Cuando encontramos en New York Times un artículo que comentaba el caso de Kristina Modares y Stephanie Douglass, dos agentes inmobiliarias que en 2019 fundaron una agencia, a través de la cual, enviaban el mensaje de que las mujeres no necesitan esperar a tener pareja antes de convertirse en propietarias de una vivienda, nos planteamos una serie de preguntas.
[Las mujeres del sector financiero reclaman más visibilidad para su rol dentro de la economía]
¿Tienen las mujeres miedo a invertir? ¿En qué invierten? ¿Lo hacen de forma diferente a los hombres? ¿Podemos hablar de una brecha de género en la inversión? Y por último… ¿Por qué es vital que las mujeres dominen el universo financiero, ese que tradicionalmente se ha vinculado a los hombres?
Según una encuesta puesta en marcha por Wells Fargo junto a Versta ResearchHalf, la mitad de las mujeres aseguraron no querer hablar de dinero al considerarlo un tema privado.
"La educación financiera tiene un impacto positivo sobre el bienestar financiero de las personas, no solo a corto plazo, sino también a largo. Además, contribuye a reducir lo que se llama la fragilidad o vulnerabilidad financiera y la desigualdad, dos cosas que nos afectan desproporcionadamente a las mujeres", dice Nadia de Santiago, autora de M.O.N.E.Y. Academy.
Y continúa: "Pero, por desgracia, seguimos teniendo niveles de educación financiera inferiores a los de los hombres, independientemente del nivel de estudios, posición económica o situación laboral. Y lo más preocupante es que esta brecha sigue existiendo en las generaciones más jóvenes, por lo que claramente es un problema que todavía estamos lejos de solucionar", concluye.
Carla Alexander, directora general en Burns The Agency, explica que para la sociedad es vital que más mujeres se animen a invertir, y como ejemplo comenta que únicamente el 2% de la financiación privada para startups va a parar a las que están dirigidas por mujeres.
"Este tipo de startups multiplica su posibilidad de captar financiación si se enfrenta a una inversora en lugar de a un inversor. Las mujeres generalmente invertimos más en mujeres, por entender y conectar mejor con los problemas que una mujer quiere resolver", asegura.
El poder lo tiene quien maneja el dinero
Y añade: "Por otro lado, en cierto modo, en la sociedad el poder lo tiene quien maneja el dinero, y por ello es crucial que ese poder esté repartido para que así vaya a parar a proyectos que nos representen a todos. Además, a todos los proyectos en general, independiente del sector y de quien los lidere, nos interesa que se anime a invertir toda la población, en lugar de solo la mitad”, asegura.
Tal y como señala la Organización Internacional del Trabajo, aunque la inclusión financiera no dará como resultado la igualdad de género, bastaría con un acceso equitativo a la gama completa de servicios financieros basados en necesidades (ahorro, crédito, seguro, pagos), junto a la educación financiera que lo acompaña, para que las mujeres tuvieran una oportunidad de empoderamiento social y económico.
Topes financieros para ellas
Pero, ¿con qué bloqueos financieros culturales se topan las mujeres y cómo podemos acabar con ellos? Responde Laura Lozano, CEO de Chargy y Skirion Enterprise. "Considero que existe un gran tabú con el riesgo de perder el dinero. También está la dificultad para encontrar oportunidades, la educación financiera, el miedo a enfrentarte a plataformas de inversión complicadas y la falta de referentes, ya que al hablar de inversión, a la gente se le viene a la mente directamente un hombre", afirma.
Y añade: "La inversión siempre es un riesgo, nadie ni nada te garantiza al 100% un retorno, y por mi parte, recomiendo invertir únicamente lo que no sea necesario para tu día a día y pagar cosas vitales. Teniendo eso claro, conociendo las plataformas donde se encuentran los productos que más te atraigan, y conociendo como otras personas lo hacen para tomar ejemplo, creo que cualquier persona con ahorros tiene la capacidad de poder animarse a invertir", asegura la escritora, divulgadora y emprendedora española, que lucha por hacer la educación financiera más accesible e inclusiva.
En qué invierten las mujeres
Consultamos a las tres expertas acerca de en qué invierten (o en qué no) las mujeres y les preguntamos si creen que realmente, lo hacen de forma diferente a los hombres.
