Vientres de alquiler, gestación por sustitución, maternidad subrogada o gestación surbrogada. Estos son algunos de los términos por los que se conoce esta práctica mediante la cual una mujer gesta el bebé de otra mediante un acuerdo entre ambas partes. En los últimos años, son muchas las personalidades que han recurrido a esta técnica para convertirse en madres o padres visibilizando y también popularizando un procedimiento que en países como España es ilegal. Frente a las críticas de inmoralidad y de explotación de la mujer como objeto reproductivo, ellos defienden su derecho a formar una familia de este modo.
No existe el derecho a ser padre o madre, por lo que uno de los axiomas que enarbolan para justificar la gestación subrogada no tendría sentido. Durante 2023, el caso de Ana Obregón, que recurrió a esta técnica para tener una nieta de su hijo fallecido (se utilizó material genético previamente congelado), copó cientos de titulares, a favor y en contra. El pasado mes de noviembre, Paris Hilton anunciaba el nacimiento de su segunda hija por subrogación unos meses después de que naciera su primogénito, también por el mismo método.
No sólo eso, la empresaria estadounidense admitía que se había sometido a muchas fecundaciones in vitro y que tenía más de una veintena de embriones congelados, pero los había desechado todos por cuestión de género. "Hemos pasado por esto siete veces y todos son niños. Tengo 20 niños", confesaba a la revista Glamour UK y añadía: "Justo me sometí de nuevo al proceso hace un mes. Estoy esperando a los resultados, a ver si hay alguna niña". Así fue y actualmente tiene a la pequeña London en casa. No solo eso, en su reality aparecía en la cama de un hospital, como si ella misma hubiera dado a luz. El debate sobre estos niños a la carta está abierto.
El pasado 8 de enero, el Papa Francisco pedía la "prohibición universal" de la maternidad subrogada durante su discurso ante los embajadores acreditados ante la Santa Sede. Además, el Sumo Pontífice ha asegurado que ofende "gravemente la dignidad de la mujer y del niño" y que se basa en "la explotación de la situación de necesidad material de la madre. Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato". No es el único, una gran parte de la sociedad denuncia que la gestación por subrogación es una manera más de explotación contra la mujer incidiendo en su especial condición de vulnerabilidad social y económica.
Mientras tanto, los defensores, famosos y anónimos, alaban las virtudes del proceso presentando a las gestantes como personas altruistas y generosas obradoras de milagros en favor de los llamados 'padres de intención'. Existen diferentes legislaciones en aquellos países en los que es legal. Muchos de ellos solo permiten que se haga de manera altruista, prohibiendo la contraprestación económica, como sucede en Portugal, Canadá, Grecia y Reino Unido, aunque los expertos aseguran que en la mayoría de los casos sí que la hay.
La infertilidad de las mujeres que recurren a este procedimiento suele ser un requisito indispensable. En Australia, por ejemplo, se permite a la gestante no entregar al bebé si así lo decide tras el parto. Sin embargo, hay lugares mucho más laxos, como algunos estados de EE. UU. (la mayoría de los personajes conocidos lo hacen allí) o Ucrania.
Al tratarse de un contrato entre partes se dan circunstancias sorprendentes. En 2022, por ejemplo, salieron a la luz las cláusulas establecidas en uno de esos acuerdos con una gestante mexicana entre las que se le prohibía viajar o mantener relaciones sexuales durante el embarazo, estableciéndose además la potestad de la futura madre a mantenerla artificialmente con vida en caso de entrar en muerte cerebral hasta que el feto fuera viable. El caso llegó al Tribunal Supremo español, donde residía el niño nacido por gestación subrogada.
En España el tema es controvertido, pese a que son muchos los personajes famosos que han recurrido a esta técnica en el extranjero. En Magas hemos hablado con Yanna Franco, profesora del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid, para analizarlo en profundidad. Para ella, no hay duda de que los casos mediáticos de subrogación como los anteriormente mencionados tienen un efecto romantizador en la sociedad.
[Análisis de la situación legal de la maternidad subrogada en España: matices y desafíos]
"El tratamiento que están dando los medios a estos casos lo trivializan y sustraen a la opinión pública de un debate profundo en referencia a la gestación subrogada, que en realidad es un eufemismo. Se usan palabras vacías de contenido como estos dos términos que no todo el mundo entiende y esto hace que se conecte inmediatamente con este tipo de casos famosos. No sucedería así al referirse a esta técnica como vientres de alquiler, que sí abriría un debate profundo", explica.
No solo eso, se oculta información relevante que muestra que la realidad no es del color de rosa con que a veces se pinta. "La dimensión ética de este tema está conectada con la explotación de mujeres como vasijas, como paridoras. Al no hacer debates serios, sino en muchos casos desde el punto de vista de la prensa rosa de estos casos como el de Paris Hilton, se oculta información muy seria como la existencia de 'granjas' de mujeres en determinados países como Ucrania. Esto está conectado también con el racismo, porque pone de manifiesto que los europeos quieren niños caucásicos. También con el clasismo, porque no son las mujeres ricas las que se dedican a tener esos hijos para otras", reflexiona Franco.
Al final, en muchos de los países donde está permitida lo que hay es un contrato privado en el que se pueden poner cláusulas "indecentes" y que hace necesario regularlo legalmente. "Es ahí donde se abre el debate de si se debe regular en las instituciones para no dejar al arbitrio de los particulares estas gestaciones. No hay una solución simple para un tema complejo.
En España no está regulado y nos encontramos con un limbo legal y, por lo tanto, las personas se van donde lo pueden hacer. Eso no quiere decir que haya que permitirlo, un país debe conocer sus límites y sus valores. Soy partidaria de la prohibición porque es una explotación de la capacidad reproductiva de las mujeres que desatiende su salud y cuestiones como la igualdad", afirma la profesional consultada por este medio.
Asimismo, Yanna Franco considera que poner el foco solo en las mujeres que recurren a la gestación subrogada no es justo: "Se está estigmatizando a estas mujeres, pero hay muchos hombres famosos que también lo hacen y se les critican mucho menos". En efecto, Ricky Martin, Miguel Bosé, Elton John, Javier Cámara, Jaime Cantizano, etc., forman parte de esta lista. Incluso un miembro de la casa real danesa, el príncipe Gustav, sobrino de Margarita de Dinamarca, fue padre el año pasado a través de este procedimiento.