Santuario-fortaleza de Ujué, en Navarra.

Santuario-fortaleza de Ujué, en Navarra. iStock

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El castillo medieval que debes visitar una vez en la vida: está en uno de los pueblos más bonitos de España

En lo alto de una sierra dominando sus valles se ubica el santuario-fortaleza que conforma uno de los tesoros más bonitos del norte del país.

25 mayo, 2024 09:46

Cualquiera de los puntos cardinales de nuestro país está repleto de historia y belleza perfectas para recorrer. Pero si tienes en mente ir al norte en tu próxima escapada no debes dejar de visitar la pequeña villa medieval incluida en el listado de Los Pueblos más Bonitos de España

En lo alto de una sierra, a 815 metros sobre el nivel del mar, se yergue el pequeño pueblo de Ujué. Una auténtica joya a unos 53 kilómetros de Pamplona y a 20 kilómetros de Tafalla que aguarda alguno de los tesoros medievales más hermosos de España.

Su empedrado casco urbano, repleto de antiguas casas, está dispuesto alrededor de lo que es considerado el plato fuerte de la visita a Ujué: la Iglesia-fortaleza de Santa María, levantada entre los siglos XI y XIV. 

Una imponente silueta que vigila la histórica población de no más de 200 habitantes con calles laberínticas y empinadas que contrastan con un entorno natural único como resulta ser la sierra de Ujué en conjunto con las sierras de Alaiz, Izco y Orba, entre los Pirineos y las Bardenas Reales. 

Historia del santuario-fortaleza

No es de extrañar que Ujué sea considerado uno de los pueblos más bonitos del país. Además de su belleza, la pequeña población cuenta con una extensa historia y una sorprendente leyenda acerca de la fundación del municipio. 

Aunque está reconocido dentro de los "Castillos de España", realmente se trata del santuario de Santa María, la cual representa una de las mayores maravillas de la arquitectura medieval navarra. 

Santuario-fortaleza de Ujué, en Navarra.

Santuario-fortaleza de Ujué, en Navarra.

Cuentan que una paloma no cesaba su empeño de entrar y salir de una gruta hasta que un pastor que cuidaba de su rebaño en la zona, intrigado ante el comportamiento del ave, decidió entrar. Su sorpresa fue mayúscula cuando dentro encontró la talla de la Virgen de Ujué, nombre derivado del vasco, Uxoa, cuyo significado es "paloma".

Fue en esa gruta donde se levantó el templo, en sus inicios, una pequeña capilla prerrománica sobre la que posteriormente se construyó el santuario románico en el siglo XII. A su alrededor, se fue conformando el pueblo que lleva el nombre de su patrona y que en común están categorizados como Conjunto Histórico Artístico

Plano aéreo del santuario de Ujué, en Navarra.

Plano aéreo del santuario de Ujué, en Navarra. iStock

Hasta el siglo XIV se estuvieron añadiendo elementos arquitectónicos, dando lugar a una rica fusión de estilos a través de sus bóvedas de medio cañón que aún se conservan o la nave gótica tan característica del lugar. 

En la fachada norte de la iglesia podrás encontrar el antiguo patio de armas del castillo del siglo IX. Una atalaya de la que hoy solo queda el aljibe que en épocas de asedio servía para almacenar agua, pero que da fe de la historia defensiva fronteriza de Ujué. 

El pueblo de Ujué

De Ujué no solo podrás apreciar su santuario. Visitar la villa es un viaje en el tiempo gracias a la esencia medieval original que sus calles siguen mostrando. Sus calles ascienden hasta lo más alto de la sierra, abarrotada de casas de piedra que te harán conocer la historia de este pueblecito de la Edad de Bronce, convertido en el primer bastión defensivo del Reino de Pamplona.

Recorrer sus estrechas y enredadas calles es uno de los planes obligados que no puedes dejar de hacer tras visitar el santuario de Santa María. Fiel reflejo de su crónica medieval, te llevará a conocer la historia de Navarra de la mejor manera. 

Calles de Ujué, en Navarra.

Calles de Ujué, en Navarra. iStock

Según vas ascendiendo hasta lo más alto del pueblo por sus estrechas calles, podrás ir observando el rico enclave natural sobre el que se levanta esta milenaria villa. En los días más despejados podrás incluso apreciar la ribera del Ebro y la silueta del Moncayo por el sur.