez más por la escuela.

Nombrada Marquesa de O'Shea por la Casa Real en el año 2008, Paloma O'Shea hoy tiene diecisiete nietos, a los que dedica buena parte de su tiempo. Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes (1998), ha recibido multitud de reconocimientos: la Medalla de Honor de la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, la Medalla Picasso de la UNESCO, la Medalla de Oro del Spanish Institute de Nueva York o el Premio Montblanc de la Cultura.

Sin embargo, no ceja en su propósito y así lo expresa: seguir posicionando esta escuela que fundó de un modo modesto hasta llevarla al más alto nivel. "Invito a todos a venir a la Escuela y comprobarlo", concluye su carta abierta la Presidenta y Fundadora de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, dejando claro que su vocación por la enseñanza no ha disminuido ni un ápice, más bien, se ha incrementado, a lo largo de su vida.