Las 'ángeles' llevan falda o pantalón
¿Alguna vez se han equivocado de fecha al preparar un viaje, al comprar una entrada o al quedar con alguien? Yo muchas. Quiero estar en todo y, a veces, esas cosas me pasan.
La más inconfesable de ellas sucedió un día en que quería comprar unas entradas para la ópera en San Petersburgo. Me aseguraban por activa y por pasiva que no era temporada y que no había funciones. Yo, erre que erre y tan contenta porque había conseguido unos asientos excepcionales para la función y además, tirados de precio.
Crean lo que leen. Había comprado entradas para el teatro del mismo nombre en Vladivostok. Estaba feliz porque me parecía una ganga. Baratos eran. Y solamente hay 9.635 kilómetros de distancia entre las dos ciudades.
Esta semana, el error no ha sido mío. Una de esas meteduras de pata me llevó el día equivocado al aeropuerto de Málaga para regresar a Madrid. Llegamos con un poco de antelación, la necesaria. La persona encargada de la gestión había tenido un despiste y los vuelos eran para 24 horas más tarde.
Llamé para cambiar los billetes o sacar unos nuevos y di con el iluminado de turno. Había que hacerlo online y él me repetía que no se podían cambiar billetes o comprar unos nuevos para ese mismo día. Qué rabia da no poder mirar a los ojos a un operador a quien tus circunstancias no le importan.
En ese momento en el que invocaba a la familia del indolente que tenía al otro lado de la línea, aparecieron dos ángeles de Iberia que se decidieron a solucionar el problema. Así regresamos a Madrid, pese al error ajeno y el disgusto momentáneo.
Dos mujeres, una con su uniforme con falda y otra con pantalón —¡benditos tiempos!— se pusieron las alas de Iberia y nos dieron una solución que no parecía fácil. Este mensaje es un agradecimiento a Sandra Amaya y Débora Farrán. Ellas personifican la profesionalidad de sumar a la aptitud la mejor de las actitudes para que todo vaya
bien.
Qué bueno sería este mundo si intentáramos ponérselo fácil a los demás y hacer cuanto esté en nuestras manos, aunque suponga un poco más de esfuerzo.
Gracias, de corazón.
El sable de la cadete Borbón Ortiz
La Princesa de Asturias me provoca una gran ternura y respeto. No es lo mismo ingresar en una academia militar a su edad por vocación que por cumplimiento de un deber asignado desde la cuna.
No sabemos si realmente le gusta o no, porque su función como heredera de la máxima institución del Estado es contar siempre que le hace feliz 'servir' a su país. Pero ella está sonriente, abraza a sus compañeras tras la ceremonia del sable y parece que lleva con uniforme toda la vida.
Desde que está en Zaragoza la miro con mucha empatía y lo verbalizo bastante. Esta semana lo comenté con alguien próximo a Zarzuela y me dio la clave para entenderlo. Leonor lleva formándose y aprendiendo desde su nacimiento para ser la Jefa del Estado español más preparada de la historia. Ahí está la cuestión.
Una futura reina que no está siendo educada como una 'princesa', sino con el sentimiento y la profesionalidad de unos padres que son conscientes de que Leonor será la próxima persona al frente de la jefatura del Estado.
Comparto esta reflexión que a mí me ha hecho pensar mucho. El mundo ha cambiado y aquí está la versión 3.0 de la hija del rey. No está criada entre algodones, no. Está preparándose desde su más tierna infancia con la selección de aprendizaje más específica para regir una nación.
La forma de garantizar la continuidad de la monarquía está en asegurar que además de ser la 'hija de su padre' es la persona mejor preparada para ese puesto y no podríamos tener un candidato con más capacidades y formación para todas sus funciones.
Mucha fuerza, cadete.
Medea
Comienza la temporada de ópera en el Teatro Real con un montaje muy especial de la ópera Medea. Me encantó la producción que tuvo entusiastas y detractores. Pero yo la recomiendo con seguridad de que la disfrutarán.
Es un tema tan actual que hasta impresiona. Medea es una 'ex' furiosa que tiene la sensación de que se le ha escapado un esclavo de la plantación y lo persigue con actitud retadora y castigadora.
Esta ópera aborda temas tan cotidianos que nos hacen enfrentarnos a las realidades eternas: la frustración, el ego, el chantaje emocional, la intolerancia, el machismo de las mujeres machistas, la utilización de los hijos en contra de su padre o su madre, el asesinato de menores por sus cuidadores…
Un tip cultural que no deberían perderse ahora que Plensa ha coronado el ‘cielo’ del Teatro Real con una obra maravillosa que lo hace más bonito aún. Y a ese tip cultural, añado uno vital.
Qué importante es no obsesionarse con el pasado. Si nos instalamos en la venganza o en la revancha, jamás seremos felices. ‘Carpe diem’ y vivamos la importancia del presente, porque realmente es lo único que tenemos, lo único que existe.
Sorzano y las hermanas Loro
Las llamadas de los amigos hay que atenderlas en la medida de nuestras posibilidades. Pocas cosas hay más ciertas que esas. Por eso, cuando Félix Revuelta me dijo que el 23 de septiembre se inauguraba la Ciudad Deportiva del Logroñés no hubo lugar a dudas. Allí estaríamos para acompañarle en su ilusión como presidente de ese club de fútbol y en su compromiso con la ciudad de su infancia y de su primera juventud.
Hoy es mi sexto aniversario de boda. Cuando has acertado, la vida entera sirve para celebrar convirtiendo cada lugar en el mejor escenario y se encuentra la forma de que todo tenga un toque romántico.
En el Observatorio de Enclave ODS le conté al presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, que mi segundo apellido es Sorzano y que todos los que compartimos ese apellido somos originarios de la Sierra de Cameros. Desde allí partieron nuestros antepasados y la rama de la que yo procedo fue la que se instaló en Antequera.
Gracias a internet y al esfuerzo de un 'primo' colombiano, Juan Manuel, estamos todos los Sorzano en contacto. Hubo uno que participó en el proyecto de ingeniería del puente de Brooklyn, por ejemplo. Aquellas raíces comunes nos animan para unirmos con un sentimiento especial de parentesco casi irreal.
Nos gusta saber que todos venimos del mismo sitio, aunque la diversidad nos ha mezclado con gente de todas partes del mundo y ya los Sorzano tienen piel de distintos colores.
Nunca había estado en ese pequeño pueblo situado a 17 kilómetros de la capital de La Rioja. Es un buen lugar para celebrar seis años de matrimonio brindando con nuestros amigos por muchos más.
El presidente riojano nos habló de un restaurante que regentan las hermanas Loro y nos pareció muy divertido aprovechar la ocasión para conocer el pueblo cuyo nombre he deletreado tantas veces porque no es un apellido común.
Logroño, Sorzano y por supuesto, parada obligatoria en Ezcaray con la familia de regreso a casa. Planazo gastronómico para quienes quieran disfrutar de un fin de semana diferente con el mejor vino posible.