La geografía española está repleta de pueblos con encanto, cada uno con su propia historia y cultura. Y es que España esconde preciosos rincones que son una muestra de la diversidad y riqueza que ofrece nuestro país. Cada uno ofrece una experiencia única y merece ser visitado para apreciar su gran belleza.

En este sentido, Andalucía es una de las regiones más visitadas por su patrimonio histórico y cultural. En especial, la comunidad del sur de España es famosa por sus pueblos blancos, muchos de ellos situados en plena naturaleza o junto a la costa. 

Ronda, Frigiliana o Vejer de la Frontera son solo algunos de los lugares más bonitos y conocidos de Andalucía. Sin embargo, existe un municipio más desconocido, pero que destaca por su encanto especial. Se trata de Casares, en Málaga, elegido por de National Geographic como uno de los pueblos más bonitos de España.

Casares, en Málaga. iStock

En concreto, la sección especializada en viajes de National Geographic ha elegido Casares como uno de los 100 pueblos más bonitos de la España menos poblada. El municipio, de alrededor de 8.000 habitantes, está situado al suroeste de Málaga, en el límite con la provincia de Cádiz.

Casares es uno de los pueblos blancos con más encanto de Málaga, pero, a su vez, uno de los más desconocidos. Sin embargo, ofrece a los visitantes una mezcla de historia, cultura y belleza natural que lo convierten en una parada obligatoria para cualquier persona que se encuentre de viaje por la zona. 

La historia de este pueblo malagueño se remonta a hace más de 100.000 años, comenzando con comunidades de cazadores-recolectores en la Sierra de la Utrera. En Casares se han asentado poblaciones romanas, visigodas y musulmanas. Y es que el municipio se convirtió en una fortaleza importante en el siglo XII, controlando rutas hacia Ronda, mientras que en el siglo XIV, fue una frontera clave con los reinos castellanos.

Casares está considerado, además, la cuna del andalucismo, ya que fue el lugar de nacimiento de Blas Infante, político, escritor e impulsor de la autonomía andaluza, fusilado en 1936. De hecho, el pueblo conserva su casa natal, reconvertida en un museo dedicado a su figura, donde se exhiben objetos personales y documentos del considerado padre de la patria andaluza. 

Qué ver en Casares (Málaga)

Casares destaca por sus casas blancas encaladas en lo alto de una colina. De hecho, esto hizo que esta joya andaluza se bautizara como "un pueblo colgante". El municipio está formado por estrechas y serpeantes calles y cuestas que pondrán a prueba la resistencia física de los turistas que caminen por ellas.  

Declarado Conjunto Histórico-Artístico, Casares conserva lo mejor de todas las civilizaciones que se han posado entre sus límites. Prueba de ello es su castillo, que corona de forma imponente la colina en la que se asienta el pueblo. Se trata de una fortaleza construida por los árabes en el siglo XIII, creada como bastión defensivo del reino nazarí. A día de hoy, se conservan sus murallas, alguna torre del alcázar y dos imponentes arcos.

Castillo de Casares. Turismo Casares

El castillo de Casares ofrece unas vistas impresionantes del valle y del Estrecho de Gibraltar, pero también puede acceder a alguno de sus miradores, desde donde se obtiene una vista panorámica espectacular de sus características casas blancas apiladas sobre la colina.

En Casares también podrá visitar la iglesia de la Encarnación, que cuenta con un campanario de influencia mudéjar, originario del s. XVI, y la ermita de San Sebastián, situada en el centro del pueblo y que alberga en su interior la imagen de Nuestra Señora Del Rosario Del Campo, patrona del pueblo.

Baños de la Hedionda. Turismo Casares

Uno de los grandes atractivos de Casares son, sin duda, los Baños de la Hedionda, un balneario romano ubicado en el valle del río Manilva. El lugar es famoso por sus aguas sulfurosas, ya que se cree que tienen propiedades curativas. Aunque el acceso es gratuito, es obligatorio realizar una reserva para acceder en temporada alta, desde junio a septiembre.

Además, el pueblo se encuentra a escasos 15 km del Mediterráneo, del que se puede disfrutar desde una de sus cuatro playas: Playa Ancha, Piedra Paloma, Playa Chica, y Playa de la Sal.