Ayer, 5 de marzo, a las seis de la tarde, tuvo lugar la entrega de los premios Maruja Mallo de la Fundación Ortega-Marañón (FOM).
La institución quiso con esta iniciativa destacar el liderazgo y la trayectoria profesional de 8 mujeres brillantes, sumándose a las conmemoraciones del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Los asistentes salieron del evento con la sensación de haber presenciado algo vibrante. El nivel de las participantes y de las premiadas, su compromiso y liderazgo, su serenidad y sabiduría, su firmeza e inteligencia... La escultora Cristina Iglesias las llamó 'mujeres faro'.
Las premiadas en esta edición fueron: Victoria Camps, Cristina Iglesias, Gloria Lomana, Itziar Miranda, Carmen Pellicer, Marisol Soengas, Theresa Zobell y Carme Chacón, 'in memoriam'.
La sala María Maeztu de la FOM (Fundación Ortega-Marañón) estaba abarrotada. Las premiadas sonreían. Cada una arreglada con su estilo. Algunas se saludaban por primera vez. Tomaron asiento.La actriz Silvia de Pé dio comienzo al acto de entrega de la primera edición de los premios Maruja Mallo, con un interesante coloquio entre cuatro mujeres de carácter: Inés Alberdi, Yolanda Barcina, Meritxell Batet y Ana Pastor.
Cuatro patronas de la Fundación
Las cuatro patronas de la Fundación se mostraron orgullosas de haber participado en la creación de los premios y la selección de las premiadas. El moderador, Pablo Blázquez, planteó la pregunta “¿Cómo se cimienta la ejemplaridad pública?”.
Para Inés Alberdi es importante que haya modelos de comportamiento: “Estos premios son tan útiles porque sirven de referentes en la formación tanto de niños como de niñas.”
Meritxell apeló a los valores democráticos cuando se ostenta una actividad pública. “Con leerse bien la Constitución y entenderla, ahí está todo. Hay que solucionar problemas y no crear más. Cuidar el espacio público, es lo que nos hace comunidad. Es fundamental el respeto y tolerancia.”
Ana Pastor destacó la relación de cariño y cercanía que hay entre las cuatro. Recordó que cuando era pequeña en su casa le decían “pórtate bien cuando no te veo”. Para la ejemplaridad pública añadió “es clave la integridad, actuar con coherencia entre lo que se dice y se hace, el respeto y la responsabilidad.”
Para Yolanda Barcina “ejemplar es aquella persona que hace bien lo que tiene hacer. Está claro que es difícil. Las premiadas de hoy son mujeres que han hecho bien lo que tienen que hacer en su ámbito.”
Y añadió: “Cuando fui alcaldesa, el único consejo que me dio mi padre fue 'sé honrada'. Es que se presupone que un político debe ser honrado. Si no lo es, es un delincuente”.
La polarización
El segundo tema a debatir era la polarización. Ese ruido de fondo nos impide avanzar, apuntó Yolanda Barcina. “Si todos cumplimos la ley, significa que somos iguales ante esta. Si unos la cumplen y otros no, ya hay desigualdades”
Ana Pastor siguió con las desigualdades. “¿Por qué la mujer tiene que hacer un esfuerzo mayor para demostrar que vale? En una reunión en la que yo era la única mujer, dijo un señor “¡Anda qué bien habla la subsecretaria!”.
Incluso pienso, contesté. El poder político y económico sigue en manos de hombres. Hay que seguir trabajando. Hemos avanzado, pero la mayor vergüenza es la violencia contra las mujeres.”
Meritxell tomó el relevo y se puso guerrera: “Las estadísticas son clarísimas. La mujer sigue sin tener el poder. Lo que queremos es el poder. Que pueda haber mujeres incompetentes, porque hombres incompetentes hay multitud. Me preocupa que todo lo que hemos conquistado lo podamos perder. Como dice Ana, 'cada año, con la edad, soy más feminista'”. No nos podemos relajar.”
Inés Alberdi, que comprendía la impaciencia, quiso dejar una nota de optimismo. “El cambio en este país ha sido espectacular en cuanto a la igualdad entre mujeres y hombres. España está entre los primeros países. Es verdad que falta. Queremos un salario igual por el mismo trabajo. Esto no se da en ningún país del mundo".
