Planeta, Leones, Lista Forbes y los Princesa de Asturias: clausuramos una semana llena de premios
La semana en cuatro tips de vida social, protagonistas y recomendaciones.
Sonsoles Ónega
Cuando en el mes de marzo publiqué Maldito Hamor (Espasa, 2023) le pedí a Sonsoles que me escribiera un texto para la 'faja' del libro. Nada hacía presagiar que sería la ganadora del Planeta. Se lo pedí como escritora, como una contadora nata de historias que ya recibía premios cuando era periodista del Congreso.
Cuando dijeron su nombre en la gala del Planeta, el corazón me dio un vuelco, y me metí entre la nube de fotógrafos a aplaudir, totalmente desinhibida, como la madre de la artista. Esa mujer a la que admiro, a la que ustedes solamente ven la sonrisa en las cámaras y a la que yo veo en plató cómo tiene el control de todo y lo lleva preparado milimétricamente, ella era la ganadora.
Estoy deseando leer Las hijas de la criada (Planeta, 2023) pero recomiendo a quienes no hayan leído Después del amor (Planeta, 2018) que la lean para ir abriendo boca hasta que el 8 de noviembre podamos correr a comprar la premiada.
Me produce mucha tristeza ver cómo hay personas que en lugar de reconocer el mérito de robarle horas al día, a su día, a su descanso, a su disfrute, atacan gratuitamente a quien ha visto recompensado su esfuerzo.
Quienes me seguís en Instagram, sabéis que elijo frases célebres inspiradoras con las que hago un mosaico con fotos. Esta semana he publicado una pensando en ella. Se
atribuye a Jackson Brown: "La envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento".
El ruido pasará, los mediocres tendrán otro a quien acribillar esta semana y ella, le pese a quien le pese, ya es una de esos setenta y un escritores que forman la historia del palmarés de uno de los premios literarios más importantes del planeta, del planeta con minúscula.
Olga Carmona
El lunes tuvimos la entrega de los Leones. Disfruté muchísimo entregando el premio a Olga Carmona. Fue el reconocimiento al trabajo de las futbolistas, de las campeonas, desprovisto de polémica.
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Así, como debía haber sido siempre. Celebración, aplausos y un discurso elocuente y sensato, sereno y fluido. Los asistentes estaban entusiasmados con ella, con sus palabras sobre el esfuerzo, sobre el apoyo de su familia y sobre la fatal coincidencia de que el triunfo más grande de su vida hubiera venido acompañado de la pérdida de su padre.
Pedro J. contó en el acto de entrega cómo vivimos en un pub inglés ese gol que nos situó, junto a Alemania, en el pódium de quienes han conseguido ganar los mundiales —el masculino y el femenino—.
Qué pena que el éxito a veces venga acompañado por el barro, por eso que no se espera, que lo enturbia y que lo mancha. Estas campeonas se merecen celebraciones como estas, limpias, sin polémica, solo con el agradecimiento por una trayectoria de fe en lo que hacen y de vocación.
Susanna Griso
Y seguimos celebrando el talento, esta vez sólo el femenino. Forbes, con dos anfitriones de excepción, Andrés Rodríguez e Ignacio Quintana, convocó a las mujeres que, según su ranking, somos las más influyentes del país.
Éxito de convocatoria incuestionable. Andrés Rodríguez formuló a Yolanda Díaz una ingeniosa reflexión en su conversación en el escenario con ella: "Usted siempre ha sido una política diferente: se ha reunido con el Papa y con Puigdemont".
La entrevistada y yo discrepamos en casi todo y estoy convencida de que estamos encantadas ambas de discrepar. Ella luego es tan amable conmigo como con todo el mundo.
Hay una cosa de ella que no me parece apropiada: utiliza los espacios 'blancos' a los
que asistimos para otras cosas y sustituye mensajes institucionales como vicepresidenta del Gobierno de España por mítines políticos con argumentos que hieren sensibilidades y que además contradicen al ejecutivo del que forma parte.
Ahora bien, yo quiero celebrar la suerte de haberme sentado con Susanna Griso y haber compartido confidencias y opiniones. Qué cañón de mujer. Y no me refiero solamente a su belleza, que es incuestionable, ni siquiera a su talento más que probado con su éxito profesional, sino a su calidad humana.
Qué sorpresa tan agradable descubrir a una buena persona tras el personaje: divertida, lista, generosa y responsable. Normalmente suele ser así. Como dice nuestro director, no se puede ser buen periodista sin ser buena persona.
Eso suele pasar cuando acudes a estos eventos. Te sientas en mesas en las que identificas lo que te aleja y te distingue de algunas personas y sientes las vibraciones potentes de las afinidades.
Y quienes me leen, saben que a mí me hacen quedarme 'cerquita' las personas buenas e inteligentes. Las malas y/o poco interesantes, me aburren bastante y me dan pereza.
Gracias, Forbes, no solo por incluirme en esa lista, sino por regalarme conocer un poco más de una persona noble y con un corazón que ha mejorado la vida de muchas personas. Me gusta que la tele esté hecha por buena gente.
Meryl Streep
Fui a los Princesa de Asturias emocionada por acudir al acto. Por lo que supone este acto y por la importancia del mes para la princesa Leonor.
Fui después de la mayor tromba de agua caída en Madrid en mucho tiempo. La noche anterior me había acostado a las nueve de la noche porque en toda la manzana donde está mi casa nos habíamos quedado sin luz por la inundación de un generador. Y escribir a la luz de las velas es bastante más incómodo de lo que parece en las películas.
Me levanté muy temprano a trabajar y sentía la emoción de saber que iba a escuchar a Murakami y, sobre todo, a Meryl Streep, una de las actrices que más me han gustado a lo largo de la vida…
Leí una vez que algunos osados no le auguraban buena trayectoria en su juventud por su físico. ¿Perdón? Hablan de la mujer que nos ha hecho reír y llorar con Los puentes de Madison, El diablo se viste de Prada, Kramer contra Kramer, No mires arriba, La decisión de Sophie, La dama de hierro, El ladrón de orquídeas o Agosto.
Es una mujer que baila al ritmo de las gaitas al llegar a Asturias y que sigue siendo una persona cercana a pesar de los premios, los aplausos y el caché.
Y, para mí, sigue siendo Katherine Graham, ese referente al que le pongo la cara de Meryl cada vez que repaso el libro con el que ganó el Pulitzer, Una historia personal (Libros del K.O., 2016), por la brillante interpretación de la Streep en The Post.
PD: Disfruten del talento ajeno. Es la mejor forma de desarrollar el propio.