En sus casi 8.000 kilómetros de costa en todo el país, España cuenta con 179 islas e islotes que ofrecen una de las mayores riquezas en paisaje y accidentes costeros de Europa. Todas ellas tienen algo especial y enseñan con facilidad a todos sus visitantes la belleza 'paradisíaca' del lugar, acompañada, incluso, de algunas de las mejores vistas del mundo.

Tanto el enorme océano Atlántico como el tranquilo mar Mediterráneo albergan algunos de los rincones naturales más impresionantes del país que reciben al año millones de turistas. Mientras que de estas casi 200 islas una gran parte son desconocidas, hay otras cuya belleza es valorada internacionalmente, como Formentera.

Formentera es una de las islas más pequeñas de las islas Baleares, en el mar Mediterráneo. Una joya española con arenas blancas y aguas turquesas, a la cual solo se puede llegar por mar, sin agobios y con apenas algunas carreteras que unen sus puntos clave, como una de las playas más bonitas del mundo: Ses Illetes.

Ses Illetes, Formentera

La playa de Ses Illetes se encuentra en la península de Es Trucadors, en la parte norte de Formentera, orientada hacia el oeste. Forma parte del Parque Natural protegido de Ses Salines de Ibiza y Formentera, a cuatro kilómetros al norte del Puerto de La Savina, por lo que podemos llegar fácilmente en autobús, taxi, coche o incluso, bicicleta.

Su nombre significa "la playa de las islas pequeñas", en catalán porque desde su orilla se pueden ver los islotes de Illa des Ponent, Illa de Tramuntana, Escull des Pou, Illa Rodona, Escull d’en Paia y Racó des Palo. A ellas se puede llegar nadando o incluso caminando por el agua, por la lengua de arena. 

En el lado oeste de esa misma lengua de arena, que conecta con Ses Illetes y al otro lado con la playa de Llevant, encontramos otra joya natural de Formentera, la maravillosa playa rosa. Una ubicación única cuya coloración viene dada por la unión entre los finos granos blancos de arena y los residuos de polvo de coral que emergen del mar.

La playa de Levant también es un símbolo de Ses Illetes, ya que es la que se encuentra en el lado opuesto. Estas dos playas están tan cerca que a menudo se las llama "las gemelas" y gracias a ello, desde la lengua de arena, contemplamos una de las mejores panorámicas de Formentera. 

Se trata de una ubicación mágica de arena blanca y aguas turquesas que se extienden a lo largo de casi 500 metros donde el mar gana profundidad de manera muy progresiva. De hecho, tenemos que adentrarnos más de 50 metros para alcanzar una profundidad de tan solo 1,5 metros.

A pesar de ser una playa muy famosa, el entorno está muy bien cuidado, con zonas de protección de dunas, zonas de aparcamiento y pasarelas de madera para el acceso. Gracias a esta poca profundidad también es una opción excelente para los niños, por la seguridad que ofrece.

El secreto de las aguas cristalinas de Ses Illetes es la posidonia oceánica, una planta acuática que se considera un ecosistema protegido por la Unión Europea y dentro de la playa es la responsable del paraíso: gracias a producir una gran cantidad de oxígeno aumenta la transparencia de las aguas del mar.

Qué hacer en Ses Illetes

A pesar de que lo más increíble de Ses Illetes sea bañarse en las aguas turquesas y pasear por la arena blanca, para quienes no les gusta tomar el sol, existe la oportunidad de practicar diferentes actividades como windsurf, kitesurf, vela, stand up paddle o esnórquel, para disfrutar de las especies de la zona.

Alternativamente, también existe la posibilidad de alquilar una canoa o un catamarán para llegar a la cercana isla de Espalmador. O, incluso, podemos salir de la playa y emprender una aventura diferente, como visitar el antiguo fuerte militar de Ses Illetes.

En la zona podemos pasar tiempo en familia, ya que está aclimatada para ello. A pesar de que no haya muchos restaurantes, está uno de los más famosos, Juan y Andrea o Es Molí de Sal. Sin embargo, si no queremos gastar mucho, la mejor opción es llevarnos la comida de casa.