Con 10 años, Karola Ruth Siegel fue arrancada de su casa de Fráncfort y enviada a un orfanato en Suiza. A su padre se lo llevaron los nazis, en 1941 dejó de tener noticias de sus progenitores y terminaría sabiendo que fueron víctimas del Holocausto. 

A la joven edad de 16 años se vio emigrando a Palestina y uniéndose a una organización paramilitar judía, la Haganah. Ella misma daba testimonio en 2010 de cómo había sido entrenada como francotiradora, aunque nunca llegó a poner sus habilidades a prueba.

Durante sus años en Palestina, se enamoró de un soldado israelí con el que contrajo nupcias, se mudaron a París y fueron a la universidad. El divorcio no tardó en llegar y ella emprendió el vuelo a Nueva York con una nueva relación y una hija. Más años de estudios, un segundo divorcio y su tercer matrimonio con Manfred Westheimer fueron la continuación de su vida. 

Con el ingeniero Westheimer tendría un hijo y permanecerían unidos hasta que este perdiese la vida en el año 1997. De él conservó su apellido y continuó incesante en su pasión por la formación hasta obtener un doctorado en educación y crear todo un "imperio sexual". 

Infancia determinante 

La Dra. Ruth, como acabó por conocerla todo el mundo, estuvo en contacto con el sexo desde pequeña. A los 10 años encontró el Manual del matrimonio de sus padres en un armario que estaba cerrado con llaves; a los 17 viviría su primera práctica sexual "en una noche estrellada, en un pajar de un kibutz" y lo recordaría con lucidez porque "cuando dos personas están enamoradas, la primera experiencia puede ser muy agradable". 

Aquello fue el caldo de cultivo de una mente despierta e inquiera que acabaría dando como fruto una carrera de fama internacional, libros, conferencias, programas de radio y televisión, una columna escrita, vídeos instructivos… incluso un juego de mesa. 

La Dra. Ruth junto a la modelo Petra Nemcova Gtres

Talento concentrado

Alegre y diminuta, Ruth Westheimer fue una terapeuta que cedió su figura de 140 cm de altura y su sabiduría a la cultura popular estadounidense gracias a su manera de animar a todos a tener relaciones sexuales de una manera "segura, regular y creativa". 

Defendía el uso de los anticonceptivos, siendo ella fruto de "un descuido" de sus padres cuando comenzaban la relación, trabajó para Planned Parenthood y dando conferencias sobre anticoncepción llamó la atención de un ejecutivo de radio que le concedería un programa semanal de 15 minutos: Sexually Speaking. 

Have good sex!

Con su particular acento alemán y una inquebrantable alegría resolvía dudas a los oyentes sobre disfunciones sexuales, orgasmos, preservativos, etc., ganándose así a la audiencia. Su experiencia y formación le otorgaban credibilidad y todos querían entrevistarla. De la radio, a la televisión como invitada y de ahí a tener su propio programa. 

"Soy como una madre judía que habla explícitamente"

Ruth Westheimer

Sus consejos contribuyeron de manera masiva a la educación sexual de millones de estadounidenses, rompiendo mitos, tabúes, y poniendo sobre la mesa la importancia de tener "buen sexo". Algo que deseaba cada vez que se despedía de la audiencia en su programa El show de la Dra. Ruth. 

Último adiós

La terapeuta sexual pionera por la gran labor de divulgación llevada a cabo ha exhalado su último aliento a los 96 años, según han confirmado medios estadounidenses. 

Con ella decimos adiós a una mujer que dedicó su vida a abrir la mentalidad de todo el que estaba dispuesto a escuchar su mensaje sobre las prácticas más íntimas de las personas, y recogemos así un legado de libertad y conocimiento revolucionario en su época, útil en el presente y eterno siempre.