El reciente fallecimiento de Juan Gómez-Acebo, primo hermano del rey Felipe VI, ha marcado un nuevo capítulo doloroso en la vida de la familia real española y, en particular, para la reina Sofía, quien ya suma dos pérdidas en lo que va de mes.
Esta tarde de lunes del 12 de agosto, la Emérita ha vuelto al tanatorio, en esta ocasión para despedirse de su sobrino. Ha acudido de negro, tal como indica el protocolo, con una blusa fluida con flores blanca y un pantalón oscuro, todo ello, seña del duelo familiar que está atravesando.
Y es que, a los 54 años de edad, en Palma de Mallorca y tras una dura batalla contra el cáncer, fallecía Juan, una muerte que ha supuesto un golpe más para la familia que apenas cinco meses antes había perdido a su hermano menor, Fernando, a los 49 años, debido a una insuficiencia respiratoria crónica.
Estos últimos tiempos no han sido los más afortunados para los Gómez-Acebo, hijos de la infanta Pilar de Borbón, hermana del rey Juan Carlos I. Porque a la reciente pérdida de dos de sus cinco hijos, hemos de sumar la muerte de su madre, Pilar, el pasado 8 de enero de 2020.
'Racha' de pérdidas
La reina Sofía ha atravesado un periodo especialmente complicado en cuanto a pérdidas familiares. Además del reciente fallecimiento de sus dos sobrinos, hace solo unas semanas asistía al funeral de su tío, el príncipe Miguel de Grecia, en Atenas.
A pesar de que los malos momentos han afectado a la Emérita, ha demostrado una fortaleza admirable, sin dejar de cumplir con sus compromisos y apoyando a la familia en cada una de estas difíciles circunstancias.
Sin embargo, en el funeral de Miguel de Grecia, celebrado en la catedral de San Teodoro de Atenas, Sofía sí se mostró visiblemente afectada. Vestida de riguroso luto y acompañada de su hermana Irene de Grecia, quien se encontraba en silla de ruedas.
Ahora, a la pérdida de su tío, con quien mantenía una relación cercana, su suma otra más a la lista de seres queridos que la emérita ha despedido en los últimos años.
Momentos de respiro
Pero a pesar de este verano marcado por las tragedias, la reina Sofía ha encontrado pequeños momentos de respiro junto a su familia. Durante los días previos al fallecimiento de Gómez-Acebo, pasó unos días junto a Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía en Mallorca, donde disfrutó de la compañía de sus nietas.
Además, también hemos podido ver a la emérita participando activamente en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de París, donde representó a la Casa Real española y apoyó a los deportistas nacionales.
Durante la ceremonia, que se celebró el pasado 11 de agosto, la Sofía se mostró entusiasmada, compartiendo momentos con los reyes de Suecia y Alberto de Mónaco. Demostró así, una vez más, su compromiso con el deporte.