El entrenamiento militar de la princesa de Asturias ha dado un paso definitivo: la consecución de la boina de combatiente. Para ello, ha tenido que cumplir con una llamativa prueba, no exenta de espectacularidad. En un acto celebrado de manera interna en la Academia General de Zaragoza el pasado fin de semana junto al resto de sus compañeros de primer curso, Leonor ha acabado pasada por agua a modo de bautizo castrense.
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El Mando de Adiestramiento y Doctrina (Madoc) ha hecho públicas las imágenes en las que los alumnos son lanzados a la piscina, vistiendo su uniforme, con su petate en la espalda y el fusil colgado en la parte delantera de su cuerpo. "Los cadetes de primer curso de la Academia General Militar recibieron el pasado sábado la boina grancé tras completar el módulo de formación militar básica del combatiente. Previamente habían superado las últimas pruebas, clásicas para tantas promociones", explican.
En el vídeo subido a redes sociales se ve con detalle en qué consiste la citada prueba por la que tienen que pasar todos y cada uno de los aspirantes. La mecánica es sencilla: se colocan al borde de la piscina mientras un superior los zarandea ligeramente para acabar empujándolos.
Lógicamente, no es la heredera al trono la persona que aparece en las imágenes, pero ha tenido que superar ese trámite como el resto de sus compañeros. Posteriormente, se les imponía esa preciada gorra roja en el patio de la Academia. Es así como el Ejército de Tierra certifica que se ha completado ese módulo de formación del combatiente. El entrenamiento es duro y exigente, tanto que algunos cadetes causan baja durante esta primera etapa.
Antes de ser lanzada al agua, la primogénita de los Reyes ha tenido que cumplir con caminatas a paso ligero con todo el equipo encima, soportando el cansancio físico de recorrer varios kilómetros sumado a unas temperaturas que todavía son bastante elevadas. En días anteriores, el Madoc también informó de que la Dama Cadete Leonor y sus compañeros habían realizado sus primeras maniobras militares para las que tuvieron que reptar po el suelo embarrado, portando su arma reglamentaria, sin cargar.
Un nuevo reto cumplido para la princesa de Asturias, que ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza el pasado 17 de agosto. Superada la fase inicial de adaptación, sigue subiendo escalones en su formación castrense. Pese a ser una vida completamente diferente a la que estaba acostumbrada, lejos de palacio y de sus padres, la hermana de la infanta Sofía asume con madurez sus deberes como futura reina de España. En el cuartel es una más, aunque su presencia se nota en algunos cambios impuestos, como la prohibición del uso del teléfono móvil por parte del resto de los cadetes para preservar su intimidad.