Sara Salcedo es voluntaria por vocación desde hace tres años y participa en el proyecto 'Aura Hábitat', que ha resultado ganador de los Premios al Voluntariado Universitario que concede la Fundación Mutua madrileña.
Sara convive en un piso con personas con discapacidad intelectual, gracias a este proyecto, por el que jóvenes universitarios comparten casa con personas con diferentes capacidades intelectuales.
¿El objetivo? Sencillo y complejo a la vez. Prepararlos para la sociedad y que puedan llevar una vida independiente fuera del entorno familiar.
Tras el descenso que se experimentó a raíz de la pandemia y de la interrupción de la actividad presencial, la vocación solidaria suma adeptos entre los universitarios por segundo año consecutivo. Según el XI Estudio sobre Voluntariado Universitario, a lo largo del curso 2022/2023, un total de 19.460 estudiantes participaron en acciones de voluntariado a través de su universidad, lo que supone un 13% más que el año previo.
Las universidades, por su parte, emprendieron más de 2.100 iniciativas de voluntariado el curso pasado, de las cuales el 32% eran de nueva creación y, del total, el 60% se hicieron de la mano de una ONG.
Diversidad intelectual
En el proyecto de Aura Habitat en concreto, participan seis voluntarios estudiantes de los Grados de Psicología, Pedagogía y Magisterio de la Universitat Autónoma de Barcelona, la Universitat Ramon Llull y la Universitat Oberta de Catalunya y 22 personas con diversidad intelectual. La convivencia tiene una duración de cuatro meses para los beneficiarios y se extiende a lo largo del curso académico para los estudiantes voluntarios.
Con los 15.000 euros del premio, Sara confiesa que están mejorando la equipación del piso compartido. "Nos han comprado cositas nuevas que nos hacían falta como un tendedero, un carrito para hacer la compra, o una fuente de cristal para el horno…"
La voluntaria comparte piso con tres personas. Julia, otra voluntaria universitaria, Maripaz y Montse, que son participantes, ambas con Síndrome de Down. "Este piso tiene capacidad para cuatro personas, pero hay dos pisos más con capacidad para seis", asegura.
Nos confirma Sara que la convivencia no es nada difícil, todo lo contrario. "Es muy divertida. Somos cuatro personas muy diferentes y eso nos hace ser únicos, y cada día nos sorprendemos y nos conocemos un poquito más".
Orden y turnos en casa
El trabajo en casa se organiza en un planing semanal y por turnos. "Los lunes hacemos la compra, los miércoles ponemos lavadoras y hacemos limpieza, y los viernes los dedicamos al ocio", confirma.
Reconoce Salcedo que para Maripaz y Montse esta experiencia es vital, "porque quizás después se puedan independizar. Les damos confianza a ellos y a sus familias. Cada día que pasa son más capaces de vivir de forma autónoma", explica.
Y para ella, para la voluntaria es mucho más. "Antes de venir a Barcelona, vivía en un pueblo. No veía personas con discapacidad nunca. Todo era nuevo para mí, desde descubrir qué es la discapacidad y empezar a vivir con ellos, porque son personas igual que yo, que ven el mundo de otra forma. También aprendes a tener respeto, a escuchar, a ser flexible y moldear mi vida para adaptarme a ellos y que ellos se pueden adaptar a mí, incluso a compartir porque considero que soy una persona muy cerrada", confiesa Sara.
Tanto es así que Salcedo ha decidido quedarse cerquita y está buscando piso para cuando diga adiós a este voluntariado. "Para mí esta amistad será para siempre".
50.000 euros en premios
Los Premios al Voluntariado Universitario de la Fundación Mutua Madrileña nacieron hace once años con el objetivo de reconocer, apoyar y promover la labor solidaria de los jóvenes que colaboran en iniciativas de voluntariado. A esta undécima edición han concurrido 93 proyectos en los que han participado más de 6.000 alumnos que estudian en 68 universidades españolas. Estos proyectos se realizan en colaboración con 72 ONG y benefician de forma directa a más 2,5 millones de personas.
Además de este proyecto, también han resultado galardonadas con un segundo premio, otras siete iniciativas, premiadas con 5.000 euros cada una.
Estos son los proyectos reconocidos:
Chat de ayuda para jóvenes, una iniciativa impulsada por el Teléfono de la Esperanza en la que participan estudiantes de la Universidad Internacional de La Rioja. Este programa brinda apoyo psicológico a adolescentes para afrontar problemas depresivos y prevenir conductas suicidas, mediante la activación de un servicio de orientación psicológica vía chat.
Efecto Boomerang, un proyecto de voluntariado en el que participan un centenar de alumnos de la Universidad de La Rioja, en colaboración con ASUR (Ayuda Social Universitaria de La Rioja), una entidad juvenil con casi 30 años de trayectoria cuyo objetivo es el fomento de la participación estudiantil en proyectos solidarios de índole local.
Elimu Kwa Wote, un proyecto impulsado por la entidad Children of Africa y en el que colaboran 13 estudiantes de la Universidad de Navarra y la Universidad de Zaragoza. El objetivo del programa es contribuir a mejorar la calidad de la enseñanza en un poblado rural de Kenia a través de la ampliación de un colegio con la construcción de tres aulas. Gracias a estas nuevas dotaciones se busca mejorar la calidad de la enseñanza y el grado de aprendizaje de los alumnos.
Rutas de calle, una iniciativa desarrollada por un centenar de estudiantes de varias universidades madrileñas junto a la Asociación Bokatas. El proyecto, puesto en marcha hace 20 años, está destinado a proporcionar comida, higiene, acompañamiento y orientación laboral a personas sin hogar de Madrid, Valencia y Zaragoza.
Acabar con la malnutrición en niños en Kimwenza, un proyecto de voluntariado en el que participan 85 alumnos de diversas universidades madrileñas, en colaboración con la entidad Amigos de Monkole. El programa se enfoca en mejorar la alimentación de la población infantil de República Democrática del Congo y ofrece revisiones sanitarias y talleres relacionados con la higiene y la salud para prevenir enfermedades entre la población.
El Cielo es de los niños es un proyecto en el que participan 15 estudiantes de la Universidad Francisco de Vitoria y la Universidad Complutense, junto a la entidad Hijos de María, España - Mary´s Children. El proyecto transcurre en el vertedero de Ngong, en Kenia, donde viven mujeres embarazadas o con hijos muy pequeños sin apoyo familiar. En este vertedero se encuentra el Hogar de la Esperanza, una casa gestionada por la entidad Hijos de María, donde se les proporciona techo, alimentación y formación para que puedan emplearse en algún trabajo.
Finalmente, la iniciativa UMU Acompaña Diversidad ha resultado galardonada en la categoría Universidad Solidaria, que reconoce los proyectos de voluntariado impulsados en el seno de las universidades. Esta iniciativa, en la que participan 66 estudiantes de la Universidad de Murcia, persigue mejorar la integración de alumnos con algún tipo de discapacidad en la vida universitaria.