‘Al final, unas que vienen otras que se van…’
La semana en cuatro tips de vida social, protagonistas y recomendaciones. Del liderazgo de Pilar Cosentino a los planes de la alcaldesa de Valencia.
Pilar Cosentino
Empecé la semana disfrutando al máximo. En el término municipal de Cantoria en Almería, Paco Cosentino ha levantado un imperio. Sus más de seis mil nóminas lo avalan. Cuenta sin pudor las veces que se arruinó hasta llegar hasta aquí. Esa es de las cosas que he aprendido en la vida. El éxito es de aquellos que reconocen sus fracasos y los tropiezos del camino.
Cuando conozco a alguien que entona un ‘yo, mi, me, conmigo’ permanente y te cuenta lo fabuloso que es y lo bien que ha salido todo en su vida, yo desconecto. Sin embargo, me engancho con afición cuando escucho una historia como la de una de las marcas que será testigo del futuro de nuestro país. Y lo será porque ha venido para quedarse.
Recorrí toda la fábrica con parte de ese presente y por supuesto del futuro. Se llama Pilar Cosentino. Me encantó cómo me hablaba de sus retos como empresa, me presentaba con orgullo a parte de la plantilla que la trataba con cercanía y familiaridad. Eso es el futuro.
Su padre nació con todo el futuro por hacer, pero ella podía haber decidido tener una vida menos complicada, aunque a medida que hablaba con ella me di cuenta de que más allá de la genética del entusiasmo, ha sido educada y formada en la cultura del esfuerzo. Y esa huella forja el carácter.
Pilar se entusiasma enseñando sus nuevos proyectos de innovación y desarrollo y como consigan todo lo que pretenden, nuestras casas no podrán resistirse a que haya algo firmado por Cosentino.
Imagino que muchas personas tendrán ya en sus cocinas Silestone o Dekton, pero háganme caso. Cosentino tiene dos generaciones de liderazgo y mucha fuerza. Pilar Cosentino es una de nuestras top100 y será parte del futuro empresarial más potente de España. Sigan sus pasos.
María Teresa Campos
Vaya semana de decir adiós. Empezamos con María Teresa Campos. Yo pertenezco a esa generación en la que hablar de ella era como decir Oprah en Estados Unidos. Fue pionera en muchas cosas. Y sobre todo, se movía por el plató con la naturalidad de quien no tiene complejos.
Cuando era pequeña quise ser periodista. Mi padre no lo veía claro y siempre creyó que yo tenía que ser abogada. Recuerdo cuando le decía: ‘Papá, yo quiero ser periodista’ y el me respondía que yo lo que quería era ser María Teresa Campos y que para eso no te formaban en ninguna universidad.
Así que estudié Derecho. Cuando los abogados intervenimos en nuestro primer juicio, existe una tradición no escrita que consiste en acercarte a presentarle tus respetos al juez y decirle que es tu ‘primera vez’.
Recuerdo la mía. Fue en el Juzgado de lo Social número 1 de Cáceres. El juez se llamaba Mariano Mecerreyes. Al terminar, me acerqué a él y se lo dije. Me preguntó si le estaba diciendo en serio que era mi primer juicio y me espetó: ‘¿Usted ha visto a María Teresa Campos en la televisión? Pues con la misma soltura ha estado usted en esta sala’.
Y cuento estas dos anécdotas no para hablar de mí, sino para contar que en los 90, ya en aquellos años, decir María Teresa Campos era decir profesionalidad, esfuerzo, carácter, periodismo, fuerza… Así quiero recordar a una pionera, a una de las grandes.
Así y con todas las palabras de la gente que la quiso. Sus amigas, las personas que trabajaron con ella, tanta gente que la quería y me han recordado esta semana la televisión con la que crecimos y en la que ella reinaba. Es una televisión del pasado, pero sin que la del presente no habría sido posible.
María Jiménez
Ayer me emocioné en ‘Y ahora Sonsoles’ hablando de María Jiménez. Hace veinte años fui su abogada y después, perdí el contacto con ella. Pensaba que ya nadie recordaba que yo había intervenido en aquellos procedimientos.
Pero el equipo del programa va siempre más allá y Ángela lo recordaba. Y así me vi sentada en un plató hablando de ella. María era una artista y una superviviente. Su vida fue una montaña rusa en la que intentaba reír más que llorar, pero siempre tenía motivos para hacer las dos cosas.
María tenía un corazón muy grande y un carácter de esos que ayudan a levantarse cuando te caes. Ella que se reía hasta de su sombra, tenía un cartelito en la puerta de su casa de Chiclana en el que sustituyó el típico ‘cuidado con el perro’ por ‘cuidado con la dueña’.
María destilaba arte y armas para aguantar el sufrimiento por los poros de su piel. Yo conocí a la María de los primeros años de este siglo. Con esa me quedo, porque luego no tuvimos contacto.
Recuerdo que el 11-M yo estaba en su casa de Chiclana trabajando para ella. María nunca volvió a acostarse en su cama de matrimonio con Pepe Sancho y allí dormíamos los invitados. Nunca se me olvidará porque mi hijo que tenía entonces seis años me llamó llorando para pedirme que no volviera en tren.
Tengo algún cuadro pintado por María que me regaló ella y un vestido de flamenca. Pero sobre todo, tengo en mi corazón guardadas muchas lecciones de vida. No era consciente hasta que ayer me senté en el plató y por primera vez, estuve nerviosa y emocionada en el programa. También lo noté el jueves cuando llegué a casa y me puse la música de María y bailé sola. Creo que es lo que a ella le habría gustado… ya lo cantó: ‘que el fin del mundo me pille bailando’.
Siempre la recordaré con ese reproche divertido que tenía para los impertinentes: ‘Opérate del carácter’.
María José Catalá
Y de las que se van para quedarse a una mujer que acaba de llegar con un torrente de fuerza inexplicable al Ayuntamiento de Valencia.
Su nombre es María José Catalá y en breve se cumplirán sus 100 primeros días como alcaldesa de Valencia. Llega con fuerzas, con ganas, con un equipo sólido y con un proyecto claro.
Apenas ha tomado posesión y en breve, el Puente de las Flores pasará a llamarse Alcaldesa Rita Barberá y cuenta entre sus prioridades con acabar con los tiempos para tramitar las licencias de apertura de locales y de obras. Los tiempos en los que se encuentra la media son bochornosos e incompatibles con el crecimiento económico y la sostenibilidad de la ciudad.
Su hijo nació apenas cinco días después de su llegada al puesto y concilia las novedades de su vida personal y profesional con malabarismos pero sin alharacas ni golpes de pecho.
[María José Catalá da a luz 5 días después de lograr la alcaldía de Valencia]
Su larga trayectoria en la política y su entusiasmo auguran que Valencia estará mucho más presente y más bonita, que recuperará su interés para la inversión empresarial y que será un destino mucho más apetecible de lo que lo ha sido en los últimos años.
Ojalá ese torrente de fuerza e ilusión se mantenga en el tiempo y se traduzca en brillo para Valencia. Es una pena que una ciudad tan bonita y con tantas cualidades no se haya sacado en los últimos años el partido que se merece.
Aquí les dejo otro nombre de una de esas mujeres a las que no deben perderle la pista en los próximos años. Y ténganlo en cuenta para poner Valencia en su lista de destinos.