Más allá de sus increíbles costas, Andalucía aguarda una multitud de sorpresas en el interior de sus provincias, perfectas para los que planean un viaje cuando el verano llega a su fin y la conocida como la "sartén de España" relaja sus temperaturas o, simplemente, para aquellos que no son del "team playa".
Independientemente de cuándo quieras viajar al sur, este plan te garantiza una experiencia inolvidable. Una de las mejores propuestas para conocer de cerca la historia del pueblo andaluz es visitar los pueblos blancos. Una ruta turística por las costumbres centenarias, las leyendas de aquellos pueblos que sitiaron la zona y por algunos de los paisajes más auténticos del país.
Una de las mejores historias y arquitecturas ancestrales la encontraremos en el pequeño pueblo de Luque. Perteneciente a la provincia de Córdoba, el entorno te maravillará en cada rincón, con sus impolutas casas encaladas y balcones repletos de flores que aportan ese color único de la ornamentación andaluza.
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Todo esto, complementado con el pasado medieval del pueblo que corona su historia con un espectacular castillo hispanomusulman que se levanta sobre sus casas y convierte a Luque en una joya para el turismo rural.
El que fuera uno de los puntos estratégicos de la Ruta del Califato se convierte en una verdadera maravilla para recorrer, disfrutar y aprender más de la historia de este espectacular pueblecito que se levanta en plena Sierra Subbética y a tan solo dos horas de Córdoba.
Uno de los pueblos más bonitos
Considerado uno de los pueblos con más encanto de Córdoba, Luque apenas abarca una población de 3.400 habitantes. Repleto de elevaciones de diferentes alturas, nos lleva a comprender por qué fue tan difícil de conquistar durante sus arduas batallas entre musulmanes y cristianos.
Luque fue un punto clave durante la ocupación de los musulmanes en el Califato, siendo Córdoba su capital, puesto que la explotación de sus canteras abastecía a todo el Califato. Incluso se prevé que las piedras utilizadas para la construcción de la mezquita de Córdoba proceden de este lugar.
En 1.240 la villa fue conquistada por Fernando III el Santo. Las tropas cristianas, maravilladas por la belleza del castillo, fueron cercando a los musulmanes para acercar al fin al Reino nazarí de Granada. Batalla que no les resultó fácil debido a su estratégica fortaleza y situación.
No es de extrañar la admiración de los cristianos por el que, sin duda, es la atracción turística de Luque. Su castillo, también conocido como Hish Lukk o castillo Venceire, es una fortificación hispanomusulmana del siglo IX levantada sobre una antigua edificación romana.
Erguido en lo más alto del pueblecito, en su muralla aún se puede apreciar la magnificencia de la que gozó hace más de 1.000 años. A pesar de su antigüedad, sorprende ver el buen estado en el que se encuentran sus torres y parte de los aljibes. Hecho que lo ha llevado a estar reconocido como Bien de Interés Cultural desde 1.985.
Qué más ver en Luque
No solo el castillo de Luque y su historia hacen que este pueblo blanco sea una de los lugares con más encanto de la provincia de Córdoba. A pocos minutos encontramos la Plaza de España y la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, una edificación del siglo XV, que tardó más de 100 años en ser levantada y que también está reconocida como Bien de Interés Cultural desde 1.976.
Descendiendo de la fortaleza podemos seguir caminando hasta la ermita del Rosario, patrona de la ciudad, junto al edificio del ayuntamiento, uno de los edificios de mayor antigüedad de todo Luque.
Otro de los grandes símbolos del pueblo es la Torre del Reloj que la encontrarás junto a la ermita de la Aurora. Continua caminando hasta la Plaza de las Cuatro Esquinas, considerada una de las más bonitas de Córdoba.
No te vayas de Luque sin visitar la Cueva de la Encantada que se encuentra en el casco urbano de la localidad. A 40 metros de profundidad, podrás apreciar algunas pinturas rupestres del Neolítico y Calcolítico.