En un movimiento significativo hacia la mejora de los derechos de las madres y padres trabajadores: el Senado de Australia ha aprobado recientemente una legislación que amplía el permiso parental pagado a 26 semanas, a partir del 2026. Este cambio es un claro indicador del compromiso del país con la promoción de un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida familiar.

La importancia de este avance se comprende mejor al situarlo en el contexto internacional proporcionado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que incluye 38 países que ofrecen alguna forma de permiso parental pagado. 

La excepción notable es Estados Unidos, que permite 12 semanas de permiso no pagado, aparte de lo que las empresas ofrecen a sus empleados. Grecia y Suecia se destacan actualmente por ofrecer la mayor cantidad de permiso pagado, con 43 semanas y 240 días por progenitor, respectivamente.

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Este nuevo paso de Australia no solo se alinea con las mejores prácticas internacionales, sino que también refleja una comprensión profunda de la importancia del tiempo compartido en familia durante los primeros meses de vida de un niño. Los beneficios de una baja parental extendida y pagada son numerosos, incluyendo el fortalecimiento de los vínculos familiares, la mejora de la salud mental y física de los padres, y una mayor igualdad de género en el hogar y en el lugar de trabajo.

Sin embargo, aunque la ampliación del permiso parental en Australia es un paso en la dirección correcta, aún queda camino por recorrer. La comparación internacional revela que, aunque el esfuerzo australiano es destacable, otros países siguen liderando el camino con políticas aún más generosas. Esto plantea una pregunta importante: ¿es suficiente lo que estamos haciendo por las familias trabajadoras?

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La necesidad de un permiso parental pagado más extenso es evidente. La investigación ha demostrado una y otra vez que las primeras etapas de la vida de un niño son cruciales para su desarrollo futuro. Permitir que ambos padres pasen tiempo sin la presión de regresar inmediatamente al trabajo no solo beneficia al niño, sino que también contribuye a una sociedad más igualitaria y empática.

La decisión de Australia de ampliar el permiso parental pagado es, sin duda, un avance significativo. Sin embargo, este progreso no debe verse como el final del camino, sino como un paso más hacia la creación de una sociedad que verdaderamente valora y apoya a las familias.

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A medida que avanzamos hacia 2026 y más allá, será crucial monitorear el impacto de esta política en las familias australianas y aprender de las experiencias de otros países. Solo así podremos asegurarnos de que estamos proporcionando el mejor apoyo posible a los padres trabajadores y sus familias, construyendo una sociedad más justa y equitativa para todos.