Montse Tomé, que desde el 2018 había cumplido labores de ayudante de Jorge Vilda en la selección española de fútbol, ha sido nombrada seleccionadora. La ovetense se convierte en la primera mujer en la historia que dirige a la selección femenina. Es también el debut de la profesional como primera entrenadora tanto a nivel de clubes como de selecciones.

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Con esta decisión, tomada tras el escándalo de Luis Rubiales, España se suma a la lista de países que cuentan con una selección liderada por mujeres. En el último Mundial, fueron 12 los equipos concernidos sobre un total de 32. 

La proporción es casi la misma que hace cuatro años en Francia, donde de los 24 equipos participantes, 8 no estaban dirigidos por hombres (37,5% comparado con 33,3%, aproximadamente). Ambos números fueron superiores al número de seleccionadoras presentes en Canadá en 2015, eran entonces 7 (un 29% aproximadamente).

Las mujeres del Mundial

La entrenadora estelar de este campeonato fue, sin duda, Sarina Wiegman. La exfutbolista neerlandesa fue nombrada mejor entrenadora de fútbol femenino por la UEFA. Se convirtió así en la primera persona que gana el premio en más de una ocasión tras haber encabezado la votación el año pasado después de la victoria de Inglaterra en la Eurocopa Femenina de la UEFA 2022, según explica la organización.

En este mundial, también participaron Martina Voss-Tecklenburg, seleccionadora de Alemania, Milena Bertolini, de Italia, Amelia Valverde, de Costa Rica, Bev Priestman, de Canadá, Inka Grings, de Suiza, Hege Riise, de Noruega, Jitka Klimkova, de Australia y Nueva Zelanda, Vera Pauw, de Irlanda, Shui Qingxia, de China, Pia Sundhage, de Brasil, Desiree Ellis de Sudáfrica y Martina Voss-Tecklenburg, de Alemania.

¿Pero por qué la representación sigue sin ser mayoritaria? Un estudio, liderado por la investigadora Jyoti Gosai, demostró que varios factores influían. "Muchas entrenadoras parecen encontrar prejuicios de género estereotipados a través de tres elementos distintos. 

El primero de ellos sugiere que cuando las entrenadoras actúan de manera consistente con los estereotipos de género (por ejemplo, cuando son cariñosas), a menudo se las considera entrenadoras menos competentes. Sin embargo, cuando las entrenadoras actúan de manera inconsistente con los estereotipos de género (es decir, asertivas y decisivas), se las considera poco femeninas. Como tales, nunca son 'perfectas'.

El segundo elemento se relaciona con el alto umbral de competencia: las entrenadoras en deportes de élite enfrentan estándares esperados más altos pero salarios más bajos que los entrenadores masculinos. Y el elemento final identifica cómo las entrenadoras pueden ser percibidas como competentes o simpáticas, pero rara vez ambas cosas. Es posible ser buena pero no gustar, o ser querida pero no buena, pero no las dos cosas a la vez", destaca a su vez el experto Pete Holmes en relación a esta investigación, en el medio The Conversation.

Un nombramiento clave

Este nombramiento marca, en todo caso, una nueva era en el fútbol femenino español. Luis Rubiales, antes de ser inhabilitado por la FIFA por una serie de comportamientos inapropiados encabezados por el beso brindado a la jugadora Jennifer Hermoso, se encargó de ratificar en el puesto a Jorge Vilda. El entonces máximo dirigente de la Federación aseguró, durante la rueda de prensa, que además de no dimitir, iba a prorrogar el contrato de Vilda con la RFEF y subirle el salario de manera notable.

"Cuando pitó el final la colegiada fue el día más feliz de mi vida. Jorge, he activado los mecanismos para activar que te quedes con nosotros los próximos cuatro años y para que cobres casi medio millón de euros. Te lo mereces", aseguró Rubiales en la polémica Asamblea de hace quince días. No se llegó a cumplir. La Real Federación Española de Fútbol, con Pedro Rocha a la cabeza, apostó por este nombramiento femenino como parte de un proceso de reestructuración del organigrama. Las mujeres se abren definitivamente camino.