Las premiadas
A modo de contrapunto, subieron al escenario dos jóvenes laureadas, Eva Arderius y Raquel Lanseros. La primera interpretó maravillosamente unas piezas cortas al violonchelo muy bien elegidas. Raquel Lanseros leyó sus poemas.
Llegó el plato fuerte de la tarde: las 8 premiadas. Recibieron como galardón una réplica de la primera viñeta que publicó en 1931 la pintora Maruja Mallo en la Revista de Occidente y hablaron unos minutos.
El historiador y vicepresidente de la FOM, Juan Pablo Fusi, entregó el premio Maruja Mallo de Pensamiento a la filósofa Victoria Camps. Honrada y agradecida, aprovechó sus minutos de micrófono para continuar con los temas del debate anterior. “Contra la polarización el mejor antídoto es fortalecer el pensamiento y la reflexión. Pensar está en desuso. Supone un esfuerzo que la gente no está dispuesta a hacer.”
“Aunque Ortega y Gasset sea nuestro pensador por antonomasia -continuó- hay filósofas que pueden servir como referentes: María Zambrano, Adela Cortina, Concha Roldán, Amelia Valcárcel y Hannah Arendt, una de las grandes del siglo XX.”
Ella escribió que “el ser humano que ha dejado de pensar es un ser superfluo”. Meritxel decía que nos falta poder, y yo añado, también reconocimiento. La autorreflexión es necesaria para hacer bien lo que uno debe hacer.”
La actriz y maestra de ceremonias, Silvia de Pé, pide disculpar a la siguiente premiada porque no ha venido. Entonces aparece sigilosa por un lateral- entre asombro y risas del público- la escultora Cristina Iglesias.
Había llegado un poco tarde y se había sentado atrás. La directora de Fundación Recover Hospitales para África y patrona de la FOM, Marta Marañón, le entregó la viñeta de Maruja Mallo como premio en la categoría de Arte y Vanguardia.
La escultora felicitó emocionada a las 'mujeres faro'. Para ella Maruja Mallo es un símbolo de desafío y exploración de nuevas fronteras creativas. También quiso rendir un especial homenaje a la memoria de Carme Chacón.
En la categoría de Igualdad, la periodista y fundadora de 50&50 Gender Leadership, Gloria Lomana, recibió el galardón de la mano de la directora general de la Fundación, Lucía Sala. “Nunca se prepara una para una tarde así- dijo emocionada- La FOM es un faro de diálogo y reflexión.” Y saludó a unas alumnas presentes del programa 50/50 donde se “deja la vida”.
39 años para llegar a la paridad
Quiso dedicar el premio a las mujeres y madres que han luchado solas. “Ahora nos acompañan también muchos hombres. Todavía nos quedan 39 años para llegar a la paridad, pero estamos en el mejor lugar del mundo. Toca seguir remando. No os relajéis- dijo a las jóvenes- No queremos esperar tanto.”
En la categoría de Narrativa fue Federico Buyolo, director de Cultura de la Fundación, quien hizo entrega a la actriz y escritora Itziar Miranda. “Qué importante es escuchar a mujeres de distintos ámbitos e ideologías hablar”, subrayó refiriéndose al debate previo. “Cuando estudiábamos en el colegio no nos dábamos cuenta de que no teníamos referentes. Éramos invisibles. Por eso escribí mi colección de historias de mujeres, junto a mi hermano. Para niños y niñas. Cuando he dado charlas en los colegios, me he dado cuenta de lo importante que es erradicar prejuicios”.
La filósofa Concha Roldán, patrona de la FOM, entregó el premio en la categoría de Educación a la escritora y pedagoga, Carmen Pellicer. Lo recibió “abrumada y embargada de una gran gratitud. Hay que ser consciente de todo lo que debemos a nuestras antecesoras”. Y recordó la Residencia de Señoritas, hoy sede de la FOM.
Como defensora de un gran pacto de Estado social y político por la Educación determinó que “es fácil llegar al consenso si lo que te importa es el bien del niño y niña. En España hay todavía situaciones muy duras donde la escuela es una esperanza para salir del entorno donde se ha nacido. Eso no se puede elegir.”