Nadia de Santiago indica ya de entrada que lo importante es hablar de aquello en lo no invierten o en el hecho de que lo hacen en menor medida que los hombres.
Inversiones sostenibles
"Esto se traduce en que al no participar, porque no invierten, su dinero no se revaloriza, mientras que el de los que invierten sí lo hacen, lo que no hace más que agrandar todavía más la brecha salarial que todavía no se ha cerrado. Pero, cuando invierten, las mujeres suelen tener un perfil más conservador y, según apuntan algunos datos, una mayor preferencia por las inversiones sostenibles", explica.
"Creo que las diferencias son más acusadas cuanto más inexpertos o principiantes. Ahí sí que los hombres son mucho más osados que las mujeres y se lanzan cuando las mujeres no se atreven. Pero creo que a medida que los niveles de educación financiera y la experiencia aumentan, los comportamientos tienden a converger de manera que los hombres pierden parte de esa osadía al ser más conscientes de lo que no saben, y las mujeres, al contrario, pierden ese miedo al comprobar lo que sí saben", asegura.
Carla Alexander considera que las mujeres invierten más a largo plazo en activos como acciones o fondos. "Nos gusta una reflexión previa a la inversión, asesorarnos con profesionales. Un sector que atrae mucho a las mujeres es el tecnológico. A mí me gusta más invertir en activos reales que en bolsa, como inmobiliario, private equity, etc. Y hay otro tipo que me apasiona: invertir en experiencias. Cada vez valoro menos los bienes materiales. Me han educado siempre bajo este mantra: 'no es cuánto más tengas, sino cuánto menos necesites'. Y me encanta vivir experiencias con mi familia y mis amigos, que son recuerdos inolvidables que me dan gasolina para tirar el resto del año", asegura.
Laura Lozano invierte en startups y criptoactivos a causa del alto grado de conocimiento que tiene del sector, pues es al que se dedica. “Para mí también es importante tener en mi cartera proyectos fundados o cofundados y liderados por mujeres. Por conversaciones que tengo con otras amigas inversoras, creo que a las mujeres nos caracteriza estudiar muy a fondo el potencial de la inversión desde diversos ángulos, y creo que invertimos a largo plazo, pero seguramente, existan muchísimas otras inversoras con otro perfil", añade.
Falta de confianza, prudencia y desconocimiento
Linda Scott explica en La Economía Doble X que la causa por las que las mujeres sufren desventajas económicas son las leyes y las costumbres de antaño, que han hecho que hayan sido excluidas de la participación económica.
Por ello, asegura que en realidad, son las prohibiciones contra la participación económica, y no las malas decisiones o la falta de habilidades, las causas por el actual estado de desigualdad.
Centrándonos en España, según un estudio de BNY Mellon, únicamente el 16% de las mujeres españolas se siente capaz de invertir, mientras que el 43% considera que invertir es algo para el futuro.
¿A qué se deben estas cifras? "Esto pasa por una mezcla de desconocimiento y prudencia. Si las mujeres estuvieran mejor asesoradas en temas de inversión y sintieran más seguridad y confianza, estoy convencida de que se animarían a invertir más, pero desgraciadamente, prima muchas veces aquello de que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”, explica a Magas Carla Alexander.
Nadia de Santiago comenta que los niveles de educación financiera son bastante bajos. “Una gran parte de la población y, en particular, de las mujeres no los tiene (todavía). Además, incluso cuando sí tienen los conocimientos necesarios, a la mujer le cuesta más creérselo y tener la confianza suficiente en sus propias capacidades para ponerlos en práctica”, dice.
Laura Lozano quiere subrayar lo positivo que resulta que cada vez sean más las mujeres que invierten. “Si tenemos buenos resultados, lo contamos a los círculos de amigas para que se animen a seguirnos. Es increíble que cuando lo hablas con la gente cercana, quieren aprender y replicar lo que haces. Un buen ejemplo es el hecho de que en 2019 había solo un 10% de Business Angels mujeres, y actualmente, somos un 37%. Creo que la educación financiera, los ejemplos y los referentes van a marcan la diferencia", explica.