España es un país que tiene mucho que ofrecer y es algo que corroboran las cifras de turismo a las que se expone. Según la Organización Mundial del Turismo, este 2024 se ha colocado en el segundo puesto como destino más visitado del mundo, algo que tan solo corrobora lo mucho que tiene que ofrecer, no solo cultural y gastronómicamente, sino a modo geográfico.

Tal y como explican desde National Geographic, las costas, playas y pueblos españoles se posicionan cada año entre los mejores del mundo. Sus islas, con aguas turquesas y arenas vírgenes, reflejan que no hay que cruzar la frontera para encontrarte con el paraíso y algunos de sus municipios, nos hacen viajar a otros países sin movernos de la península, tal y como pasa con el Valle de Arán.

Situado al norte de Cataluña, el Valle de Arán es una comarca española que nos transporta a otro país o, incluso, a una película de Disney. Cuenta con la mayor estación de esquí del país, como es Baqueira Beret, y además, cuenta con una ruta en la que se pueden visitar los siete pueblos que lo componen. 

Valle de Arán, los Pirineos

El Valle de Arán se encuentra en pleno centro de los Pirineos, al norte de Cataluña. Con una superficie total de 633,46 km&sup2, es el único valle atlántico de los Pirineos catalanes y, como último territorio catalán, se erigió como un lugar estratégico durante la Guerra Civil.

Al ser el único que posee características atlánticas, cuenta con una vegetación especial a diferencia de otros lugares de España. El color verde resalta entre los frondosos bosques, desde donde se puede disfrutar de un paisaje como si nos hubiésemos desplazado hasta Suiza, el país de panorámicas verdes por excelencia.

Su situación privilegiada y el antiguo vínculo con Occitania, sumado a un aislamiento del resto de España durante los inviernos que ha sucedido a lo largo de muchos siglos, ha proporcionado a esta ubicación una lengua propia, el aranés, reconocida como oficial en todo el territorio catalán, así como sus tradiciones arraigadas a una influencia del actual sur de Francia.

El Valle de Arán cuenta con una naturaleza única. Cumbres de más de 3000 metros de altitud, paisajes verdes que se funden con el azul del cielo y que, en los meses de invierno, se impregna de un color blanco gracias a la nieve, que consigue que sea la ubicación favorita de quienes esquían, hacen snowboard o simplemente buscan disfrutar del frío.

Las calles del Valle de Arán destacan por estar fundidas entre el verde de la naturaleza y las piedras de las casas. En prácticamente todos los pueblos siguen una estética, con el fin de que todo fluya en sintonía y confeccione una panorámica excelente.

El arte románico se extiende por todo el Valle de Arán y fundido en ello encontramos ubicaciones como la Iglesia de San Andrés, levantada en el siglo XIII en el pueblo de Salardú o la iglesia románica de Santa Eulària y su característica torre octogonal situada en Unha, la localidad aranesa a orillas del río Unhola.

Además de sus paisajes, en el Valle de Arán existe una gastronomía tradicional. Desde la olla aranesa, el cocido típico de la zona, hasta el exquisito caviar —también conocido como oro negro— son algunos de los platos que podemos probar en la zona, donde más allá de una ubicación geográfica y cultural, se puede disfrutar en familia.

En el Valle de Arán se pueden realizar diferentes actividades, como senderismo, ciclismo, actividades acúaticas, escalada, hípica, paintball, tirolinas, tiro al arco y, si vas en temporada invernal, puedes disfrutar de una de las mejores pistas de esquí de toda España. 

La comarca está formada por 33 pueblos que albergan algo más de 10.000 habitantes, pero muchos de ellos tan solo tienen un par de familias que viven durante todo el año. Gran parte del territorio se encuentra por encima de los 2.000 m de altura y está atravesado por una carretera, la C-28. 

Los pueblos del Valle de Arán

Cada uno de los pueblos que compone el Valle de Arán tiene una esencia, pero muchos cuentan con un sello de identidad parecido. Lugares que muy pocas personas conocen, pero que cuentan con una belleza única en cualquier momento del año, rincones de piedra, madera y pizarra y un patrimonio artístico digno de visita.

Los pueblos de Vielha y Bagergue pueden reflejar a la perfección la belleza del Valle de Arán. Mientras que el primero de ellos es la capital de Valle de Arán, donde vive el 40% de su población total, el segundo es un pequeño pueblo situado a 1490 metros de altitud.

Vielha constituye el centro neurálgico del Valle de Arán, ubicado a orillas del río Garona. Ofrece un patrimonio cultural y un paisaje excelente, pero también, es el lugar perfecto para hospedarnos si lo que buscamos es visitar diferentes zonas, ya que cuenta con una gran oferta gastronómica, comercial y de actividades de ocio.

Bagergue es un pequeño pueblo situado en lo más alto del Valle de Arán, lo que le otorga una ubicación privilegiada, así como un encanto especial. Fue el primer pueblo catalán en incorporarse al listado de Los Pueblos más Bonitos de España, por lo que recibió rápido el título del más bonito de Cataluña.

En cualquier temporada, la visita a Baqueira es obligatoria, pero en invierno tiene una belleza especial, gracias a ser una de las estaciones de esquí más importantes del país. Con menos de 200 habitantes, en verano también pone a disposición de los visitantes diferentes actividades, como senderismo o alquiler de bicicletas.