La psiquiatra y patrona, Inés López Ibor, hizo entrega del premio Maruja Mallo en la categoría de Ciencia a Marisol Soengas, investigadora y directora del Grupo de Melanoma en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
La científica destacó lo inspirador que era compartir premio con mujeres de semejantes trayectorias. De Maruja Mallo destacó que “era una mujer transgresora y rompedora. En una entrevista que he visto en internet aparecía tan orgullosa de todo lo que había vivido. Esa ilusión y esa energía que tenía no las podemos perder. Tenemos que seguir avanzando con nuevos retos.”
Marisol Soengas habló de la importancia de trabajar en equipo y de contar con el apoyo y el compromiso de las administraciones y la sociedad. “El cáncer nos va a afectar, si no a nosotros, a alguien de nuestro entorno. La supervivencia global es del 60%. Hay que seguir investigando.”
La investigadora advirtió que hay más mujeres que empiezan una carrera de ciencias, pero menos del 30% en puestos de responsabilidad. “Luego lo dejan. Hay que tener cuidado con el retroceso.” Junto a otras científicas da charlas en colegios y universidades con el fin de romper estereotipos de género.
En la categoría de Globalización, recogió el premio la medallista olímpica y fundadora de la Fundación Ecomar, Theresa Zabell, de la mano del patrono Fernando Rodríguez Lafuente.
Theresa se mostró muy honrada por el nombre del premio, la sede, las premiadas y el patronato. Recordó que, cuando terminó su carrera deportiva, luchó en las oficinas para que si una deportista se quedaba embarazada no le costara la beca como le sucedió a ella. “Queda mucho por hacer. Las mujeres en órganos directivos de deporte no llegan al 20%.”
Sin referentes
En encuestas en colegios donde ha trabajado con su fundación vieron que las niñas no tenían referentes. “No porque no las hubiera- explica- sino porque no se conocían.” “Maruja Mallo fue una mujer extraordinaria que rompió muchas barreras, abrió caminos y fue un referente.” Y dirigiéndose a las presentes y a las no presentes ,dio un consejo: “sé que da miedo abrir caminos. Los referentes ayudan. No hay que sentir vértigo ni inseguridad, tenéis que creer en vosotras mismas”.
El premio 'In Memoriam' para Carme Chacón lo recogió su hermana, Mireia, de la mano del presidente de la FOM, Gregorio Marañón. Mireia, expresó en nombre de la familia su gratitud: “estamos doblemente halagados, por tratarse de esta institución y por vincular el nombre de Maruja Mallo al de mi hermana. Ella fue una “sinsombrero” y mi hermana se puso unos pantalones para celebrar la Pascua militar. La criticaron, pero es que había nacido su hijo Miquel que hoy nos acompaña. Dedico el premio a todas las mujeres que como Carme trabajan por hacer un mundo mejor.”
Le tocó el turno de palabra a Gregorio Marañón. Primero, se disculpó por haber llegado un poco tarde al debate, pero, como el acto estaba grabado en vídeo, lo iba a retomar. En ese momento llegaba la ministra de igualdad. “Querida ministra, la grabación también está a tu disposición”, le sugirió ante las risas del público.
Recordó emocionado la bondadosa inteligencia de Carme y su sonrisa, y agradeció la presencia de su hijo: “Gracias Miquel y enhorabuena por la madre que tuviste”. También evocó la figura de la fundadora de la institución y amiga de Maruja Mallo, Soledad Ortega. “Tuvo la inteligencia y el coraje cívico de poner entre los fines de la Fundación la promoción de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.”
Finalmente, agradeció a las premiadas su labor: “Simbolizan lo mejor de nuestra sociedad y nos representan como ejemplo.”
Cerró el acto, con sus pendientes característicos, la ministra de igualdad, Ana Redondo. Se disculpó por llegar tarde. Vería el vídeo del acto en cuanto pasara esta semana del 8 de marzo: “Es una semana fundamental para las mujeres. El siglo XXI es el siglo de la igualdad. No hay democracia sin igualdad.”
La ministra felicitó a la FOM por elegir el nombre de Maruja Mallo para los premios. “Fue una figura transgresora, pero sobre todo una mujer libre como nuestras grandes profesionales y referentes premiadas. Mujeres valientes, rigurosas, profesionales…
Sois nuestra vanguardia, nuestros referentes. Os necesitamos. Las generaciones que vienen pisarán por vuestros caminos.”